La casa que tiene un emplazamiento privilegiado dispone de cinco amplios dormitorios, una sala de estar, una zona de cocina totalmente equipada con nevera y cafetera, dos baños con ducha, un estudio y un patio donde la conocida familia de floristeros ha dejado su sello con un olivo y jazmín y lo mismo sucede en la puerta de entrada flanqueada por pilistras y dos cipreses que le proporcionan un elegante toque. Lo tonos blancos predominan en la casa que conserva sus puertas de madera originales y las tarimas de algunos de los dormitorios.

El mobiliario combina lo moderno con lo clásico y la luz natural entra a borbotones por casi todas las estancias. El ambiente no puede ser más acogedor y confortable, también en verano con el aire acondicionado y ese patio con barbacoa, marco perfecto para reuniones familiares y amigos. Y la decoración, al menos de momento, parece inclinarse por el minimalismo, si bien aparecen aluciones a las tradiciones de Tomelloso en cuatro preciosas fotografías en blanco y negro.

Los arquitectos dieron una buena solución modificando la antigua escalera, que ocupaba demasiados metros, y ha sido sustituida por una de madera más ligera que permite abrir el espacio. Una solución de lo más interesante en cuanto al aprovechamiento y la apertura del espacio. De igual manera, en la entrada se ha suprimido uno de los tabiques, solución que desembocará en un amplio recibidor. Esther también decidió cambiar ventanas y construir algunos lucernarios que permiten la entrada de esa luz natural tan agradable. 

Las casas del Barrio del Carmen, a las que popularmente pusieron el apelativo de Baratas, han experimentado un proceso de revalorización que ha desembocado en magníficas viviendas. Así sucede con esta casa turística que, desde su apertura la pasada Semana Santa, no ha dejado de recibir visitantes y las opiniones que ofrecen en las redes son inmejorables.

La vivienda pueda alojar hasta diez personas. Y muy cerca de allí se toparán con tres cocineros de prestigio para disfrutar de la mejor gastronomía: Rubén Sánchez Camacho, que consiguió recientemente una estrella Michelín; la chef María Morales y el pizzero, Jesús Marquina “Marquinetti”. Todo en una zona dotada de servicios, zonas verdes y el centro de la ciudad a escasos diez minutos. Muchos alicientes para el visitante en una casa con una estupenda relación calidad-precio en la que merece la pena alojarse.