Una diminuta línea separaba
esta tarde el sombrero de Ciri de la bufanda de lana. Hacía mucho frío en la
calle. El termómetro de la farmacia marcaba dos grados, que ayudados por el
viento fino y continuo helaban el aliento.
Os he contado que peca de
aprensivo en su relación con las enfermedades, por lo cual junto con la gripe
persistente en el ambiente se protege con la ropa en plan EPI (equipo de
protección individual). No he tenido que mirar dos veces, para reconocer a mi
amigo dentro de aquella montaña de ropa, pero tampoco he podido reprimir un
ataque de risa al verlo entrar en la cafetería.
—Tú ríete lo que quieras,
pero te aconsejo el refrán: “Vaya yo caliente y ríase la gente”, —se le
ha oído decir liberada la boca; antes había saludado con un sonido imposible de
trascribir.
Como yo continuaba mi mofa
sana y divertida, se ha unido a la broma, hemos terminado contagiando al
camarero que repartía los cafés y las magdalenas con nuestras risas y
chirigotas.
Después nos comunicamos los
bienestares familiares, de comidas de Nochebuena y Nacimiento, ya nos habíamos
felicitado por teléfono el día oportuno. Tras el paladeo primero del café, Ciri
me mira y con ojos casi implorantes me
dice:
—Tienes, por favor, que
explicarme una frase que me trae de cabeza desde que la oí en misa de Navidad
ayer; te aseguro que estuve muy atento a la homilía, pero ni por esas. ¡Cuántas
vueltas le he dado y nada!
—Colega, yo no soy adivino
ni nigromante ni interpretador de jeroglíficos, a ver en qué lio me vas a meter
—le advierto, porque lo mismo trae alguna
adivinanza, conociéndolo…
—Se trata de la frase: “La
Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. En mi desasosiego he buscado
interpretación incluso en la IA. Los resultados han sido peores, —abre el
teléfono rebusca y me muestra la pantalla— mira la frasecita graciosa que me
respondió: “Verbum caro factum est et habitavit in nobis”.
—No te quejes,
te ha traducido la frase a Latín sin cobrarte nada —le respondo con un toque de
guasa.
—No te rías y
sácame de esta duda ininteligible.
—Aclaramos terminología,
Ciri, la expresión española Palabra es la correspondiente en latín a Verbum y en griego a Logos. Nos vamos a
quedar con la española.
—Perfecto. Se
me ha olvidado decirte que el texto donde se encuentra es en el comienzo del evangelio
de Juan —añade el compañero.
—Así es.
Cuando Juan utiliza el término Palabra le confiere un significado muy denso,
debe interpretarse como la expresión de alguien, el modo de comunicarse de una
persona. De modo que cuando comunicamos algo no sólo expresamos ideas, podemos expresamos
a nosotros mismos. Decimos algo relacionado con nuestra identidad, cómo somos.
¿Entendido hasta aquí?
—Sí. Entiendo
que cuando yo hablo con una persona puedo explicarle quien soy en mi totalidad
como ser y el otro me conocerá, O sea puedo comunicar ideas y puedo hacer
comprender mi propia identidad.
—Subimos un
escalón más. El otro término era Carne y también adquiere un significado más
amplio. Debemos entender no solo “chicha”, sino también persona, ser
humano, sin distinguir sexo, puede ser ambos. No te extrañe, querido Ciri, que
te diga que de Dios no sabemos nada científicamente. Lo que conocemos de Él es
lo que Dios mismo ha comunicado por personas de reconocida valía religiosa a lo
largo de los siglos incluyo aquí todas las religiones, para nosotros
fundamentalmente a través de Jesús. Juan está entendiendo que la mejor
expresión o comunicación de quién es Dios
es Jesús, del que nosotros celebramos su nacimiento.
—Esta
explicación tengo que madurarla tranquilamente en mi cabeza. Me resulta muy interesante,
pero no sé si la entiendo del todo.
—Fray Marcos teólogo
y biblista va más allá, dice textualmente: “Tomemos conciencia de que no se
explica lo que es la Palabra por lo que es Dios, sino al revés. Se explica lo
que es Dios por lo que es la Palabra, manifestada en un hombre, Jesús. Dios es
el que se hizo hombre, y si se hizo hombre en Jesús, es que se hace hombre en
todos los seres humanos. Verlo solo en Jesús es quedarse a medio camino”.
(1)
—Es muy fuerte
lo que me estás diciendo. Es para pensarlo detenidamente. Estas ideas son mucho
más profundas que las que estamos acostumbrados a utilizar los cristianos de a
pie.
—Claro que sí,
querido Ciri, pero no podemos tener miedo a conocer mejor la Religión Cristiana.
Antes de terminar nuestra reunión te propongo dos cosas: La primera es que la
misma cantidad de dinero, que nos gastemos esta tarde en la merienda, la
donemos a Cáritas.
—De acuerdo,
pero creo que deberíamos subir un poco la cuantía —completa mi amigo— y ¿la segunda?
—La segunda
que me dejes leerte este poema que titulo:
La Navidad.
Quema la nieve
los pies alados de los que corren al portal.
Ríen los pobres
la Riqueza del Niño.
Lloran los ricos
frente al brillo de las monedas.
En la muralla
grita el centinela la noticia del Mundo Nuevo.
La madre mulle
la cuna para el recién venido.
Preparan los
emigrados el lecho del nacido con las espumas del mar.
Tiembla el
corazón de una madre en el centro de África, por fin su hijo ha llegado al
portal.
El niño soldado
dispara flores mientras come palomitas en la casa de su Amigo Jesús.
El cuchillo del
yihadista parte pan en el banquete con
sus antiguos perseguidos.
Los tanques son
tractores sembrando la tierra de alegría y pan.
Las bocas de los
niños hambrientos reciben la miel del sustento.
Los vientres
desnutridos se fortalecen con la justicia del reparto.
Las mujeres
violentadas no tiemblan con el ruido de la cerradura.
Las niñas del
mundo no se venden en matrimonios concertados.
Los ejércitos de
la tierra levantan ciudades en ruinas.
Las armas se han
herrumbrado y estercolan macetas.
Los aviones de
combate divierten a los ancianos con sus piruetas.
Las pateras
sirven de tumbas a las riquezas de las
mafias de esclavos.
No hay personas
ahogadas en los mares, ahora se ahogan la persecución, la tristeza y la
ignorancia.
Las alambradas
de las fronteras las cambiaron por guirnaldas de flores.
Las padres de
África inventan abrazos y besos para sus hijos que vuelven a casa.
Ya no hay castas
en la India, todos son hijos bendecidos del mismo Dios.
Los códigos
juristas están obsoletos, todo el mundo conoce y practica la única ley: “Que os
améis”.
Será Feliz la
Navidad cuando todo esto y muchos más sean los regalos gratuitos en la
Humanidad.
Será Feliz la Navidad cuando contemplemos a Dios nacido en cada persona que está a mi lado!
(1)
Tomado
del artículo: “Dios se encarnó en Jesús, luego es encarnación”. Fray Marcos.
Publicado en Escuela de FE Adulta
https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/17626-dios-se-encarno-en-jesus-luego-es-encarnacion.html
{{comentario.contenido}}
Eliminar Comentario
"{{comentariohijo.contenido}}"
Eliminar Comentario
Sábado, 27 de Diciembre del 2025
Sábado, 27 de Diciembre del 2025
Sábado, 27 de Diciembre del 2025
Sábado, 27 de Diciembre del 2025