Año 2002, último día de Ferias y
Fiestas en Tomelloso, turno de noche en la P.L.
Sumando agentes de turno normal y refuerzo hay once policías trabajando,
jefe del servicio un oficial. Los actos que se deben cubrir en el último día de
Feria son muchos, más que agentes hay disponibles.
El turno de noche comienza a las
22´30 horas. A las 22´35 horas los agentes salen “escopeteados” a relevar a los
del turno de tarde, que no abandonarán su posición hasta que llegue el relevo.
El agente más veterano de los que
entran de noche se queda solo en dependencias policiales, pues su servicio es
de puertas, teléfonos y equipo de transmisiones. Cientos de personas de
Tomelloso salen esa noche a la calle para ver el desfile de autoridades,
madrinas, músicos desde la plaza de España hasta el ferial.
Asimismo, muchísima gente, salía
a la cena de gala, ataviada con sus mejores trajes, tanto a la del ferial como
en la mayoría de restaurantes del pueblo.
El agente de puertas no había podido salir nunca con su esposa a la cena
de gala, pues una norma interna de la P.L. de Tomelloso prohibía coger
vacaciones a todos los miembros de la plantilla durante la feria.
A las 23´45 suena el teléfono, el
agente de puertas coge el aparato. La persona que llama habla con voz muy baja,
pero se explica con claridad, y dice lo siguiente: “Buenas noches, soy Agustina
tal y tal, vivo en la calle X, número tal. Les llamo porque he escuchado con
claridad romperse el cristal de la puerta de la terraza. Mi casa tiene planta
baja y primera planta, vivimos en la primera. Estoy segura que alguien quiere
robar en nuestra casa.”
El agente que atiende la llamada
hace un plano mental de situación de la vivienda y recuerda que justo a la
espalda de esta, los corrales juntos y la puerta principal a la calle de al
lado, vive un grupo de individuos extranjeros que han dado muchos problemas a
la vecindad últimamente.
Contesta a la señora y le
pregunta si su marido puede andar, aunque ella le tenga que ayudar, la mujer le
dice que sí. El agente le dice que agarre
a su esposo y los dos se bajen a la planta baja de la casa, deben colocarse
justo tras la puerta de entrada y esperar allí a que un agente de la PL. llame
desde fuera, entonces abrirán.
Lo siguiente que hace el guardia de puertas es informar
brevemente al oficial jefe del servicio, sugiriéndole colocar a cada uno de los
cuatro motoristas de servicio en las cuatro esquinas de la manzana de viviendas
de la casa. Un turismo deberá ir a la puerta principal en donde el matrimonio
mayor les abrirá cuando se identifiquen. Le dice también lo de los vecinos
sospechosos de la parte trasera de la casa.
El oficial acepta la sugerencia y los motoristas, que están
escuchando la transmisión, arrancan a toda velocidad con las luces de
emergencia puestas y sin sirenas. Pasados cinco minutos desde la llamada de la
mujer hay cuatro motoristas situados uno en cada esquina de la manzana y una
pareja en vehículo llamado al timbre de la casa.
La pareja de mayores se refugia en casa de un vecino y los
dos agentes que llegaron en vehículo a la puerta, arrancan, pistolas en mano, a
la carrera hacia la primera planta. Al llegar a la puerta de la terraza
observan que esta se encuentra abierta y con el cristal roto. Escuchan al otro
lado de la terraza un ruido, enfocan las linternas y ven como dos individuos
huyen corriendo por el tejado de la casa de al lado.
El oficial deja solo dos agentes cubriendo los actos de la
feria y ordena a otra pareja con un vehículo que vaya al domicilio de los
extranjeros sospechosos de la calle de al lado, se pongan junto a la puerta y
esperen allí. Uno de los dos agentes que persiguen a los asaltantes por los
tejados es el oficial jefe de servicio.
Los dos desconocidos que huyen de noche saltando tejados y
los agentes se juegan el físico. Finalmente, los individuos se pierden en la
oscuridad de la noche y los agentes, después de buscarlos inútilmente unos
minutos más, deciden volver a la casa desde la que iniciaron la persecución.
El oficial jefe de
servicio y el agente que lo acompaña se dirigen inmediatamente a la casa, la otra
pareja ya se encuentra allí, en donde les había dicho el agente de puertas que
vivían los individuos sospechosos. Llaman a la puerta y tardan un buen rato en
abrir. Lo hace una mujer de mediana edad, la cual dice que las siete personas
que viven en la casa están acostadas. El oficial le dice que deben levantarse
todos inmediatamente. Se levantan en pijama y llegan la estancia en la que se
encuentran los policías. Son un niño de diez años, dos hombres jóvenes, otros
dos hombres de 60 años y dos mujeres de mediana edad.
Los siete están en pijama, aparentemente recién levantados.
Los dos hombres jóvenes intentan disimular una respiración agitada pero no lo
consiguen. Los agentes proceden a la detención de los dos como supuestos
autores de un delito de daños y allanamiento de morada. No son delincuentes
habituales y confiesan que han sido ellos, pues pensaban que esa noche no habría
nadie en la casa, al ser el último día de feria.
El alcalde de Tomelloso distingue todos los años a un
policía o grupo de estos por haber realizado durante su trabajo una acción
especialmente meritoria. Ese año tocó galardonar al grupo de agentes
intervinientes en el asalto al hogar de mayores descrito en estas líneas. En el
acto, celebrado en el día del patrón, 1 de marzo, se entregan medallas y
diplomas a los agentes.
La noche no ha hecho
más que empezar y rara vez una noche de fin de fiestas es tranquila. Habrá que
esperar que la siguiente sea mejor…O quizás no.
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Miércoles, 9 de Octubre del 2024
Domingo, 13 de Octubre del 2024
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