El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado esta semana el
proyecto de ley para la modificación de la Ley de Ordenación del
Servicio Farmacéutico, un proyecto que viene a asegurar que todas las
personas tengan garantizado su acceso a los medicamentos
y a una atención farmacéutica segura y de calidad. Así lo ha explicado
la consejera Portavoz, Esther Padilla, quien ha incidido en que no es
“un mero cambio técnico”, sino que muchas medidas que recoge van
dirigidas a que las farmacias no desaparezcan de los
pueblos, sobre todo, de aquellos con más riesgo de despoblación.
En
primer lugar, esta reforma pondrá al día la normativa para adaptarla a
los cambios que
se han producido a nivel estatal, de manera que, como ha señalado la
consejera, “aseguramos que el sistema farmacéutico de Castilla-La Mancha
funcione con las mismas garantías que en el resto del país”. Esto
resulta especialmente relevante en ámbitos sensibles,
como las unidades de Radiofarmacia, que ahora disponen de un capítulo
específico que define con total claridad sus requisitos y funciones, tal
y como ha señalado la portavoz.
Otro
aspecto clave es la regulación de la asistencia farmacéutica en los
centros penitenciarios,
de manera que se puedan crear servicios de farmacia dentro de estos
centros para que las personas internas reciban el mismo nivel de
atención que el resto de la población.
Por
otro lado, Padilla ha incidido en que introduce la definición de
alerta, que hasta el
momento estaba planteada a nivel nacional y que, a partir de ahora, se
establece también en la normativa regional. Según ha explicado la
consejera, consiste en que, cuando haya defectos de calidad en productos
farmacéuticos o productos sanitarios, se establezca
la posibilidad de retirar lotes y alertar a la población en el caso de
que exista riesgo para la salud. Todo ello, conforme a los sistemas de
seguridad farmacéutica tanto nacionales como europeos, ha puntualizado
Padilla.
La
portavoz ha explicado que la nueva ley mejora los servicios
farmacéuticos en los centros
sociosanitarios, por lo que las residencias o los centros
residenciales, tanto de personas mayores como de personas con
discapacidad, con más de 100 camas, tendrán la posibilidad de establecer
un servicio de farmacia propio. Pero también, “y esto es una novedad”,
se incorpora la posibilidad de “establecer depósitos de medicamentos
vinculados al SESCAM, que faciliten la asistencia en este sector”, ha
señalado Padilla, quien ha recordado que el ámbito de la atención y los
cuidados ha crecido de manera exponencial en
los últimos años. “Atiende a muchísimas personas dependientes, quienes
suelen recibir una medicación compleja como lo son los tratamientos
crónicos y muchos centros no tienen capacidad de tener un servicio de
farmacia propio”.
Garantizar suministro en zonas despobladas
Sobre
todo, Padilla ha destacado que el eje de toda la reforma es el
compromiso con el medio
rural, ya que la norma impulsa mecanismos específicos para garantizar
que la asistencia farmacéutica llegue a aquellos lugares donde no existe
oficina de farmacia o donde mantenerla resulta difícil.
En
primer lugar, cuando existan situaciones sanitarias excepcionales,
dependencia, vulnerabilidad
o dificultades para desplazarse hasta un hospital, se podrá dispensar
la medicación de forma no presencial. Eso incluye la posibilidad de
recibir los medicamentos en establecimientos sanitarios autorizados
cerca del domicilio o incluso en la propia casa, siempre
con todas las garantías de conservación, ha asegurado la portavoz.
Además,
para dar facilidades a la farmacia rural, la portavoz ha expresado que
se elimina
el requisito de distancia mínima con el centro de salud en aquellas
poblaciones con menos de 1.500 habitantes. Por otro lado, para
localidades con alta densidad de población y que no cuenten con locales
disponibles, se quitará el requisito de distancia mínima
entre dos farmacias.
Por
otro lado, Padilla ha señalado que, con esta norma, también se refuerza
la protección
de la población en situaciones críticas, de manera que cuando un
municipio con una única farmacia sufra una catástrofe o un cierre
inesperado (como ocurrió el año pasado en Letur, Mira o Villel de Mesa) y
no exista un local adecuado para un traslado provisional,
desde la Administración se podrá autorizar de oficio un botiquín
provisional. “Por tanto, el servicio quedará garantizado también en
momentos delicados”, ha indicado la consejera.
La
portavoz ha desvelado que también se incorpora la figura del
farmacéutico regente, designado
por la Administración en casos de caducidad de la autorización o
pérdida del derecho de transmisión, lo que evita cierres súbitos que
dejen a la población sin atención. “Si bien este nombramiento también
tiene una caducidad, para que pueda volver a salir a
concurso la nueva oficina”, ha aclarado.
La
portavoz ha enumerado otras medidas adicionales como, por ejemplo, la
profesionalización
de la actividad farmacéutica, “de manera que solo pueden dispensar
medicamentos los técnicos de farmacia titulados y siempre bajo
supervisión farmacéutica”. La nueva norma aclara, además, quién puede
dispensar medicamentos veterinarios y aumenta la regulación
de los botiquines veterinarios.
Con la aprobación del proyecto, se remite a las Cortes regionales, en las que se prevé que
se apruebe la norma durante el primer trimestre de 2026, ha concluido Padilla.
Residencia de Mayores
En
otro orden de asuntos, la consejera Portavoz ha anunciado la aprobación
del expediente
de obras de reforma y adecuación de la instalación de protección contra
incendios de la residencia de mayores ‘Las Pocitas del Prior’ de
Puertollano.
En
palabras de la portavoz, se trata de “un paso relevante
para mejorar la seguridad y el bienestar de las personas mayores y el
personal del centro”, cuya actuación está valorada en más de 1,2
millones de euros.
Según
ha recordado la consejera, esta residencia empezó a funcionar a
comienzos de los años
80. A lo largo de su recorrido, ha experimentado diversas
remodelaciones que han dado lugar a dos edificios conectados entre sí.
Padilla ha recalcado que, esta estructura, junto con el paso del tiempo,
hace necesaria una adecuación de las instalaciones de
protección contra incendios para adaptarlas a la nueva normativa.
La
portavoz ha concretado que el proyecto abarca exclusivamente la
protección activa contra
incendios, es decir, aquella que actúa cuando el incendio ya ha
empezado; y que requiere de activación manual o automática para combatir
el fuego. Es el caso de los extintores, rociadores automáticos,
mangueras, detectores y alarmas, ha ejemplificado Padilla.
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Miércoles, 19 de Noviembre del 2025
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