La incertidumbre que rodea al mercado vitivinícola y los desequilibrios comerciales y geopolíticos fueron el eje central de una reunión que puso sobre la mesa la vulnerabilidad de los viticultores castellano-manchegos. “Pedimos a las administraciones que pongan en marcha medidas y apoyos económicos eficaces”, reclamó Alejandro García-Gasco, responsable sectorial del vino de UPA CLM, recordando que muchas explotaciones familiares están viendo comprometida su viabilidad.

Durante la sectorial, García-Gasco repasó las propuestas legislativas presentadas por la Comisión Europea en marzo, que modifican tres reglamentos y recogen algunas de las recomendaciones del Grupo de Alto Nivel en el que participa UPA. Sin embargo, alertó de que aún quedan medidas clave por incorporar a la normativa comunitaria y española.

Por su parte, el secretario general de UPA Castilla-La Mancha, Julián Morcillo, solicitó una mayor flexibilidad en el uso de los fondos de la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV) recogidos en el PEPAC. “Si no se gastan en el año correspondiente, deberían poder utilizarse en anualidades posteriores”, defendió. Además, propuso destinar esos fondos no ejecutados al arranque de viñedo, una medida que podría aliviar la sobreproducción y mejorar la competitividad del sector.

El debate también abordó cuestiones como los aranceles, las exportaciones, el nivel de consumo o la caída de precios. Frente a estas amenazas, UPA exige medidas coyunturales que amortigüen el impacto de los vaivenes del mercado y reclama que el incremento del 80% propuesto por Bruselas en medidas contra el cambio climático se integre en las ayudas a la reestructuración del viñedo, especialmente para quienes apuesten por variedades más adaptadas a las nuevas condiciones climáticas.