Opinión

La tradición del Pelele

Pilar Serrano de Menchén | Martes, 2 de Abril del 2024
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Después del recogimiento y celebración de la Semana Santa, cuando llega el Domingo de Resurrección, numerosos pueblos y ciudades de nuestro País celebran la fiesta del Pelele: muñeco de tela, rellenado antiguamente con paja y trapos viejos, el cual representa a Judas Iscariote, el apóstol que vendió a Jesucristo por treinta monedas de plata, representado con mofa en un muñeco que era colgado en los balcones y ventanas de las casas la noche del sábado al Domingo de Resurrección y, posteriormente, después de la fiesta del manteo, con gran algarabía, era quemado.

Según anota el Diccionario de autoridades (1732) el término Judas tiene dos significados: “El que falta traidoramente al amigo, que se confió del. Dícese por alusión al apóstol traidor que vendió a Cristo. Llama también la figura del pelele en representación del traidor Judas, que cuelgan y queman en la calle el Sábado Santo, u otro día de Quaresma”.

También Quevedo en sus «Obras Completas» y los versos titulados «Oyente, si tú me ayudas», escribe el siguiente texto haciendo burla de los Judas: 

Oyente, si tú me ayudas

con tu malicia y tu risa,

verdades diré en camisa,

poco menos que desnudas.

Grande cosecha de Judas

dicen que ha de haber hogaño:

y hasta el muchacho de un año

Judas infuso tendrá.

Ello dirá,

y si no,

lo diré yo.

 

No es nuevo, pues, la costumbre de mantear a personas o muñecos en nuestra antigua sociedad, tal como Cervantes narra sucedió en la venta donde don Quijote no quiso pagar su estancia, y como también su escudero se negó, Sancho fue manteado por los otros huéspedes. 

Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que entre la gente que estaba en la venta se hallasen cuatro perailes de Segovia, tres agujeros del Potro de Córdoba y dos vecinos de la Heria de Sevilla, gente alegre, bienintencionada, maleante y juguetona, los cuales, casi como instigados y movidos de un mesmo espíritu, se llegaron a Sancho, y, apeándole del asno, uno dellos entró por la manta de la cama del huésped, y, echándole en ella, alzaron los ojos y vieron que el techo era algo más bajo de lo que habían menester para su obra y determinaron salirse al corral, que tenía por límite el cielo; y allí, puesto Sancho en mitad de la manta, comenzaron a levantarle en alto y a holgarse con él como con perro por carnestolendas. 

Fecha del manteo del Pelele 

Respecto a la fiesta del manteo del Pelele,  según diversos datos, era a la mañana siguiente del Sábado Santo, cuando, con gran algazara, el muñeco se manteaba por cuadrillas: en Argamasilla de Alba mayoritariamente de mujeres, cantando en la calle, durante el manteo, canciones que tenían letras picarescas y, en muchas ocasiones, desvergonzadas. Y poco les importaba que los mozos las estuvieran viendo en las esquinas. Una de aquellas coplillas que no se excede y es muy popular dice:

 

Cuando el pelelillo estaba

de cocinero en Segovia

en la bragueta llevaba

los retratos de la novia.

 

Aunque no sabemos datar en la fecha que se empezó a celebrar en nuestra localidad la famosa fiesta, tradición de celebrarse en anteriores siglos había, pues su antigüedad en nuestro País es longeva.

Ya el Arcipreste de Hita en su «Libro del Buen Amor» (año 1320-estrofa 1315 a1320), nos pone en antecedentes de la alegría de la sociedad el Domingo de Resurrección; fecha muy a propósito para celebraciones y uniones matrimoniales.  Tiempo litúrgico que comienza, según anota el mencionado Arcipreste, el segundo Domingo de Pascua: 

Día de Casimodo iglesias y altares,

vy llena de alegrías, de bodas e de cantares:

avían grande fiesta e fazían yantares,

andan de boda en boda clérigos e juglares. 

También Caro Baroja, («El Carnaval», Madrid. Tauros, 1979), refiriéndose al carnaval cita datos etnográficos referidos a nuestro País y sobre costumbres en Europa; pues según anota se celebraban: “ciertas funciones”. Añade: “emparentado está el pasear y quemar un muñeco, que es colgado durante varios días”.

 Igualmente explica que, según parece, la palabra Pelele es un diminutivo vasco del nombre Pedro; pues incluso “en el País de Soule -País Vasco Francés-, se conserva Pelele, como equivalente a Perico o Pedrito”.

Respecto a nuestra localidad, igual que en muchas ciudades, pueblos y aldeas de Castilla-La Mancha, la tradición de mantear el Pelele empezó a decaer. En Argamasilla de Alba fueron los Coros y Danzas “Mancha Verde”, los que retomaron, en el año 2007, volver a mantear el Pelele en la Glorieta, al mediodía, justo delante del Ayuntamiento.

 Y actualmente, menos los dos años de la pandemia (Covid), han seguido rememorando la antigua tradición, invitando a los espectadores a cumplir con el manteo; bailando, asimismo, la “Jota del  Pelele”.  

También recuperaron las coplillas que se cantaban, relativas al manteo del famoso personaje. Anotaremos las más populares:  

Anoche cenó el Pelele

ensalada de judías

y toda la noche estuvo

con la bellota encogía.

 

El Pelele está malo,

¿qué le daremos?...

Agua de caracoles

que críe cuernos.

Este año la lluvia impidió que se manteara al destartalado muñeco a la hora del medio día; pero el Grupo “Mancha Verde”, junto al Ayuntamiento, decidieron celebrar la fiesta, con número importante de público, en el Auditorio de Verano. Y cumplidamente se celebró sin que faltara detalle, hasta casi medianoche.  

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