El partido, tal y como se anticipaba, fue un pulso entre la necesidad del filial blanco por salir de los puestos de descenso y la urgencia visitante por escapar de la misma zona. Con las bajas por sanción de Samu y Rodri, el Yugo salió al campo con un planteamiento serio y ordenado, dispuesto a aguantar el primer envite. Y el Madrid C, efectivamente, fue quien llevó la iniciativa desde el inicio.

Los primeros minutos fueron de prueba, con alguna aproximación por parte del Yugo, pero fue el conjunto local quien generó el peligro real. Bernabé, el guardameta visitante, se convirtio en el héroe de la primera mitad. Sus paradones a disparos de Izan (min. 20) y, especialmente, en la doble ocasión consecutiva tras un córner a Jacobo, mantuvieron a flote a su equipo cuando el Madrid C comenzaba a asfixiar.

El dominio madridista en posesión y ocasiones fue incontestable en el primer acto, aunque sin gol. El Yugo, sólido atrás pero inofensivo arriba, aguantó el chaparrón.

La reacción visitante llegó al inicio de la segunda parte, con más ambición. Incluso Serrano estuvo a punto de adelantarles con una volea al borde del área que rozó el larguero (min. 50). Sin embargo, el Madrid C recuperó rápidamente el mando. Bernabé volvió a ser decisivo deteniendo un mano a mano (min. 60), y la defensa del Yugo vivió momentos de auténtica angustia, como en un despiste monumental que Castrelo no supo aprovechar en otro mano a mano que de nuevo Bernabé mandaría córner (min. 70).

La insistencia blanca acabó encontrando premio. En el minuto 80, tras un centro, Jacobo remató de cabeza sin oposición al fondo de las mallas para poner el 1-0. El gol parecía sentenciar un partido en el que el Yugo había sido claramente inferior.

Pero el fútbol, a veces, guarda giros inesperados. Con el reloj en contra, en el último suspiro (min. 95), un balón peinado a la salida de un córner visitante se coló en la red madridista. Fue el propio Jacobo, héroe y villano en pocos minutos, quien, en un intento desesperado por despejar, introdujo el balón en su propia portería. El milagro se había producido. 1-1.

El pitido final certificó un empate agónico que sabe a gloria para el Yugo Socuéllamos. Un punto que, aunque no mejora sustancialmente su posición (sigue a 6 puntos de la salvación, con un partido menos el Navalcarnero), inyecta una dosis enorme de moral de cara al decisivo derbi autonómico de la próxima semana. El próximo domingo, a las 12:00 horas en el Paquito Giménez, el conjunto de La Mancha se medirá al poderoso Conquense en un duelo ya marcado en rojo en el calendario. La permanencia sigue exigiendo un esfuerzo titánico, pero tras el rescate de Valdebebas, la fe se aferra a cualquier pequeño destello, como el de un balón que, en la última jugada, quiso sonreírles