Tomelloso

Marieli Blanco: «Carmina Burana es una celebración de la vida, el amor y los placeres»

La Coral del Conservatorio de Tomelloso celebra sus 30 años con el desafío vibrante de la cantata de Orff

Francisco Navarro | Viernes, 2 de Mayo del 2025
{{Imagen.Descripcion}} Mari Eli Blanco dirigiendo en París el Requiem de Mozart Mari Eli Blanco dirigiendo en París el Requiem de Mozart

Carmina Burana “es celebrar la vida a tope”, así define Marieli Blanco la monumental cantata de Carl Orff. Ya saben que con ese templo de la música va a celebrar la Coral del Conservatorio de Tomelloso su 30 Aniversario, va a ser el sábado 10 de mayo en el Teatro Marcelo Grande. Una obra icónica, vibrante y compleja que reúne todo el carácter de la agrupación vocal y que supone el mayor reto artístico en sus tres décadas de historia.

En el Mercado de Abastos, mientras damos cuenta de un aperitivo —frugal, eso, sí—, la directora de la Coral conversa distendidamente con La Voz de Tomelloso. Con pasión y humildad repasamos la esencia irreverente de la obra, los ensayos maratonianos, las complicidades tejidas con otros coros y la emoción del reencuentro con antiguos miembros de la Coral del Conservatorio.

Una obra vitalista y desbordante

Marieli Blanco no tarda en desmontar el primer tópico que le plantea el periodista «Carmina Burana no es música sacra, es una obra totalmente mundana», recalca sonriendo. «Sus textos, escritos en latín y alemán antiguo, beben del espíritu gozoso y rebelde de los goliardos, aquellos clérigos errantes y estudiantes irreverentes que desafiaban los rigores del dogma para abrazar los placeres de la vida, el vino y el amor». De ahí que la composición de Orff se compare, en su vitalismo y desparpajo, a El jardín de las delicias de El Bosco o a los frescos flamencos que destilan sensualidad y alegría de vivir.

La obra, explica la directora, se divide en tres partes: la primavera, la taberna y el amor. «Hay un número muy complejo que dice que beben el muchacho, la muchacha, el monje, el clérigo, el padre… y termina con ‘yo, yo, yo’. Es una celebración total de la vida y los placeres». Y aunque algunos fragmentos, como “Oh Fortuna” han sido utilizados en películas como Excalibur o retransmisiones solemnes como el entierro del Papa Francisco, «Carmina Burana no pierde su esencia vitalista y desbordante».

Una producción colosal para un aniversario inolvidable

Abordar una obra de esta magnitud no es tarea fácil, «todo se ha hecho paso a paso», reconoce Blanco. Después de interpretar grandes obras del repertorio coral —el Réquiem de Mozart, la Novena de Beethoven o el Gloria de Vivaldi—, la directora consideró que había llegado el momento de enfrentarse al reto mayúsculo de Carl Orff. «Llevamos desde enero con ensayos muy intensos. Es una obra muy aguda, muy dura de cantar y lo más difícil es el texto», señala.

Ella misma ha sido la encargada de decidir la pronunciación del latín, «hemos optado por la italiana, más cercana y comprensible», y ha estudiado versiones acreditadas por el propio Orff para construir una interpretación fiel y coherente.

Para esta ocasión tan especial, la Coral ha ampliado sus filas con antiguos miembros. «El reencuentro ha sido muy emotivo —confiesa Marieli—volver a ver a personas que han crecido en esta coral, que han compartido historia y vuelven para celebrar, es de las cosas más bonitas que nos está dejando este aniversario».

Además, contará con la colaboración de otras agrupaciones vocales amigas «el Coro Mansil Nahar de Manzanares, el Coro Laminium de Daimiel y A Capela de Albacete. Nos ayudamos mucho entre coros, nos echamos una mano». La obra exige un coro infantil y «contaremos con el Infantil y Juvenil de la parroquia de la Asunción de Tomelloso que dirige María Luisa Novillo». A las tablas del Marcelo Grande también se va a subir una orquesta sinfónica formada para la ocasión, la Orquesta 30 Aniversario, compuesta por «cuarenta y siete músicos procedentes de los conservatorios de Tomelloso, Albacete, Ciudad Real, Criptana y Alcázar, todos bajo la batuta del maestro Francisco José Velasco, director de CLM Sinfónica, que también se estrena en esta aventura». A ellos se suman dos solistas de gran nivel: la soprano Sofía Pintor y el barítono Daniel Ibáñez, este último con la difícil misión de abordar también el papel de contratenor.


Carmina Burana te atrapa

Con una duración aproximada de una hora, Carmina Burana es una obra que atrapa. «Nos tiene completamente absorbidos. Es imposible no pensar en ella a todas horas», reconoce la directora. «Su carácter rítmico, su fuerza escénica y su riqueza de matices —que van desde el lirismo hasta la percusión salvaje— la convierten en una experiencia sonora envolvente», nos explica Blanco.

La dirección no es tarea menor, la obra «cambia constantemente de compás —de cuatro a tres, de tres a siete— y exige un trabajo técnico extenuante tanto para coro como para orquesta». Pero ese es, precisamente, el motor que impulsa esta celebración, «es un reto. Un reto gordo. Pero es el momento de hacerlo».

Treinta años de música, recuerdos y desafíos

Durante la conversación, Marieli Blanco recuerda con emoción a figuras clave en la historia de la coral que ya no están entre nosotros, como Ángel Luis Moreno o José Carretero. «Ángel Luis hubiese disfrutado muchísimo con esta obra, le encantaba. Nos acordamos mucho de ellos», confiesa. 

Treinta años después de su fundación en 1994, la Coral del Conservatorio se ha convertido en una institución necesaria para Tomelloso. Y es que, como no nos cansamos de repetir, la música también ha contribuido a que nuestra ciudad sea la Atenas de La Mancha de la que tanto presumimos. Para Marieli Blanco, que formó parte de ella desde el inicio y asumió la dirección tras Marian Cortés, la celebración de estos 30 años ha sido también una oportunidad para mirar atrás y revisar fotografías, programas y recuerdos, «parece que fue ayer» señala emocionada.

Entre los hitos imborrables, destaca «el premio en el Certamen Internacional de Habaneras de Torrevieja, en nuestro sexto año de vida. Ese galardón nos dio alas». Y, como no, el Réquiem de Mozart obra con la que la Coral celebró su 25 Aniversario, y que interpretaron en Paris o Helsinki. Cuando le preguntamos con qué se queda de estas tres décadas, no duda «con todo. Ha sido un camino lleno de aprendizaje, de retos, de vida. Y este montaje de Carmina Burana es lo más grande que hemos hecho hasta ahora».

Un concierto que será inolvidable

Con humildad asegura que «la suerte es que todo se juntó» hace tres décadas. La rueda de la fortuna, esa que ilustra el cartel del concierto y que da nombre al primer y al último número de la cantata de Orff, ha girado para bien, a favor de la música coral y de Tomelloso. No se pierdan el próximo 10 de mayo Carmina Burana en el Teatro Marcelo Grande de Tomelloso, estamos seguros de que vivirán un concierto inolvidable.

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