En la reanudación no tardó en adelantarse el equipo toledano. Marcó Rubén Gayoso el 1-2 y el partido entró en una dinámica de ataques en las dos porterías, aunque ofrecía el equipo visitante mayor sensacion de peligro, sobre todo a partir de las apariciones de Alejandro Torres, su mejor jugador. Sacó Luismi un par de balones complicadísimos. El crecimiento del portero tomellosero, recién salido de juveniles, es espectacular.

En los de casa intentaba el desequilibrio Raúl, mientras que Soufi buscaba hacer valor su capacidad para jugar de espaldas y proteger la pelota. Pero era tarea ardua superar a una defensa solidaria y consistente en cada duelo individual, muchas veces al límite del reglamento. Rotaba y repartía esfuerzos Navarro buscando esa frescura que permitiera decidir mejor en ataque. Sin embargo, a falta de siete minutos, llegó el 1-3 y el duelo se empinaba para el equipo local, que lo daba todo pero le faltaban ideas. El  técnico local solicitaba tiempo muerto para diseñar un plan que permitiera la remontada. La primera idea era jugar de cinco. Solo un minuto después, Soufi ponía el 2-3; había partido. El mismo futbolista puso el 3-3 culminando una gran jugada de Carmona. Soufi se ganó la gloria al marcar el 4-3 solo medio minuto después.

Ahora le tocaba arriesgar al Horche al que se le había caído el castillo en solo cuatro minutos. Tuvo oficio y habilidad Casti para aguantar arriba, pero a falta de 37 segundos llegaba el 4-4 en un partido que había enloquecido. Nadie esperaba a falta de 16 segundos, el 4-5. Un golazo ante el que nada pudo hacer Luismi que vio como la pelota entraba por la escuadra. Tuvo el 5-5 Raúl, pero su disparo se fue por un palmo. Mereció algo más el equipo de casa que tuvo una meritoria reacción final, pero le faltó oficio para defender ese 4-3 que tanto le había costado conseguir