“Faro que guía nuestros pasos”

En su intervención, el alcalde se ha dirigido a la Virgen como “Madre y Señora de este pueblo”, reafirmando el voto de amor y gratitud heredado de generaciones pasadas. Ha recordado que su presencia es “el faro que guía nuestros pasos, el consuelo en las penas y la alegría en las celebraciones” y ha subrayado el vínculo inseparable entre la Patrona y la identidad agrícola de Tomelloso: “La vid es el alma de nuestro pueblo, el sustento de nuestras familias y el motor de nuestra economía”.

Gratitud por las cosechas y plegaria por la unidad

Navarro ha agradecido a la Virgen “las cosechas que nos concedes, el vino que alegra nuestras mesas y la prosperidad que brindas a nuestros agricultores”, pidiéndole que continúe protegiendo los campos y a quienes los trabajan.

En su mensaje, ha pedido también por las familias, los mayores, “pilar de nuestra historia y memoria viva de lo que hemos logrado”, y los jóvenes, a quienes ha animado a mantener el diálogo y el calor del hogar frente a la frialdad de las pantallas.

Trabajo, paz y solidaridad

El alcalde ha dedicado parte de su oración al empleo como garantía de dignidad y esperanza, y ha elevado una petición por la paz, reclamando “que no haya espacio para las armas en el sendero de la concordia” y que no vuelvan a repetirse imágenes de hambre y desnutrición “en un siglo que no puede permitir que los niños sean víctimas de la guerra”.

Un Tomelloso más unido y próspero

Finalmente, Navarro ha pedido a la Patrona que inspire a los gobernantes “a guiar nuestros destinos con sabiduría y prudencia” y ha expresado su deseo de construir “un Tomelloso más unido, más solidario y más próspero”, bajo el amparo del manto de la Virgen, “en el que cabemos todos y donde siempre hay lugar para los descartados”.

El acto ha concluido con un vibrante “¡Viva la Virgen de las Viñas!”, coreado por cientos de voces que llenaban la plaza.