La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) exige
acciones urgentes e inmediatas para mejorar la prevención de los incendios que
cada verano arrasan nuestros montes, y denuncia la precariedad que sufren
quienes arriesgan su vida en primera línea, el cuerpo de bomberos forestales,
ante el peor año de incendios en tres décadas.
El sindicato recuerda que el fuego no se apaga en verano, sino en
invierno. La falta de inversión sostenida en materia de prevención y gestión
forestal se ha traducido en escasos recursos humanos destinados a la limpieza
de montes, la apertura de cortafuegos o el cuidado de áreas totalmente
abandonadas. El resultado es un polvorín que ya ha estallado, afectando a más
de 200.000 hectáreas y 4 víctimas mortales -8 en lo que va de año- en tareas de
extinción. León, Ourense y Zamora han sido golpeadas por una asoladora cadena
de incendios que podría haber sido mitigada con meses de antelación.
En contra de la opinión de algunos responsables políticos, que han
calificado de “despilfarro” el mantenimiento de las dotaciones forestales de
las comunidades autónomas, UGT recuerda que la prevención de incendios supone
un gran ahorro económico. Frente a los 19.000 euros que cuesta de media apagar
un incendio, prevenirlo implica 3.000 euros en desbroces o 300 en quemas
prescritas. No hay excusa para ignorar la prevención de incendios.
Al otro lado de las llamas, la precariedad del cuerpo de bomberos
forestales dificulta todavía más la extinción del fuego. UGT critica
enérgicamente las intolerables condiciones laborales de este sector, condenado
a una temporalidad perpetua: más del 60% son despedidos tras acabar el periodo
estival. Salarios paupérrimos y jornadas de 60 horas en cuatro días, sin apenas
descanso, evidencian la falta de recursos destinados a la prevención y
extinción de incendios.
El sindicato recuerda que, detrás de esta crisis, hay una serie de
causas estructurales que deben ser abordadas lo antes posible. El abandono del
mundo rural o el cierre de explotaciones agrarias y ganaderas han perjudicado
la correcta gestión de nuestra masa forestal, cada vez menos controlada. Esta
situación encuentra su peor contexto posible en el calentamiento global, que
acentúa los incendios, cada vez más voraces, impredecibles y peligrosos.
Por todo esto, UGT reclama un Pacto de Estado que tenga en cuenta
los efectos del cambio climático y proteja no solo al equipo de bomberos
forestales, sino también a los pequeños agricultores que pueden combatir la
despoblación rural y fomentar el cuidado de nuestros montes. Es necesaria,
además, una corresponsabilidad fiscal que garantice que los servicios públicos
no se queden atrás frente a cualquier oleada de incendios.
El sindicato exige que se refuercen los medios disponibles para la
extinción y, sobre todo, la prevención del fuego. La destrucción cíclica de
cada verano solo se puede frenar con unas condiciones laborales dignas para el
colectivo de bomberos forestales, junto con políticas activas de repoblación y
apoyo al mundo rural, y una estrategia clara frente al cambio climático.
UGT reconoce la inconmensurable labor de los profesionales que han
trabajado y siguen trabajando en la extinción de los incendios. El sindicato
exige que sus condiciones laborales estén a la altura del sacrificio y el
esfuerzo dedicados a controlar las llamas, y que su necesario trabajo sea
reconocido no solo en verano, sino durante todo el año. Porque el fuego tiene
que empezar a apagarse en invierno.
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Miércoles, 20 de Agosto del 2025
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