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Feria 2025

Linares, El Fandi y Cayetano salen por la puerta grande de Tomelloso

Antonio Linares triunfa en su plaza con cuatro orejas y petición de rabo

Francisco Navarro | Sábado, 23 de Agosto del 2025

Casi tres cuartos de entrada en el primer festejo de la Feria y Fiestas de Tomelloso. Han hecho el paseíllo en una tarde calurosa, El Fandi, Cayetano y Antonio Linares. Se ha lidiado toros de Manuel y Antonio Tornay. El Fandi, dos orejas y oreja; Cayetano, que reaparecía y ha levantado mucha expectación, oreja y dos orejas; y Antonio Linares, dos orejas y dos orejas con petición de rabo.

El Fandi, tres orejas

El primero de David Fandila ha sido noble; el granadino ha toreado bien con el capote, se ha lucido en las banderillas —en el último lance ha puesto dos pares a una mano— y con la muleta ha recibido de rodillas al de Tornay, algo flojo. Una estocada hasta el fondo, algo caída le ha valido dos orejas.

Al cuarto, el Fandi le hizo una vistosa faena con la muleta. Le puso cuatro pares de banderillas y estuvo animoso con la muleta. Mató al toro al cuarto intento y se ha hecho daño en la mano derecha. El público ha valorado su entrega con una ovación y ha pedido para él una oreja que ha concedido la presidencia.

Cayetano, tres orejas

El primero de Cayetano Rivera ha sido difícil y se ha quedado sin fuerza tras la puya. Rivera ha hecho una digna faena con la muleta. Media estocada trasera le ha obligado a descabellar. La presidencia le ha otorgado una oreja.

Al quinto de la tarde le hizo una bonita faena de muleta. Lo ha matado con una certera media estocada. Dos orejas.

Linares, cuatro orejas con petición de rabo

Antonio Linares recibió al tercero de la tarde con valentía, a porta gayola. No faltaron las largas cambiadas en su faena de capote que levantaron los aplausos del público. Le saca al de Tornay una faena —que brindó a Cayetano— muy torera. Mata a la segunda, con una estocada hasta la bola. El público pelea por las dos orejas para el torero local que concede la presidencia.

Valiente y efectista en el que cerraba plaza, Linares conjugo el toreo clásico con el más vistoso. Los desplantes levantaron al respetable de sus asientos. La apoteosis de la faena ha llegado cuando ha ejecutado la suerte suprema con una toalla con una tolla, matando al anima con una certera estocada. El público ha pedido el rabo, pero el presidente ha concedido dos orejas.