Emulando la famosísima y preciosa canción francesa Comme d´habitude, reescrita por Paul Anka como My Way y llevada a todos los rincones de la tierra por Frank Sinatra, el cantante que cantaba con la misma naturalidad que hablaba, Pedro Sánchez hace lo propio, gobernando a su manera, que es una expresión eufemística de decir cómo le está dando la gana. Al no tener principios que defender, ni valores a aportar, dejándose llevar por quienes lo mantienen en el poder, ya sean de extrema izquierda o de la casposa derecha vasca y catalana, esa que no quiere ser española, pero vive de lo que nuestra nación común les aporta, comenzando por los fenomenales sueldos de quienes se sientan en el Congreso y Senado, el todavía presidente deambula de manera desahogada menospreciando al Parlamento sin contestar a ninguna de las cuestiones que se le plantean, como ha sido el caso de hoy mismo.
Pedro Sánchez gobierna a golpe de ocurrencia según marca la ocasión y siempre para beneficio exclusivo propio. Que tiene bemoles no hiciera una consulta pública sobre la amnistía y otros temas de alcance y gravedad y lo haga sobre una operación entre dos entidades privadas. La razón es obvia, contentar al verdadero regidor de la política nacional que no es otro que Carlos Puigdemont. La cosa es de una evidencia cegadora.
Un gobierno dividido, sin Presupuestos prorrogados desde hace más de dos años, por miedo a ser tumbados en el Parlamento por sus propios socios de gobierno; un gobierno donde la opacidad es constante…resulta ser el negativo de aquel que proclamó a bombo y platillo serlo de la trasparencia y de aquello que Sánchez dijo de manera rotunda. Un gobierno sin Presupuestos, no gobierna nada. Ciertamente así lo estamos viendo y sufriendo. Pedro campa atravesando linderos y pedazos cuan Atila crecido y desnortado.
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