Enrique Sánchez contaba a este periódico que pretenden que la nueva tienda sea un espacio vivo y abierto a la sociedad. Odda se ha trasladado desde el anterior local en calle Don Víctor por necesidad, señalaba Sánchez. Los propietarios quieren que el nuevo espacio sea un centro de reunión, de clientes y amigos, donde puedan ver las marcas que comercializan, que han aumentado ya que el establecimiento es mayor, y “tomarse, tranquilamente un vino o un café con nosotros”. Además, abren la posibilidad de acoger exposiciones o presentaciones de libros, los dueños quieren que la tienda sea un espacio vivo y en continuo movimiento.

La decoración, nos contaba Enrique Sánchez, es en estilo vintage, con muebles antiguos, reciclados, elementos a los que mucha gente no les da la importancia que tienen y que para el comerciante tienen una historia detrás. Llama la atención una motocicleta Ossa colgada en la tienda, que es de un amigo de Enrique Sánchez. También hay una bicicleta antigua “que iban a tirar a un contenedor y la recuperé para el local dándole una nueva vida”.

Enrique Sánchez remarca que han tenido mucha suerte con el personal que ha acometido la obra, “desde el primer albañil que entró hasta el último electricista en abandonar el local”. Ha querido aprovechar nuestra charla para agradecerles el haber entendido perfectamente las circunstancias y haber sido capaces de acabar el proyecto en un mes.