El
Gobierno de Castilla-La Mancha ha dado el visto bueno inicial a la
ayuda de más de doce millones de euros para poner en marcha, entre 2025 y
2028, el Programa de Asistencia Material Básica -conocido como
‘Programa Básico’- dirigido a garantizar alimentos y productos
esenciales a las personas en situación de mayor vulnerabilidad. La
iniciativa, financiada por el Fondo Social Europeo Plus (FSE+),
está destinada especialmente a familias con hijas e hijos menores a
cargo.
Tal
y como ha explicado en rueda de prensa la portavoz del Ejecutivo
autonómico, Esther Padilla,
se trata de un programa que, hasta ahora, era gestionado por el Estado y
que pasa a ser competencia de las comunidades autónomas.
En
2024, la ejecución del programa corrió a cargo del Ministerio de
Derechos Sociales y Agenda
2030, en colaboración con Cruz Roja, tal y como ha señalado la
portavoz. Castilla-La Mancha participó a través de su red de atención
primaria de Servicios Sociales, cuyos profesionales se encargaron de
identificar a las personas beneficiarias y realizar el
acompañamiento social.
A
partir de este año, la gestión del programa será íntegramente
autonómica y el Gobierno
regional ya ha iniciado el proceso de concurrencia competitiva que
exige el FSE+ para seleccionar a la entidad colaboradora encargada de
ejecutarlo durante los próximos años.
Un modelo basado en la autonomía
La
portavoz ha puesto el foco en que el proyecto se materializa en las
conocidas como ‘tarjetas
monedero’ para que las familias pueden canjear en supermercados por
productos de alimentación, aseo o limpieza. “Hablamos de un modelo
centrado en la autonomía de las personas, en su capacidad de decidir, de
organizar su economía doméstica con libertad y dignidad”,
ha señalado Padilla, quien ha subrayado que esta fórmula evita “las
bolsas precintadas o los menús cerrados”, así como los estigmas
asociados a la ayuda en especie.
Las
tarjetas permiten adquirir productos de primera necesidad en
determinados supermercados,
pero excluyen aquellos que contengan alcohol u otros bienes no
esenciales, según ha aclarado. Se estima que la ayuda beneficiará en
Castilla-La Mancha a unas 23.960 personas y sus unidades de convivencia,
todas ellas con ingresos por debajo del 40 por ciento
de la media de renta nacional, que se sitúa en torno a los 22.300 euros
anuales, tal y como ha indicado Padilla.
En
2024, Castilla-La Mancha fue una de las pocas comunidades autónomas que
ejecutó el 100
por cien del programa, con más de 2.600 tarjetas adjudicadas que
llegaron a 10.000 personas. “La coordinación entre la Consejería y Cruz
Roja fue ejemplar”, ha puesto en valor Padilla.
Un enfoque integral contra la pobreza infantil
La
portavoz del Gobierno ha destacado esta iniciativa como un ejemplo de
compromiso real
con la igualdad de oportunidades. “No queremos que ninguna familia
tenga que elegir entre encender la calefacción o llenar la nevera”, ha
subrayado.
Asimismo,
según ha incidido Padilla, esta iniciativa se plantea con un enfoque
integral que
no solo contempla la ayuda económica, sino que también ofrece
acompañamiento profesional y acceso a otros recursos orientados a la
inclusión social. “Se trata de romper el círculo de la pobreza, en el
que muchas niñas y niños quedan atrapados, sin estigmas
y fortaleciendo las estructuras de apoyo”, ha concluido Padilla.
La portavoz ha precisado además que el programa contempla una solución específica para las zonas rurales donde no hay supermercados adheridos. Para ello, se recurre a la adjudicación de ayudas de emergencia social a través de los servicios sociales, una línea complementaria que la Consejería de Bienestar Social mantiene activa para atender a las familias “que más lo necesitan”, ha finalizado.
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