En esas conversaciones entre bambalinas que, tantas veces,
compartimos políticos y periodistas casi siempre subrayamos el carácter cíclico
de las dos ocupaciones. Personas públicas e informadores siempre tienen por
delante fechas, acontecimientos, plazos y celebraciones que parecen acelerar el
paso del tiempo. Pero como cantaba el gran Machado en sus versos, “todo pasa y
todo queda…” y lo sabe bien Javier Navarro que ha sobrepasado ya el ecuador de
su mandado y parece que fue ayer cuando tomó posesión como alcalde.
Precisamente, estos primeros 25 meses de gestión
serán el reclamo principal de una entrevista en el que abordaremos temas de
candente actualidad con el primer edil.
—Pasado el ecuador del mandato, ¿cuáles considera que han
sido los principales logros de su gestión?
—El primero, estabilizar la situación económica que
nos encontramos en el Ayuntamiento. Habían presentado el Consistorio como una
locomotora económica, pero terminaba el año 2023 con más facturas pendientes de
pago que dinero disponible. Además, se cerraba 2022 con una inestabilidad
presupuestaria de 2,9 millones de euros, por lo que había que reducir el gasto
en casi tres millones con respecto a los ingresos. Esta situación se ha
conseguido revertir gracias al esfuerzo realizado y, por supuesto, al de
los vecinos, de tal manera que las cuentas de 2024 ya arrojan una
estabilidad presupuestaria positiva. La atención a la ciudadanía y la
proyección de la ciudad al exterior también han sido clave en estos dos años.
—¿Puede ampliar esos aspectos?
—Hemos priorizado, como segundo eje, la atención a las
personas, lo que se refleja en el presupuesto de 2025. Los convenios con
entidades del Tercer Sector se han incrementado entre un 8% y un 50%,
porque consideramos fundamental mostrar un apoyo firme y continuado a las
entidades que más labor realizan por las personas en Tomelloso. También hemos
reforzado las convocatorias dirigidas a asociaciones de vecinos, culturales,
empresariales y deportivas. El tercer aspecto ha sido generar motivos por
los que venir a Tomelloso, reforzando la ciudad tanto por dentro como por
fuera. Destacan las inversiones realizadas en el Conservatorio, el aula
digitalizada de la DGT, donde cada año se realizan más exámenes, y la creación
de nuevas plazas de aparcamiento, como las 90 del sector Renfe. Además del
parking de autocaravanas, el campo de tiro o la Casa de las Artes y las Letras.
Son actuaciones que, aunque parezcan diversas, responden a una misma visión:
reforzar el atractivo turístico, cultural y emprendedor de Tomelloso. Queremos
que nuestra ciudad no solo sea un buen lugar para vivir, sino también un lugar
al que merezca la pena venir.
—¿Cuál diría que es su principal asignatura pendiente?
—Sin duda, una de las que nos encontramos al llegar a la
Alcaldía, el refuerzo del mantenimiento de la ciudad, particularmente en
materia de limpieza. Aunque hemos invertido 118.000 euros más que el
equipo de gobierno anterior —100.000 euros en refuerzo del contrato de limpieza
y 18.000 euros en la limpieza del polígono industrial de SEPES—, estos recursos
se han demostrado totalmente insuficientes. Hemos tenido semanas con un déficit
notable del servicio que han sufrido todos los ciudadanos. No voy a
culpabilizar al carácter incívico de algunos vecinos ni a quienes buscan dentro
de los contenedores, venimos a dar soluciones.
—¿Y cuáles son?
—Las soluciones que estamos implementado incluyen la
contratación de 20 personas a través del plan de empleo de la Diputación:
diez dedicadas a zonas verdes y parques, y otras diez para reforzar el servicio
de limpieza municipal. Estamos destinando prácticamente 300.000 euros a la
contratación de personal para que las zonas que quedan limpias por la
mañana no aparezcan sucias por la tarde, especialmente durante los fines de
semana y épocas estivales.
Dentro del mantenimiento también incluimos los casi 700.000 euros invertidos en renovaciones de redes de abastecimiento, los 80.000 euros en pintura de colegios, los 50.000 euros en instalación de líneas de vida en centros educativos, y las reparaciones de acerados en calles como Zurbarán o el Paseo de San Isidro.
—¿Cómo avanzan los grandes proyectos del mandato como la
Casa de las Artes y las Letras, la Avenida de Niort o el Pabellón Ferial?
—La Casa de las Artes y las Letras es una obra que
está finalizando. Se trata de una renovación integral que ha resultado
más costosa que si hubiéramos construido desde cero, pero que incluye un
proyecto muy importante de instalaciones e infraestructuras. Esperamos proceder
al proyecto de musealización durante el verano y poder anunciar su apertura el
1 de enero de 2026.
Uno de mis proyectos clave es la Avenida de Niort,
donde ya hemos contactado con todos los propietarios. Es una obra de
urbanización de aproximadamente 2,5 millones de euros en suelo que no es
propiedad municipal y que no tiene consideración de urbano. El proyecto estará
terminado en septiembre u octubre e iniciaremos el procedimiento de
licitación para ofrecer a los vecinos una alternativa al tráfico de la avenida
Antonio Huertas y conectar la zona de la Ciudad Deportiva con la calle Alcalde
Carlos Cotillas.
El pabellón ferial es el proyecto más retrasado.
Comenzaremos la redacción, una vez encauzadas las otras dos iniciativas.
También está incluido en fondos europeos y esperamos poder dejar redactado el
proyecto antes de que acabe la legislatura para que, independientemente de
quién gobierne después, Tomelloso pueda contar con estas infraestructuras.
—¿Y el Parque del V Centenario?
—El Parque del V Centenario dispone de 75.000
euros para la elaboración del proyecto tras la última incorporación
de remanente. Hablamos de una zona verde de prácticamente 76.000 metros
cuadrados —que competirá en extensión con el Parque de la Constitución— pero
con un concepto muy diferente: será una zona verde practicable, de encuentro,
con juegos infantiles, práctica deportiva y merenderos. La inversión prevista
es de millón y medio de euros. Está contemplada en fondos europeos,
aunque aún no tenemos resolución. En cualquier caso, el proyecto se licitará
durante esta legislatura y las obras se iniciarán también en este mandato.
—La colaboración con otras administraciones,
especialmente con la Junta, no parece ser muy fluida...
—Las colaboraciones siempre tienen que ser
bidireccionales. Nosotros hemos realizado obras que no eran obligación
municipal, como las 90 plazas de aparcamiento en el sector Renfe, con
una inversión de 167.000 euros, para solucionar un problema generado tras la
construcción del centro de salud que no preveía aparcamiento suficiente. Sin
embargo, en la dirección contraria, la Junta de Comunidades dispone de mucho
suelo en el IRIAF —en realidad, suelo que prestó el pueblo de Tomelloso— de los
750.000 metros cuadrados que se donaron para la antigua escuela de capataces.
Hablamos de medio millón de metros cuadrados vacantes, muchos inertes y sin
uso. El equipo anterior tenía el compromiso de cesión de 5.000 metros para el
pabellón ferial, pero por un simple cambio de gobierno nos retiraron esa
posibilidad, utilizando la excusa del brócoli, que considero bastante
torticera.
La Junta de Comunidades no nos ha dado absolutamente nada
de lo comprometido con el pueblo de Tomelloso. Cuando solicito cita con el
presidente, me deriva a otras personas; creo que el alcalde de la octava
localidad de la Comunidad Autónoma merece ser recibido por la
primera autoridad regional para exponer estas demandas que considero lógicas y
coherentes.
—¿En qué situación se encuentra el edificio del antiguo
centro de salud?
—El gerente del Hospital me confirma que la Consejería se
está tomando en serio la decisión de qué hacer con el edificio del antiguo
centro de salud. Ya ha sufrido un intento de ocupación por lo que se han
tomado medidas. Muchos vecinos consideran que correspondería una cesión al
Ayuntamiento para buscarle un uso alternativo. Pero hay que pensar que el
ambulatorio se trasladó alegando inestabilidad del suelo. Creo que primero hay
que aclarar la titularidad, si es de la Junta o de la Administración
Central. Y una vez dilucidada esa circunstancia, lo que corresponde es la demolición
del edificio y determinar que hacer con ese solar.
—Los datos de empleo son muy positivos en Tomelloso.
¿Cómo han contribuido las políticas municipales?
—Sobre todo, en no estorbar. Las administraciones
públicas no tenemos que crear empleo directamente. Hemos aligerado cargas:
bajamos tasas de hostelería para instalación de mesas y sillas, cambiamos
normativas restrictivas que limitaban el número de mesas y tenían requisitos
excesivamente estrictos. Hemos modificado la regulación de declaraciones
responsables para agilizar trámites, hacemos acompañamiento a empresas para
obtención de licencias y permisos, y hemos posibilitado la construcción de un
parque comercial. Pero, sobre todo, el mérito reside en el empuje que tienen
nuestras empresas. El Ayuntamiento acompaña y colabora, pero la creación
de empleo reside básicamente en el sector metalmecánico, la Cooperativa Virgen
de las Viñas, la hostelería... Ellos son a los que hay que ayudar.
—La vivienda es un tema muy latente a escala nacional y
viene generando un amplio debate. ¿Cómo enjuicia el panorama que tenemos en
Tomelloso?
—Es cierto que el acceso a la vivienda es caro y muy elevado para que los jóvenes puedan acceder, pero las políticas estatales han cambiado mucho. Yo fui de los últimos beneficiarios de la desgravación anual en la declaración de la renta por adquisición de vivienda de primera utilización, mientras que ahora las políticas de acceso son prácticamente inexistentes. En Tomelloso no hay problema de suelo para construcción, quien quiera edificar vivienda de nueva planta puede hacerlo sin problemas. El mayor inconveniente está en la rehabilitación de viviendas deshabitadas por herencias o desacuerdos entre titulares, que terminan siendo compradas como solares. Los costes de construcción tras la pandemia y las guerras se han elevado muchísimo: lo que costaba 100.000 euros ahora no baja de 200.000. Hay falta de profesionales del sector y aumento de costes de los materiales. Las políticas nacionales y regionales deberían fomentar que quienes quieren rehabilitar o comprar vivienda deshabitada tengan más facilidades.
—Hablemos de transporte público, ¿ve ahora más posibilidades
para conseguir el anhelado ferrocarril?
—En materia de transporte tenemos tres aspectos bien
diferenciados. Por carretera estamos muy bien conectados con dos
autovías, la A-43 y A-42, y una localización geográfica tremendamente
favorable. En cuanto al ferrocarril, pese al hartazgo de muchos vecinos ante
muchos años de promesas incumplidas, hay que seguir demandando la
integración de la comarca en la red. Hay voluntad de todos los partidos
políticos de Argamasilla y Tomelloso para que esa necesidad se traslade a las
distintas administraciones. Somos de las pocas comarcas de más de 30.000
habitantes que no tenemos conexión ferroviaria. La coyuntura europea es
favorable a la promoción de conexiones ferroviarias, pero la nacional no tanto,
viendo que las líneas actuales están mal mantenidas y lo que era motivo de
orgullo en España se ha convertido en lo contrario.
—El autobús interurbano tampoco está para tirar cohetes,
¿no cree?
—El transporte público por carretera —y es el tercer aspecto
del que hablaba— no es competencia municipal en localidades de menos de 50.000
habitantes. Tras la pandemia, es un hecho objetivo, se aprovechó para
eliminar muchas rutas y frecuencias. En ese sentido, tenemos el mismo
problema que otros sitios. El 7 de diciembre de 2023 trasladé esta cuestión a la
delegada de la Junta en Ciudad Real, y su solución fue decirme que con
aplicaciones como BlaBlaCar no hacía falta invertir en mejorar
frecuencias y rutas de transporte interurbano. No tiene sentido que no tengamos
conexión con Toledo por una autovía preciosa, o que si vas a Ciudad Real como
universitario pierdas la primera hora de clase por llegar tarde.
—Pulsando a la opinión pública y lo que se lee en las
redes sociales las mayores críticas han llegado por la limpieza de la ciudad,
que ya hemos tratado, y un controvertido semáforo en la avenida Antonio Huertas.
¿Qué tiene que decir al respecto?
—Partimos de una realidad: el número de accidentes
con heridos de 2024 es un 44% superior al de 2023. Hay vecinos que
consideran que no hay que controlar los semáforos porque no ocurren accidentes
graves. Pero el problema es que cuando hay un accidente grave es gravísimo: estamos
hablando, nada menos, que de no respetar un semáforo. Las sanciones son por saltárselo
en rojo, no en ámbar. Las fotos que recibe el usuario son en rojo, y el
denunciado tiene acceso a un vídeo completo. Para ser multado tienen que darse
tres circunstancias: cruzar el semáforo en rojo, sobrepasarlo en rojo, y
hacerlo completamente en rojo.
Entiendo el cabreo del sancionado, pero los cuatro
puntos retirados y el importe de la multa no los fija el Ayuntamiento, sino la
Dirección General de Tráfico. Es una infracción grave en Tomelloso igual que en
cualquier otro lugar. No es una medida popular, pero tampoco hemos venido a
perpetuarnos, sino a contribuir a una ciudad más segura.
—Han apostado por una zona joven en la parte industrial
del barrio San Antonio ¿cómo ha sido el arranque de esta iniciativa?
—Parto de que un ayuntamiento no está para llevar a cabo
iniciativas como esta, pero tiene que atender las necesidades de sus vecinos.
Tenemos una regulación medioambiental que complica la iniciativa empresarial,
de hecho, la anterior discoteca de verano tuvo que cerrar. Hemos ubicado la
zona joven en un polígono industrial buscando que no haya viviendas al menos en
500 metros. El verano pasado, los jóvenes de Tomelloso se iban a festivales
de otras localidades o hacían botellón en eras sin luz, alumbrándose con
los móviles. El Ayuntamiento no tiene que competir con la hostelería, pero
tampoco puede obviar la situación de nuestros jóvenes.
La zona joven ha demostrado ser un proyecto de éxito
que completa prácticamente su aforo los sábados, con menos afluencia los
viernes. Conscientes de que los padres pueden tener incertidumbre por el
desplazamiento, hemos puesto un servicio de autobús con un coste asequible
desde dos puntos céntricos con buena visibilidad.
—¿Es la cultura un factor de atracción turística?
—Hay que recuperar la esencia. Todos presumimos de ser la Atenas
de La Mancha, pero parece que no pasamos de ahí. Tomelloso tiene pasado,
presente y futuro cultural. Hablamos de Eladio Cabañero, de García Pavón, pero
habría que hablar más de Pepe Carretero, de Dionisio Cañas, de que tenemos
artistas y literatos actuales. En materia de turismo te tienes que
distinguir, y como decía al principio, dar motivos para venir. La Casa de las
Artes y Letras no estará dedicada a un único artista porque hay muchos que se
lo merecen. Recuperar las cuevas es importante porque nos distingue del entorno.
Estamos reacondicionando la cueva del mercado, como complemento a todo lo que
ese espacio ofrece. Tiene espacio para coworking, sala de reuniones, la cueva y
una pérgola fotovoltaica para crear microclima. Seguimos engrandeciendo la Fiesta
de las Letras, creando nuevos premios que reconozcan la labor de artistas como
José Luis Cabañas. Se trata de una apuesta integra, un producto
turístico completo.
—La feria está ya muy cerca. Conocido el programa de
conciertos y las personalidades que intervendrán en los actos institucionales,
existe una clara división de opiniones…
—Llevo muchos años en el Ayuntamiento y sé que la feria
no le va a gustar a todos nunca. Mucha gente me pregunta por el concierto
de Omar Montes; estoy convencido de que funcionará bien, aunque organizar un
recital de ese nivel en Tomelloso tiene un coste muy elevado. Y no solo
debemos pensar en la oferta musical de feria. Hablamos de cinco días en los que
realmente se pueden programar conciertos —el 24 o el 30, por ejemplo, no son
fechas apropiadas—, pero el Ayuntamiento también colabora en el Zodiak, para
que artistas importantes vengan a Tomelloso, o con la peña taurina en la
realización de conciertos en la Plaza de Toros.
El objetivo es que haya una oferta que abarque todos los
públicos. Un año puede predominar el pop, otro el flamenco, otro los
clásicos. Y hay que ser conscientes de nuestras limitaciones: en Manzanares,
por ejemplo, el presupuesto es mayor porcentualmente que el nuestro. Además,
debemos plantearnos si el público de Tomelloso pagaría 60 euros por una
entrada. Ya hemos tenido familias que, ante precios de 15 o 20 euros, nos dicen
que llevar a varios miembros supone un gasto importante. Queremos garantizar
que cualquiera pueda disfrutar de la música a precios asequibles. Traer
a Joaquín Sabina está muy bien, pero hay que saber que la entrada costaría más
de 100 euros.
—También ha habido comentarios sobre la corrida de toros...
—Siempre habrá división de opiniones. Algunos critican que
saquemos la corrida de la feria, pero hace dos años tampoco fue en feria. Hay
que pensar en que no solo asistan los vecinos, sino también quienes vienen
de fuera. Si la corrida es entre semana, al día siguiente trabajan y no se
quedan. Y otra cuestión: cuando coinciden la corrida, el concierto y la Fiesta
del Vino, el vecino tiene que elegir. Por eso a veces hay que mover fechas. La
Fiesta del Vino, por ejemplo, se nos queda pequeña en los Jardines del Parque y
hay que pensar en otros espacios como la Plaza de Toros.
—¿Cómo funciona la coalición de gobierno en el contexto
actual?
—Muy bien. Suena a tópico, pero somos 11 personas trabajando por Tomelloso. Dejamos a un lado las cuestiones que nos separan y nos centramos en las que nos unen. Respecto a lo ocurrido en otros municipios, aquí la prioridad es dar estabilidad. Los vecinos quieren que hablemos de limpieza, de los problemas reales, no de si se rompe o no el pacto. La coalición, aunque le pese al Partido Socialista, goza de buena salud y nuestra intención es cumplir con los programas de gobierno.
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Lunes, 11 de Agosto del 2025
Lunes, 11 de Agosto del 2025
Lunes, 11 de Agosto del 2025
Lunes, 11 de Agosto del 2025