El Día del Trabajo que
volvemos a celebrar saliendo a las calles de Castilla-La Mancha esta semana llega
en días de reivindicación de las instituciones democráticas y la voluntad
popular -tiempos oscuros cuando hay que defender lo evidente-, y hay algunas
cuestiones que creo que vale la pena subrayar, como son los desafíos y la
receta que los sindicatos de clase hemos resumido en el lema de la
manifestación: Por el pleno empleo, reducir jornada, mejorar salarios.
Y es que, aunque el ruido de
todo lo demás pueda esconder este mensaje, las cosas de comer siguen siendo el
elemento clave sobre el que la política y la acción sindical tienen que
intervenir. Es algo que desde CCOO no dejamos de reivindicar: Cuánto tiempo
dedicamos al trabajo, cuánto nos pagan por ese tiempo, qué tipo de empleo
podemos encontrar, qué riesgos laborales asumimos, qué discriminaciones
perviven en los centros de trabajo, qué tipo de empresas y sectores queremos
que se asienten en nuestros pueblos y ciudades, dónde está el fraude y la
explotación laboral, cómo eliminar la brecha de género.
Estas son las preguntas
esenciales, también cuánto cuesta hacer a compra, llenar el depósito, qué
soluciones encuentra quien quiere alquilar o comprar una vivienda, dónde pueden
las personas jóvenes tener un proyecto de vida lo suficientemente estable, cómo
conciliar la vida profesional con la personal y familiar, cómo acompañar a los
colectivos migrantes, o qué políticas de cuidados faltan por llegar para que el
mundo del trabajo en femenino no sea un mundo de segunda categoría.
A todas estas cuestiones da respuesta
el sindicalismo de clase que CCOO representa como primera organización sociopolítica
de España y de Castilla-La Mancha, y lo reivindicamos este 1 de mayo con más
ímpetu que nunca. Es hora de poner el trabajo en el centro de las políticas
públicas, avanzar en las reformas que nos han estado llevando por un mejor
camino, ser ambiciosos en todos los niveles de legislación y regulación ahora
que hasta los más reacios admiten el rotundo fracaso de las recetas
neoliberales. Es hora de actuar también en cada mesa de convenio para que en
Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo se paguen mejores sueldos,
y las personas trabajen para vivir. Que nadie viva para trabajar.
Las otras cuestiones que este
1 de mayo tendremos más presentes tienen que ver con el entorno en el que este
conjunto de cambios que reclamamos y propiciamos ha de hacerse realidad: Por un
lado, los tambores de guerra continuos, la escalada bélica, y la normalización
de las violaciones de los derechos humanos en los grandes conflictos del
momento. Por otro, la amenaza real de que los partidos de ultraderecha tengan
un peso definitivo en el gobierno de la Unión Europea en las elecciones de
junio. Ni una ni otra cosa deben ser ajenas a quienes apostamos por
instituciones democráticas desde espacios colectivos de transformación como
Comisiones Obreras, que se juega su legitimidad -y la refuerza- cada vez que
concurre a unas elecciones sindicales.
Que sirva este Primero de Mayo así para que la sociedad ponga en valor el trabajo sindical que se hace cada día, en la negociación, en la denuncia, en la movilización, y que nadie olvide de dónde venimos y adónde quieren llevarnos los que siguen pensando en esta sociedad como un cortijo. Tenemos mucho que decir, y queremos decirlo con la clase trabajadora. Este Primero de Mayo es de la gente, y tienen que escucharnos las patronales, los poderes públicos, y los poderes privados que se empeñan en gobernar las cosas de la gente desde la trampa y el bulo, esquivando al pueblo, sin pasar por las urnas. Se van a quedar con las ganas.
Paco de la Rosa.
Secretario general de Comisiones Obreras Castilla-La Mancha
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Martes, 21 de Mayo del 2024