Opinión

La verdad y la razón secuestradas

José Manuel Ruiz Gutiérrez | Viernes, 31 de Octubre del 2025
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Una visión de los avatares políticos en nuestro entorno

Vivimos tiempos convulsos en lo que a la praxis de la política se refiere. La desinformación es lo más común, cuando se trata de entender algo, cuando se busca la verdad o la razón. Uno termina descubriendo que ambas, verdad y razón, están siendo secuestradas por los medios de comunicación tendenciosos y la clase política ocupada por mediocres deshonestos y egoístas.

No voy a mencionar nombres porque no tengo interés de incomodar a nadie, aunque sea “vox populi”, quien, y cómo opina desde la tribuna política, basta con saber la sabia frase de “por sus obras les conoceréis”.

Aún no se han dado cuenta los que se dedican a la política que cada día pierden más y más credibilidad y que la ciudadanía está harta de tantos debates estériles, de tanta mentira y de tanta ramplonería. ¿De verdad que no se han dado ustedes cuenta? Seguro que sí.

Me gusta la política y un día quise dedicarme a ella, pero a poco que me asomé a los salones políticos de aquellos días de mi juventud, descubrí que no era lugar para mí. ¿Saben por qué?, porque dejaba de ser yo para convertirme en peón de una “casta” de hombres y mujeres que ocupan la cúpula del poder político. Miré, vi el “pampaneo” y me retiré: Ahí os quedáis con vuestra mentira (es lo que pensé).

Pero bajemos a la política local provincial o regional en nuestro entorno. Hablemos de la ubicación de una Planta de Tratamiento de Residuos Biológicos, que se piensa ubicar en las cercanías (15 km) de la ciudad de Tomelloso. Leo los distintos artículos que unos y otros escriben, pregunto, busco datos fiables y me encuentro cada vez más confundido e incapaz de realizar un análisis racional y razonable, que me lleve a tomar una opinión adscrita a un mínimo de veracidad: Y no encuentro la verdad del asunto, la verdad, como siempre, ha sido secuestrada por las ideologías y los intereses políticos. Digo políticos y me refiero a TODOS los partidos, sin excepción y me atrevo también a sumar a algunas ONG o Asociación supuestamente apolíticas. Escribo solo para denunciar lo que he puesto en el titular de este artículo: “La verdad y la razón secuestradas”. Sobre el tema no voy a aportar ninguna solución u opinión porque como acabo de decir no sé exactamente de lo que va el tema. NO conozco informes de impacto medioambiental, peritaciones geológicas relativas a los acuíferos, ni estudios serios de impacto medioambiental. Repito yo no tengo soluciones mientras no se me den los datos y se le devuelva al pueblo la verdad y la razón en este tema. Soy consciente por otro lado que mis palabras no serán bien recibidas por la clase política.

¿Cómo es posible que un mismo asunto, en el siglo de la información pueda ser tan poliédrico? ¿Cómo se pueden refutar o demostrar tesis contrapuestas con tanta facilidad? Creo que queda claro que secuestrando y manipulando la verdad. Resulta increíble la forma de manejar las palabras y las opiniones para confundir a los ciudadanos.

El ciudadano se pregunta, ¿pero esto es bueno o malo?, ¿contamina, o no contamina?, ¿aporta algo positivo o no? No encuentra respuestas a estas preguntas. Todo está envuelto en la “polémica” y nadie habla con la verdad y la razón (que me perdone el 1 % de los que sí saben la verdad). ¿Y esto por qué? Si nos atenemos a los actuales valores o mejor dicho “contravalores” o distopías que mueven al mundo, es fácil responder que los ciudadanos, cada vez más, estamos siendo apartados de la razón, la verdad, la ética y la honestidad. ¿Cuántas opiniones están fundamentadas verdaderamente en el conocimiento de los hechos que se valoran o se juzgan? ¿A quién le interesa la verdad? Lógicamente a quien es víctima de la mentira, es decir al ciudadano.

No me he decido a escribir este artículo con el fin de llevarles a la verdad y la razón, nadie me paga `por hacer campaña a favor o en contra de la ubicación de la planta de residuos de la que hablamos. Por lo tanto, no estoy obligado a emitir juicios o adscribirme a unas u otras razones. Solo quiero apelar desde aquí a la honestidad de quienes defienden o atacan, pido razón y verdad y soy consciente de la dificultad que entraña mi petición.

Tomelloso ha sufrido sucesivos engaños en la historia reciente de parte de sus mandatarios políticos locales, provinciales y regionales. Engaños manifiestos que se han materializado en decisiones que claramente nos han perjudicado. Vamos a enumerar algunas.

Personalmente, cuando era portavoz de la Plataforma Ciudadana por la Comarca de Tomelloso, escuché al Consejero de Sanidad, cuyo nombre omito, tal como he prometido al principio de mi artículo, hablando del hospital de Tomelloso (entonces en construcción), que lo tendríamos todo en nuestro flamante hospital y nos engañó. Escuché a un Presidente Autonómico decir que el tren no pasaría por Tomelloso sin parar aquí y nos mintió, entre otras cosas porque no había proyectado ni tren.

Estuvimos acompañado de prestigiosos y honestos políticos locales y provinciales en varias manifestaciones en Tomelloso y frente al Ministerio de Fomento en Madrid, reivindicando lo que luego en los despachos de las sedes políticas fue secuestrado, censurado y modificado. Nos encerramos en la Casa del Agricultor en mi pueblo con mis compañeros de la Plataforma para reivindicar lo que a todos nos parecía justo, un hospital, un tren, etc.., y los políticos allí también me engañaron. Nos reunimos con Defensores del Pueblo que nos hablaron con bonitas y vacías palabras y que también secuestraron la verdad. Estuvimos en el palacio de Fuensalida para que nos recibiera el Presidente Autonómico de turno y nos mintió descaradamente. Salimos más de veinte mil ciudadanos a la calle, y además tuve la oportunidad de redactar y leer un manifiesto frente a ellos en la plaza de Tomelloso con mis compañeros al lado y no temblaron las columnas del palacio de Fuensalida, porque allí se atrincheraba un político que mintió a mis conciudadanos, que solo quería lo que ahora quiere el Presidente valenciano, mantener su sillón seguro. ¿Les cuento más? No, ya no les cuento más. ¿Quién habla ahora de que los jóvenes se incorporen a la política? Difícil tarea tendrá con los precedentes que han sembrado los políticos en los últimos 40 años.

A los actuales gobernantes y oposición les pido que ¡paren ya de entretenernos en discusiones bizantinas y ajustes de cuentas de salón! Que dejen, los unos y los otros, de rendir pleitesía a los aparatos de sus partidos y piensen en sus conciudadanos. Les pido honestidad y que dejen de dar el espectáculo en los medios con sus polémicas y ataques personales y colectivos. La profesión de político/a no es una plaza vitalicia. Sepan los unos y los otros dar un paso atrás, cuando la cosa sea oportuna y dejen a los que vienen detrás.

Me encantaría entrevistar a los políticos cuando se retiran a sus casas ya en la vejez para que me indicaran, si es que fueran capaz de ello, el lugar donde dejaron escondida la verdad y la razón, que me explicasen como renunciaron a la ética y la honestidad para mantener un estatus vitalicio. Me voy a quedar con las ganas. La vida es larga, pero es corta. Hay políticos en nuestra región, de todos los partidos, que han ostentado y ejercitado el poder de manera deshonesta y sin embargo ahora descansan en sus casas con sus pagas de diputados, senadores, presidentes, etc. No sé decirlo más claro, pero si lo supiera lo diría aún más claro.

Si miro más allá de nuestra región el panorama es igualmente deplorable. Cada día tengo que escuchar la “odiosa” cantinela de los políticos de alto nivel escondiendo la verdad y la razón. Veo a una ciudadanía demasiado dócil, aguantando los embates por un lado de los partidos populistas y por otro el de los partidos de “raza” que hacen exactamente lo mismo.

No puedo terminar sin acordarme del pueblo de Valencia, ahora que se recuerdan esos días de tragedia y dolor. Aquí tenemos uno de los numerosos ejemplos de inoperancia de la clase política. La Dana en Valencia es un simple botón de muestra. ¡Qué paciencia tenéis amigos valencianos! ¡Les tirasteis barro cuando fueron a ver lo que había provocado su incompetencia de una manera muy floja, teníais que haberlos rebozado en el barro de su incompetencia! Los muertos son la verdad incuestionable que delata a estos políticos. El otro día escuchando y viendo a policías, guardias civiles, bomberos, voluntarios, agentes de protección civil y gentes anónimas, comprendí el dolor de Valencia y de España por lo ocurrido y no pude reprimir las lágrimas.

Señores y señoras os jubilaréis de la política envueltos en vuestras mentiras y vuestras pagas vitalicias, mientras “La Verdad y la Razón han sido secuestradas”. Nadie cree en los políticos, los soportamos y les pagamos porque es un mal menor frente a las dictaduras opresivas de otros países que nadie quiere. 

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