un acto sin final.

Las cenizas del pasado

impregnan de nostalgia

una imagen que queda

en la retina, en blanco y negro.

Y tu semblante de mozo

con la altanería del tiempo,

el orgullo de sentirte vivo,

el placer de saber vivirlo.

Ahora cuando el color se difumina,

cuando siento aquel instante

me alegro de haber vivido

cada momento hasta reventar.

En cada estación del tiempo

de claroscuros, de blanco y negro,

un álbum que se llenó de color,

que evoco desde la nostalgia,

llenó los rostros de memoria

y pintó los paisajes con arrugas

revelando una sonrisa, una mueca

de un instante de hielo

en el alma del recuerdo.