En el Paco Gálvez, ante algo más de un centenar de espectadores, el Atlético inició el partido con Martín Botija, Ballesteros, Jaime, Quirós, Escribano, Álvaro Ponce, Mateos, Julio Zaragoza Juanri, Antonio y Juan José Martínez. En el segundo tiempo entraron Guillermo, Pablo Perales, Álvaro Román y Juan.

El Atlético tuvo que combatir la adelantada defensa en línea de los conquenses que no tuvieron un fútbol brillante, pero sí mucho orden táctico. Marraron los de casa varías ocasiones, pero no fallo Andrés Mesas que aprovecho una indecisión de la zaga local para poner a la media hora el 0-1, marcador con el que se alcanzaría el descanso.

Tuvo más recursos el equipo auriverde en la segunda mitad para superar la defensa visitante. Los balones largos en diagonal que lanzaban Guillermo y Álvaro fueron difíciles de defender. Juanri, en dos ocasiones,y Álvaro Escribano rompieron por la derecha, pero en las tres se toparon con el portero Alejandro que se hizo grande en su salida. No acertó el equipo local y volvio a golpear el Conquense en el 69, con otro gol de Andrés Mesas, en una jugada en la que le favoreció el rechace para marcar. El 0-2 con solo veinte minutos por delante, empezaba a pesar. 

Sin embargo, no se rindió el equipo local que buscó ese gol que le metiera en el partido. Y lo encontró Julio Zaragoza, bien colocado en zona de rechace para conectar un disparo raso ante el que nada pudo hacer el portero. Quedaban pocos minutos y en ese tramo final cada equipo generó una oportunidad de gol; primero tuvo el 1-3 el Conquense y después el Atlético, el 2-2. Al final, 1-2, en un partido que era más de empate que de victoria visitantes, pero como dicen los técnicos, y tienen toda la razón, la contundencia es lo que decide la gran mayoría de los partidos.