Las emblemáticas motocicletas, de todas las épocas, modelos y colores, han provocado la admiración, y algo de nostalgia, en los curiosos que se acercaban al centro de la ciudad. Vespas y lambrettas tuneadas de muchas formas, algunas de ellas con sidecar, mascotas o esas pegatinas que demuestran un largo historial de asistencia a otras concentraciones o actos de hermanamientos entre clubes.  La pasión que se comparte por la vespa ha forjado grandes amistades y mucho de los participantes repetían  presencia en Tomelloso en esta décima edición.

Tras dar cuenta de un buen desayuno, y con el sol apretando desde primera hora, la comitiva motera salía rumbo a Arenales y Alameda de Cervera para conocer ese inmenso mar de viñas que hay al norte de la ciudad. De regreso pasarán por el Santuario de Pinilla. Otra de las paradas programadas es en la Bodega Almazara Virgen de las Viñas, donde se compartirá un vino y un aperitivo y actuará el grupo folklórico Virgen de las Viñas.

El almuerzo tendrá lugar en el Hotel Palomar y durante la comida se hará entrega de los trofeos y se realizará el esperado sorteo de una vespa. Rocío Valentín expresaba su satisfacción ante el hecho de que Tomelloso sea el centro de una concentración “que reúne a gente de toda España y que, en algunos casos, llevan ya varios días en la ciudad consumiendo y disfrutando aquí de nuestra hostelería, comercio y gastronomía, algo que potencia Tomelloso y es un motor económico. Creo que es una jornada muy bien preparada y en el Ayuntamiento hemos colaborado activamente con el club en la organización. Tambien hemos ofrecido un detalle a cada participantes para que a todos les queden esas ganas de volver”.