Nos encontramos con Pilar Valentín, escritora, poeta y
colaboradora de La Voz de Tomelloso, en el Mercado de Abastos. Los
puestos están comenzando a abrir y la gente va llegando poco a poco, ya se nota
el futuro ajetreo y se perciben los aromas del mercado. Charlamos con ella
sobre su nuevo libro, “Festival marino, solidario y divertido”, un
cuento infantil ilustrado que se presenta este viernes en la Biblioteca
Municipal Francisco García Pavón. La cámara de Oksana Kalashnykova capta el
momento; nosotros, la voz serena y luminosa de Pilar, que nos conduce —como sus
textos— por un océano de imaginación, ternura y mensaje.
—¿Cómo nace “Festival marino, solidario y divertido”?
—Nace en el mar, como no podía ser de otra forma. Durante
unas vacaciones, con la cabeza siempre en marcha… sentí que se lo debía al mar
y a los niños. Por mi trayectoria en la educación, ellos siempre han sido
fundamentales en mi vida. Ya en “Bichos camperos…” incluí poemas tanto
para los más pequeños como para otros más en tránsito, con rap y haikus… pero
este cuento nace como un homenaje específico a la infancia, a su mirada limpia,
a su capacidad de ilusionarse y aprender.
—El título ya nos da pistas del enfoque: divertido, sí,
pero también solidario.
—Exacto. Creo profundamente en el valor de la solidaridad.
En una sociedad como la nuestra, es esencial que los valores no se queden en
palabras. Si conseguimos que los niños los interioricen, creceremos como
comunidad. Y si eso se transmite de forma divertida, con humor y alegría,
calará mucho mejor.
—¿Qué tipo de personajes encontraremos en este festival
marino?
—¡De todo un poco! He intentado que la fauna sea variada, pero
todos comparten valores como la alegría, la colaboración, el respeto mutuo… y,
por supuesto, un toque de humor. Me gusta jugar con los nombres para arrancar
una sonrisa: Bernarda la Medusa, Fermina la gamba con su voz
cristalina, Don Tibu el rockero… Y siempre, siempre, con pasión.
—Elige el mar como escenario. ¿Qué representa para usted?
—El mar ha estado muy presente en mi vida desde pequeña. Mis
padres me llevaron todos los años y ahora sigo esa tradición con mis hijos. Es
mi segunda casa, junto a la llanura manchega, con la que, por supuesto, sigo
trabajando para futuros proyectos. De hecho, creo que en algún momento uniré
ambos paisajes: tierra y mar.
—El libro está ilustrado por su hijo Joaquín. ¿Cómo ha
sido trabajar con él?
—Una experiencia preciosa. Joaquín no es ilustrador de
profesión, es ingeniero, pero tiene una sensibilidad artística maravillosa.
Cuando le propuse el proyecto, aceptó encantado. Quería que los dibujos
reflejaran el color y la alegría de mis palabras. Y creo que lo ha conseguido
de lleno. Cada pasaje tiene su ilustración, y eso enriquece muchísimo la
lectura.
—Y también hay un prólogo muy especial…
—Sí, lo ha escrito mi hijo Pedro. Nos hemos embarcado todos
en este viaje al fondo del mar. Él también está trabajando, pero se ofreció con
cariño y su prólogo ha sido una gratísima sorpresa.
—Sus presentaciones suelen tener sorpresas… ¿Qué veremos
este viernes?
—Algún pequeño regalillo para los lectores y la
participación musical de mi compañera Beatriz Fernández, del Instituto Airén.
Es una música excelente y siempre es un gusto compartir con ella.
—¿Qué significa para Pilar Valentín presentar el libro en
la Biblioteca Municipal?
—Muchísimo. Es el centro de la cultura local, y siempre me
he sentido muy bien acogida tanto por el Ayuntamiento como por el personal de
la biblioteca. El 9 de mayo es una fecha estupenda, un pequeño broche de oro
para el mes del libro, tras una primavera llena de actividad cultural.
—¿Qué espera que transmita este libro a los lectores?
—Espero que los divierta, claro, pero también que les haga
reflexionar. Que deje un granito de arena —o unos cuantos— en su conciencia.
Que los adultos también se vean interpelados por ese mensaje de colaboración,
respeto y cuidado del planeta.
—Sobre su proceso creativo, ¿piensas primero en el
mensaje o en la historia?
—Depende, pero creo que en mí van muy unidos. Me divierto
escribiendo y busco provocar sonrisas, sí, pero si hay mensaje detrás, mejor
que mejor. Siempre intento que mis textos, por muy fantásticos que sean, hablen
de la vida, del amor, de mejorar la sociedad… de valorar lo que tenemos cerca.
—¿Qué referentes tiene en la literatura infantil?
—Desde muy pequeña he estado unida a los cuentos. Recuerdo a
mi padre contándonos clásicos como La cabra y los siete cabritillos o El
sastrecillo valiente mientras mi madre nos preparaba el desayuno. En el
colegio disfrutaba leyendo cuentos, poemas, teatro… y eso lo he compartido
también con mis hijos. Uno de mis primeros poemas favoritos fue La escuela
de las flores, que descubrí luego que era de Gloria Fuertes. Me encanta su
obra, también la que escribió para adultos. Y María Elena Walsh, una poeta
argentina excepcional: La Mona Jacinta, El brujito de Gulubú… Me
ha influido mucho.
—No podemos olvidar su labor en el proyecto Primavera Airén…
—Sí, durante ocho años lo llevamos a cabo en el Instituto
Airén. Fue mi proyecto estrella: poesía, música y participación masiva de
alumnos, compañeros, familias… Una experiencia que siempre llevaré en el
corazón.
—Pilar Valentín no ceja en la difusión de la cultura y la
literatura, en este caso con La Media Fanega, una asociación con más de tres décadas…
—Ya vamos por 32 años y pico este diciembre, si Dios quiere
cumpliremos 33. En breve, el 16 de mayo, vamos a hacer una actividad lectora
recitando en Alcázar de San Juan. Estamos ahí siempre, porque esto no para de
pedir, pero nosotros sí estamos dispuestos a dar.
—¿En qué está trabajando ahora?
—Estoy preparando un nuevo proyecto que unirá dos
vertientes: tierra y mar. Me pondré en el lugar de los paisajes y de las
personas que los habitan. Veremos qué sale, pero tengo muchas ganas.
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Martes, 6 de Mayo del 2025
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