La víctima del suceso ha explicado que "los cazadores efectuaron los tiros en dirección al camino, algo expresamente prohibido por la normativa de seguridad cinegética".  Aunque las heridas físicas no fueron graves, el suceso le ha provocado un fuerte trauma emocional y síntomas de estrés postraumático, que actualmente está tratando con ayuda profesional.

“Fue una experiencia aterradora. Desde ese día tengo miedo de salir a correr o acercarme al campo. Podría haber sido una tragedia”, declaró la afectada que preparaba la maratón de Málaga, una competición en la que ya no podrá estar presente.

En su denuncia de los hechos ante las autoridades,  la vecina reclama una investigación exhaustiva para depurar responsabilidades, así como mayor control y señalización en las zonas donde coinciden la caza y las actividades recreativas. Al mismo tiempo, pide precaución y avisa a los numerosos corredores, ciclistas y niños que pasean con sus familiasa a diario por la zona en la que ella realiza sus entrenamientos.

“Este incidente pone de relieve la necesidad urgente de revisar los protocolos de seguridad durante la temporada de caza y de garantizar la protección de quienes utilizan los espacios naturales para el deporte o el ocio", termina diciendo.