Discurrió el primer tiempo sin ocasiones claras de gol. Los dos equipos se comportaron con muchas precauciones tácticas, cuidándose mucho de no perder el posicionamiento y arriesgando solo en momentos muy puntuales. El duelo arrancó con dominio del Villacañas, pero con escasa profundidad y llegada. No encontraron la manera los visitantes de superar esas dos líneas de cuatro que dispuso el técnico local.

Pasado este primer cuarto de hora, empezó a soltarse en ataque el equipo auriverde con laterales, Bonilla e Iker, que buscaron la profundidad por fuera, mientras que por dentro David Sevilla y Delgado lograron hilar algunas jugadas de criterio, aunque sin poder filtrar un buen último pase a Joaquín y Pumareta que tuvieron desmarque y movilidad pero no pudieron recibir en ventaja. Al descanso 0-0 y la sensación de que ambos equipos deberían asumir más riesgos para hacer un gol.

Metió Morales al último fichaje auriverde, Alex López, por David Sevilla y el partido se reanudó de manera opuesta al primer tiempo con una ocasión de gol. Recibió Lucas Fernández, algo escorado a la derecha, y su disparo fuerte se estrelló en el exterior de la red. Tras la lesión del central visitante, Jaime Márquez, lo intentó Joaquín con un disparo desde fuera del area que se marchó alto y poco después la bota de Pumareta no llegó por milímetros a un buen centro de Iker desde la izquierda.

Mostraba mayor ambición el equipo local que encontró premio a los 73 minutos. La jugada se fabricó en la izquierda con otro buen centro de Iker, buen partido del lateral zurdo hoy, y la culmino Joaquín en la derecha, un gol de delantero puro que también recompensa su entrega y pundonor. 

En el tramo que restaba, el Villacaña se estiró en busca de la igualada y la tuvo en un disparo de Aitor Rubio que pegó en el larguero. Ya no hubo más sustos para un Atlético, que trece semanas despues, volvía a saborear las mieles de la victoria.