Miguel Hernández: “La mano es la
herramienta del alma”.
Hace pocos días estuve visitando una exposición sobre la “evolución
de las manos a lo largo de la historia del ser humano” que me hizo
reflexionar acerca de su importancia en la historia de la humanidad. Es más, me
atrevería a decir que son la piedra angular que resuelve el progreso de las
civilizaciones.
Pero…¿Ustedes se han mirado alguna vez las manos? ¿Las
cuidamos lo suficiente? ¿Somos conscientes de todo lo que hacemos con ellas?
El término manos procede del latín “manus”, de la palabra
“manipulus” que significa “aquél que tiene manos para manipular”. Pensemos en
todos los trabajos de cualquier índole, desde la artesanía, la agricultura,
hasta las artes de la pintura, escultura, la música y todos los avances en la
rama de las ciencias.
Ciertamente, si en vez de manos hubiéramos tenido alas, o aletas, o pezuñas, o garras, nunca habríamos llegado los seres humanos a viajar por el espacio. Según los científicos, como Darwin y Engels una gran parte de nuestras características físicas y anatómicas las compartimos con determinadas especies de primates superiores del Viejo Mundo.
Pensemos en tareas tan elementales como lanzar una piedra,
fabricar herramientas complejas, construir piezas de barro, trabajar las pieles
de los animales, etc.. Estas y otras fueron las tareas que a lo largo de
milenios dieron forma y funcionalidad a nuestras manos, en un proceso de
adaptación.
Las manos, desde el punto de vista de la biomecánica, ciencia
que se encarga de estudiar los movimientos de nuestro cuerpo conjugando la
actuación de músculos y nervios, son una herramienta perfecta, que incluso
ahora se intenta emular sin mucho éxito en los robots.
Para lo que han servido
Me llaman poderosamente la atención, aquellas pinturas de
colores, en las que aparecen cientos de manos con las huellas de los primeros
habitantes de las cavernas. Posiblemente las pusieron porque querían dejar
latentes sus propias señas de identidad y existencia. ¿Pensando en un legado
histórico, quizá?
Si lo pensamos, por un instante, ese sesgo sigue vigente
hasta el día de hoy, ya que las huellas dactilares son nuestro signo de
identidad intransferible de cada ser humano.
Aquellas manos eran utilizadas para cazar, incluso para hacer
sus pinturas rupestres que han permanecido en las Cuevas de Altamira y la Cueva
de las manos, en Argentina. A la vez que evolucionaron sus manos, también
fueron evolucionando sus cerebros tal y
cómo lo han demostrado los estudios científicos.
De todo ello, ha quedado constancia a través del período
Paleolítico y la Edad de los metales. El paso de una sociedad nómada a una
sociedad sedentaria y los grandes descubrimientos como fueron la escritura
cuneiforme en las tablas de arcilla, en Mesopotamia, han contribuido a
consolidar las diversas artes.
Curiosamente, las manos también han servido para orar en
diferentes religiones, como así lo hicieron los primeros cristianos, incluso
los hinduistas y budistas. Las distintas posturas propiciaban ese equilibrio
cuerpo-mente-alma y servían para conectar lo terrenal y lo celestial.
Frank R. Wilson se refiere a la actividad de las manos cuando
habla de las “raíces físicas ocultas de la aptitud humana” y Heidegger sostiene
que todo movimiento de la mano conduce al pensamiento.
El desarrollo de los pulgares de la mano también supuso un
gran avance en cuanto a la artesanía y la agricultura. Y cómo no olvidar que
servían en la Antigua Roma para condenar o salvar a los gladiadores.
Hoy en día, las manos siguen prestando un servicio de valor
incalculable al lenguaje de los sordo mudos, que se resuelve de alguna forma a
través de las manos, al igual que el lenguaje braille para los ciegos.
Darwin observó, cuando hizo su viaje a Sudamérica en el barco Beagle que los picos de cada especie de pájaro (los pinzones) evolucionaba en función de las islas donde habitaban. Si aplicamos este procedimiento en las manos. El hombre ha hecho igual, en todo tipo de trabajo.
Cuando observo la escultura, la arquitectura, los tallados
magistrales en madera, la pintura y todos los avances científicos, siento que
toda esa imaginación ha sido llevada a cabo con las manos y al unísono de la
sensibilidad. Las emociones y la sabiduría humana, casi celestial, capaz de rozar la bóveda de
cualquier catedral.
Las manos han servido para cuidar a personas, tejer los
telares, como Penélope en La Odisea. Las mujeres que hacen ganchillo y cosen vestidos
de fiesta, para todo tipo de eventos, también cuentan relatos de la memoria y
la belleza.
Sin embargo, existe la otra cara de la moneda y es que, por
desgracia, las manos son capaces de cometer las peores atrocidades. Entonces,
¿son las manos o es el cerebro humano y los pensamientos más viles,
destructores y mundanos?
Es por ello que antes de actuar o ejecutar nuestras acciones
con nuestras manos, ya sea de manera artística o mediante la escritura, incluso
recogiendo las uvas en la vendimia en este mes de septiembre. Seamos capaces de
recoger una buena cosecha en nuestras vidas para dejar una huella imborrable en
cada ser humano que forma parte de nuestra historia.
¡Sean felices y den valor a sus manos!
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Domingo, 14 de Septiembre del 2025
Domingo, 14 de Septiembre del 2025
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