En concreto, solo en mayo se han comercializado 135.000 toneladas (incluidas importaciones), lo que para UPA demuestra que “el consumidor sigue fiel a la grasa vegetal más sana del mundo”, aunque los beneficios no estén llegando a los agricultores. “Nos encontramos ante una contradicción flagrante: la demanda no afloja, pero los precios en origen siguen muy por debajo del umbral de rentabilidad”, denuncian desde la organización.

Las cuentas son claras: según UPA, los precios actuales han provocado que solo en el mes de mayo los olivareros hayan dejado de ingresar 405 millones de euros. “Seguimos vendiendo por debajo de costes, con cifras récord de ventas y previsiones de cerrar la campaña con 1,5 millones de toneladas comercializadas. ¿Cómo es posible que el productor pierda dinero mes tras mes?”, se preguntan.

Desde la organización agraria se alerta de que el problema no es de exceso de producción, sino de especulación: “No sobra aceite de oliva, sobran especuladores. Y esto solo se puede resolver desde dentro del propio sector”. UPA reclama unidad, valentía y estrategia para defender un precio justo en origen, sobre todo para el olivar tradicional, que sufre con mayor intensidad esta crisis de rentabilidad.

La organización insta a los productores a romper con el “síndrome de Estocolmo” que les empuja a vender con miedo y urgencia, y les anima a adoptar una actitud más firme, como la del modelo italiano, que prioriza la venta por encima de los costes de producción. “Es momento de defender lo nuestro, porque está en juego la viabilidad de miles de explotaciones y un sector clave en la economía castellano-manchega”.

Mayo se ha cerrado con unas existencias totales de 763.311 toneladas: 555.573 en manos de cooperativas y almazaras, 200.609 en los envasadores, y 7.128 en el Patrimonio Comunal Olivarero. Pese a este volumen, las perspectivas de enlace entre campañas son mínimas, lo que refuerza el argumento de UPA sobre la fortaleza de la demanda.

“Menos miedo y más estrategia”, concluye la organización agraria, que reitera su llamamiento al sector a “poner cordura” y recuperar la rentabilidad perdida.