Feria 2025

Con cuatro bellos sonetos, Margarita García ganó el Premio Local de Poesía “Ángel López Martínez” en la XLII Fiesta de las Letras

La Voz | Domingo, 24 de Agosto del 2025
{{Imagen.Descripcion}} Margarita García, primera por la izquierda, también fue galardonada en 1989 Margarita García, primera por la izquierda, también fue galardonada en 1989

“Paisaje interior” fue el trabajo de cuatro sonetos que permitió a Margarita García Morales ganar el Premio Local de Poesía “Ángel López Martínez” en la XLII Fiesta de las Letras que tuvo lugar en el año 1992.

SONETO I (PAISAJE INTERIOR)

Hay en mi corazón rocas y penas,

señales de un alud de siempre vivas;

despertares sin luz y sombras cuativas,

devorándome el sueño por las venas


Hay en mi libertad negras cadenas

de papel, destrozado por hortigas;

letra de paz agonizando heridas

versos de cruz acribillando escenas…


Hay en mi soledad tu compañía:

rincón pequeño donde la ternura

vuelca su piel azul, vuelo, oleaje…


Hay entre tú y yo….Tu sangre fría,

Borbotón que desborda calentura.

Contradicción, absurda, de una paisaje.


SONETO II (“VUÉLVETE”)

Vuélvete corazón, sangre de luna,

blanca de condensar tanta tristeza

sobre la soledad de sus cabeza;

vuélvete, corazón, canción de cuna…

´

Vuélvete tempestad, música una,

Oscura posesión de la pobreza,

Pedazo de pasión, que en vilo, reza

la oración de una lágrima en la duna.


Vuélvete, para ver que me has perdido

en el camino, extraño, de la vida

-como se pierde el sueño con losa años-.


Vuélvete para ver si me han herido

-que el dolor es ya más grande que la herida-;

Haz el recuento, absurdo, de los daños


SONETO III (“HUECO DE AMOR”)

Vuelvo a verte, profunda noche oscura,

Impregnada de besos amarillos;

más que besos, temblores de cuchillos

clavándose en tu piel con mi locura.


Vuelves pasión a hundirme en la tortura

de sentir la ansiedad, como a un rastrillo

arrancándome la sien, donde acribillo

su nombre, intacto para mi ternura.


Una herida ya soy, todo extendida,

Hundida hasta el final, donde resisto

Embistes del amor-toro que quema.


Que me clava las astas de la vida

en la luz del rincón donde te existo:

Hueco de amor en forma de diadema…


SONETO IV (“EN LA ESPESURA”)

Trenzando los errores, destruyendo

la escasa voluntad del renacerse;

sembrando los temores del saberse

ligado a la verdad, pero muriendo.


Sabiendo despertar, pero durmiendo

sin un solo soñar que me confiese

de tanta soledad…¡qué me atraviese!...

¡qué me dispare el mal que estoy sufriendo!


Vaciando libertad –que no me pese-

bajando a lo más hondo de mi mismo

para encontrar, tan sólo, tu locura.


Rondando ya el final para que cese

esta caída, eterna, hacia el abismo,

ciego de navegar tu sombra oscura. 


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