La plataforma Stop Biometano Tomelloso ha congregado
este sábado a unas ciento cincuenta personas en una reunión informativa
donde expuso su oposición a la construcción de una planta de biometano en el
municipio. La convocatoria sirvió como presentación pública del colectivo y
contó con representantes de Arenales de San Gregorio, Campo de
Criptana y Socuéllamos, municipios también afectados por proyectos
similares.
Transparencia y preocupación vecinal
Antes del acto los portavoces Ricardo Villoldo y Nuria
Moraga ha explicado que el objetivo inmediato es “presentarse al pueblo
de Tomelloso” y pedir al Ayuntamiento “información verídica y
transparencia” sobre un proyecto que califican de “macroproyecto” y del que
aseguran desconocer datos esenciales.
Villoldo denunció la “falta de información fidedigna”
sobre la industria gasista proyectada y recordó que la plataforma es “apolítica
y apartidista”, señalando que su única finalidad es “saber qué se va a
hacer y con qué residuos se va a alimentar la planta”. Moraga, por su parte, advierte
de la “preocupación por los riesgos para la salud, los suelos y el futuro
económico” asegurando que “no
queremos ser testigos mudos” ante un modelo “que puede condicionar el porvenir
de toda la comarca”.
Ambos portavoces insistieron en que Tomelloso no genera
los residuos necesarios para abastecer una instalación de esta escala y que
“algo se nos oculta”, motivo por el que solicitarán una reunión con el equipo
de gobierno, así como con alcoholeras, cooperativas y diversos agentes locales.
Los portavoces se mostraron especialmente críticos con la empresa promotora, Azora, señalando que “no nos fiamos de ella” y calificando la información disponible como “muy negativa”. El objetivo número uno de la plataforma, afirmó, es “parar la macroplanta”, y avanzó que seguirán trabajando hasta que el problema de los residuos “se trate como merece”.
Apoyo comarcal
Durante la rueda de prensa
intervinieron también representantes de otras plataformas. Eva María Violero,
de Arenales de San Gregorio, recordó que su municipio se encuentra a “tan
solo cinco kilómetros” de la ubicación prevista y que serían “los primeros
afectados desde el minuto uno”. Juan Miguel García Panadero, de Campo de
Criptana ha mostrado su asombro ante el hecho de que pueblos “que viven de la viticultura”
acepten proyectos que en zonas como La Rioja, Ribera del Duero o Toro están
rechazando para evitar daños reputacionales en sus vinos. Desde Socuéllamos,
Luis Francisco ha advertido de los riesgos para “el agua, el suelo,
el medio ambiente y la salud”, subrayando la necesidad de “decir
la verdad clara y llanamente”.
Las plataformas señalaron ejemplos de otras instalaciones
que ya generan problemas, como en Balsa de Bes o la planta de Noéz, que
—según indicaron— provoca molestias respiratorias en pueblos cercanos.
La exposición técnica: riesgos, residuos y camiones
La reunión vecinal continuó con la intervención del
diplomado en Ciencias Ambientales Javier Moreno, quien explicó el
contexto del Plan de Biometano de Castilla-La Mancha, la moratoria sobre
macrogranjas y el funcionamiento de las llamadas “biometaneras”.
Moreno describió el proceso por el que los restos orgánicos
generan biogás mediante bacterias anaerobias, que después debe
purificarse para obtener biometano, generando un subproducto denominado digestato,
con alto contenido en nitrógeno y que requiere tratamiento específico para
poder utilizarse como fertilizante.
72 camiones diarios
Según los cálculos expuestos por la plataforma, la
instalación requeriría 72 camiones al día, lo que —subrayó Moreno—
difícilmente encaja con el argumento de reducción de huella de carbono.
El especialista señaló además
una discrepancia significativa en las cifras de residuos disponibles. Mientras
los datos de la plataforma señalan que Tomelloso produce 52.000 toneladas
de vinazas al año, el Ayuntamiento calcula 113.000 toneladas. La empresa
proyecta procesar 227.000 toneladas, lo que supone, señalaba Moreno, que
faltan 164.000 toneladas que tendrían que provenir de otros municipios. “Estamos
ante una planta de transformación energética, no ante una planta de
tratamiento de residuos”, sostuvo Moreno.
Una tecnología aún en cuestión
Moreno añadió que, aunque Alemania tiene 40 años de
experiencia, la mayoría de sus instalaciones son de pequeña escala. Las
macroplantas, dijo, “generan olores, contaminan el agua y presentan
fugas en toda la cadena debido a una gestión deficiente”. Incluso el Ministerio
alemán reconoce que la tecnología “debe mejorar”.
Sobre los beneficios económicos para Tomelloso, los calificó
de “exiguos” para una instalación que “no compensará la pérdida de
reputación agrícola ni la caída del turismo rural”. El experto ha explicado que
“la construcción de la planta se puede parar”, recordando casos de
ayuntamientos que han rechazado proyectos similares o han cambiado sus
normativas urbanísticas para impedir su implantación.
Ha subrayado Moreno que la plataforma no actúa contra ningún
partido o administración concreta. “Queremos que el alcalde razone;
estamos dispuestos a reunirnos con él y trasladarle nuestras cuestiones”,
subrayaron los portavoces. Tras la intervención del experto ha habido un turno
de preguntas del público.
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Sábado, 15 de Noviembre del 2025
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