Opinión

Ciri y Luis quieren ser amigos

| Sábado, 3 de Mayo del 2025
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«Son fecha y hora para reanudar nuestras tertulias», me ha comunicado Ciri en la llamada telefónica realizada hace unos días. «De total acuerdo, compañero», le respondí confirmando con alegría la iniciativa del amigo.

No ha faltado el abrazo y el interrogatorio por la salud, incluyendo el interés por el estado de la familia. 

Hemos hecho caso omiso al “apagón” y los comentarios de tantos técnicos que surgen como hongos en otoño, si la sociedad necesita, según ellos, el remedio de sus soluciones ininteligibles para el resto de mortales incultos y crédulos a las afirmaciones científicas de los políticos, también superentendidos en todo, y situados  en el cenit de la mentira engañosa.

—Habéis vuelto a reuniros un año más los excompañeros, —asevera Ciri con la visible intención de preguntar detalles— ¿Qué tal ha ido este año? Seguro  habéis disfrutado mucho, como siempre.

—Pues sí, para qué te voy a engañar. Incluso he aprendido cosas muy interesantes e importantes.

Acaba de ausentarse Ciri, no de la mesa ni de la silla, sino del mundo. Le estaba respondiendo cuando han depositado sobre la mesa los cafés y las magdalenas, y ya se sabe “lo primero es antes”; la seducción, que producen sobre él estos manjares, es conocida. Necesita inhalar, oler y palpar…  

—No sé de qué  cosas interesantes e importantes estabas diciendo hace un momento, cuando me he abstraído, —comenta Ciri para poder conectar con la realidad y la conversación.

—Estaba comentándote que el encuentro de compañeros ha sido muy ilustrativo a la vez que placentero. Paco Vera propuso un tema muy delicado, interesante y de actualidad completa. Como en el grupo había algunos compañeros que tienen hijos e hijas con discapacidades y otros han trabajado en centros de atención con estas personas, nos hicieron partícipes de sus experiencias.

—¡Qué interesante! Cuéntame, si  puedes.

—Comenzó Santiago presentando a su hijo Luis, algunos ya lo conocían. Luis tiene cuarenta y ocho años,  es una persona con síndrome de Down, con una educación y saber estar excepcionales sin apenas dependencias, y con una fábrica en su corazón  de abrazos, besos y sonrisas. Es un atleta completo, hace ballet, nada como un delfín «en su vida anterior él fue delfín disfrutando del mar», por lo cual tiene esas condiciones especiales para nadar. Su mamá, ya en el cielo, hizo todo lo humanamente posible por su Luis, no cejó ante ingentes dificultades y las superó todas,  el papá trabajaba y en los días libres, junto con otra hija, se conjuntaban los cuatro en una familia feliz. 

Ciri no pierde ripio, me mira, calla, observa, asiente con movimientos de la cabeza en silencio, dos lágrimas de emoción se le escapan a la vez, tose procurando disimular, tímidamente saca un pañuelo del bolsillo, recuerda a su hermano…

—Daniel, reconocidísimo pintor en Hispanoamérica y España, nos comparte que la UNESCO le encomendó la misión de estudiar la posibilidad de desarrollar cualidades creativas y artísticas de personas con discapacidades. No detalló demasiado, por causa del reloj. Me quedé asombrado cuando dijo que al cabo de un tiempo hicieron una exposición de trabajos de personas con deficiencia, y artistas conocidos, pero sin firmar las obras. El jurado fue incapaz de distinguir cuales era de unos u otros. 

Esta tarde Ciri está desconocido, apenas ha tocado su magdalena, algún sorbo de café y mucha atención. Con esta última información se le ha iluminado la cara de alegría, al tiempo que apretaba la boca por la nueva emoción contenida y entrañablemente potente. 

Guardo silencio con el penúltimo sorbo de café en la boca y miro por la cristalera. Qué coincidencia dos chicas en sendas sillas eléctricas de ruedas pasan riendo y hablando por delante.

—¿No me vas a contar más detalles y comentarios del encuentro? —demanda Ciri muy entusiasmado en saber más. Evidente que no es solo curiosidad, le ha calado el tema.

—Amigo, no quiero cansarte con mi perorata.

—No me aburres, de verdad que me interesa sobre manera.

—Hubo también un psicólogo que ha trabajado en varios colegios de personas discapacitadas, incluso ha sido director de uno de esos centros; José Antonio, se llama, Lo que nos aportó de su  experiencia fue importantísimo. La lucha con instituciones para conseguir una mejor atención a tales personas. Insistió mucho en que es un derecho inalienable que ellas tienen y  por los que él ha luchado durante toda su vida solo y en grupos comprometidos con personas pobres y marginales.

—Estoy seguro que ninguno de los que me estás citando, aunque tengan edad para jubilarse nunca cejarán  en su lucha, —comenta Ciri totalmente inserto en el informe que le doy.

—También Eulalio, nos habló de otra línea en la que se encuentran personas discapacitadas como tetrapléjicos o parálisis cerebral. Esto lo marcó mucho y descubrió en ellos alguna de las discapacidades que todos tenemos, pero ignoramos.

—¡Qué fuerte me está resultando esta tarde nuestra reunión!

—Me quedan algunas ideas a modo de conclusión y estas ya te las enumero solamente: -Son personas con una capacidad altísima para derrochar cariño; Luis me lo demostró durante todo el día; terminamos siendo amigos y perdí la cuenta de los abrazos que me dio. -Son personas con capacidades distintas, como distintas son las  de los que nos creemos y llamamos “normales”. -Aprendí que no hay unos ellos y otros nosotros, sino todos formando una misma sociedad en relación de personas. 

—Me estás dejando alucinado, —dice Ciri.

—Y no te cuento lo mejor porque no se puede: La intensidad en las palabras, la emoción en el lenguaje y la fuerza de convicción con la que los intervinientes nos trasmitieron su vivencia.

Mi compañero y amigo ha pasado de la emoción del principio al entusiasmo por conocer más. Su cara denota ilusión imaginándose abrazado  por estas personas. 

En un mundo de odios, egoísmos, guerras, venganzas y muertes hay personas que viven con besos, abrazos, caricias y derroches de amor.

Luis nos dio una gran lección durante todo el día con su estilo y comportamiento.   

Y encima los llamamos DISCAPACITADOS.

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