"Todavía estoy procesándolo, no es fácil porque jamás piensas que te pueda ocurrir algo así. Afortunadamente, las lesiones no son graves pero podría haber ocurrido algo mucho peor. Lo estoy contentado públicamente para crear conciencia, porque por esa zona tengo muchos compañeros que entrenan. No estoy en contra de la caza, ni muchísimo menos, pero hay que cuidar la seguridad en vías que son de servicio público", comenta.

Ella corría cuando oyó disparos y al mismo tiempo sintió un ardor en la oreja y en el brazo al alcanzarle los perdigonazos. Tras el impacto, los cazadores se acercaron a la víctima, pidiendo disculpas y admitiendo su error y "una imprudencia" por disparar hacia el camino, algo prohibido por la normativa de seguridad cinegética. Silvia entró en estado de shock, aunque poco a poco se fue tranquilizando.

A pesar de que las lesiones físicas no fueron graves, necesito atención en el Hospital de Tomelloso y el suceso le ha provocado un "trauma" psicológico, miedo a volver a correr sola o por el campo y síntomas de estrés postraumático.

La deportista subraya que el incidente tuvo lugar en una vía de servicio pública y muy concurrida, por donde pasan habitualmente vecinos, ciclistas, personas mayores e incluso ella misma con su hijo pequeño.

La Guardia Civil está investigando los hechos, a los que se ha dado curso tras la denuncia presentada por Silvia. La afectada busca concienciar sobre la necesidad de un mayor control y evitar que imprudencias como esta pongan en peligro la vida de los ciudadanos. "Espero que se haga justicia y, sobre todo, que no vuelva a ocurrir algo así", termina diciendo.