Especialmente duro y descriptivo ha sido relato de la madre de Marta García Arias, la menor de 16 años, de Tomelloso, que perdió la vida junto a Emous y Gonzalo en el Seat León que se llevó por delante el acusado cuando conducía bebido, drogado, a toda velocidad y se saltó un ceda.

“Se nos ha roto la vida, para mí fue un asesinato”

“Desde la muerte de Marta se nos ha roto la vida, para mí esto fue un asesinato”, ha contado entre lágrimas y sollozos, mientras el acusado, sentado a menos de un metro de ella, miraba para otro lado.

La progenitora de Marta sigue en tratamiento farmacológico y en terapia de duelo, como una de las dos hermanas de la fallecida, que deja además un hermano pequeño de cuatro años ahora, hijo de su padre con otra pareja.

“Marta era una joven entrañable, que tenía mucha vida, amaba a su familia, a su pueblo, no merecía perder la vida y menos con esa edad”.

“Este trágico accidente, que se podía haber evitado yendo a su velocidad y haciendo las cosas bien, ha roto muchas almas en vida”, le ha respondido la madre a la abogada de la compañía aseguradora.

El padre de Marta, que sigue en tratamiento, ha explicado que pasó meses aislado en una habitación después de la muerte de su primogénita, que ha desarrollado una depresión y ha estado de baja más de un año.

Problemas para dormir y hacer vida normal

Las madres de Emous y Gonzalo han testificado en la misma línea desgarradora, explicando cómo el accidente ha destrozado las vidas de toda la familia. “Mi hijo Emous lo era todo, el referente de su hermano, que sigue en tratamiento”. Las dos han explicado que siguen tratándose, que no puede dormir y sufren ataques de ansiedad.

La forense que examinó los cuerpos de los accidentados ha explicado que el conductor del coche en el que viajaban las víctimas dio “cero” en alcohol y drogas, y que la muerte se produjo por “un impacto tan violento que provocó una disrupción en los centros vitales”.