“Hago estas estas cosas para evadir un poco la cabeza y salen estas creaciones”, explica Moreno, con la naturalidad de quien convierte su tiempo libre en un refugio creativo. “No sé de dónde brota todo esto que se concreta en estas piezas”, añade.

En la muestra pueden verse lámparas, percheros, relojes y adornos de mesa, elaborados con maderas antiguas y elementos reciclados, “en mi estilo”, asegura. Un estilo que, según él mismo define, refleja la esencia de Novem Barbershop, ese aire clásico y vintage, pero moderno y desenfadado que impregna cada rincón del local.

Moreno lleva unos tres años trabajando la madera, aunque la afición nació casi por accidente. El artista utiliza maderas con historia, muchas rescatadas de antiguos edificios. “Las dejo en el campo unos años, las voy tratando, las voy quemando con el propio sol y el agua. Tengo maderas de palomares abandonados, de Záncara, de un monasterio franciscano con más de cinco siglos… Utilizo piezas viejas, con años”, detalla Moreno, mostrando su respeto por el material y su proceso artesanal.

La exposición, de momento, será permanente. “Voy a ir vendiendo cosas y reponiendo, porque tengo un montón en casa y sigo haciendo más”, comenta. Además, adelanta que seguirá dando espacio a otros artistas locales, combinando su obra con la de creadores invitados, “dejaré un espacio para mí y otros para los creadores”.

El público, según cuenta, ha recibido la muestra con sorpresa. “La gente no se lo creía, pensaban que no podía hacerlo yo, pero sí, hay tiempo para todo”, dice con humor.

Moreno, que también cultiva la fotografía, no descarta fusionar ambas pasiones, “quiero empezar a mezclar la foto con la madera, con cuerdas, con un montón de cosas”.