Opinión

La Palabra con Ciri

Joaquín Patón Pardina | Sábado, 27 de Diciembre del 2025
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Una diminuta línea separaba esta tarde el sombrero de Ciri de la bufanda de lana. Hacía mucho frío en la calle. El termómetro de la farmacia marcaba dos grados, que ayudados por el viento fino y continuo helaban el aliento.

Os he contado que peca de aprensivo en su relación con las enfermedades, por lo cual junto con la gripe persistente en el ambiente se protege con la ropa en plan EPI (equipo de protección individual). No he tenido que mirar dos veces, para reconocer a mi amigo dentro de aquella montaña de ropa, pero tampoco he podido reprimir un ataque de risa al verlo entrar en la cafetería.

—Tú ríete lo que quieras, pero te aconsejo el refrán: “Vaya yo caliente y ríase la gente”, —se le ha oído decir liberada la boca; antes había saludado con un sonido imposible de trascribir.

Como yo continuaba mi mofa sana y divertida, se ha unido a la broma, hemos terminado contagiando al camarero que repartía los cafés y las magdalenas con nuestras risas y chirigotas.

Después nos comunicamos los bienestares familiares, de comidas de Nochebuena y Nacimiento, ya nos habíamos felicitado por teléfono el día oportuno. Tras el paladeo primero del café, Ciri me mira  y con ojos casi implorantes me dice:

—Tienes, por favor, que explicarme una frase que me trae de cabeza desde que la oí en misa de Navidad ayer; te aseguro que estuve muy atento a la homilía, pero ni por esas. ¡Cuántas vueltas le he dado y nada!

—Colega, yo no soy adivino ni nigromante ni interpretador de jeroglíficos, a ver en qué lio me vas a meter  —le advierto, porque lo mismo trae alguna adivinanza, conociéndolo…

—Se trata de la frase: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. En mi desasosiego he buscado interpretación incluso en la IA. Los resultados han sido peores, —abre el teléfono rebusca y me muestra la pantalla— mira la frasecita graciosa que me respondió: “Verbum caro factum est et habitavit in nobis”.

—No te quejes, te ha traducido la frase a Latín sin cobrarte nada —le respondo con un toque de guasa.

—No te rías y sácame de esta duda ininteligible.

—Aclaramos terminología, Ciri, la expresión española Palabra es la correspondiente en latín a  Verbum y en griego a Logos. Nos vamos a quedar con la española.

—Perfecto. Se me ha olvidado decirte que el texto donde se encuentra es en el comienzo del evangelio de Juan —añade el compañero.

—Así es. Cuando Juan utiliza el término Palabra le confiere un significado muy denso, debe interpretarse como la expresión de alguien, el modo de comunicarse de una persona. De modo que cuando comunicamos algo no sólo expresamos ideas, podemos expresamos a nosotros mismos. Decimos algo relacionado con nuestra identidad, cómo somos. ¿Entendido hasta aquí?

—Sí. Entiendo que cuando yo hablo con una persona puedo explicarle quien soy en mi totalidad como ser y el otro me conocerá, O sea puedo comunicar ideas y puedo hacer comprender mi propia identidad.

—Subimos un escalón más. El otro término era Carne y también adquiere un significado más amplio. Debemos entender no solo “chicha”, sino también persona, ser humano, sin distinguir sexo, puede ser ambos. No te extrañe, querido Ciri, que te diga que de Dios no sabemos nada científicamente. Lo que conocemos de Él es lo que Dios mismo ha comunicado por personas de reconocida valía religiosa a lo largo de los siglos incluyo aquí todas las religiones, para nosotros fundamentalmente a través de Jesús. Juan está entendiendo que la mejor expresión o comunicación de quién es Dios  es Jesús, del que nosotros celebramos su nacimiento.

—Esta explicación tengo que madurarla tranquilamente en mi cabeza. Me resulta muy interesante, pero no sé si la entiendo del todo.

—Fray Marcos teólogo y biblista va más allá, dice textualmente: “Tomemos conciencia de que no se explica lo que es la Palabra por lo que es Dios, sino al revés. Se explica lo que es Dios por lo que es la Palabra, manifestada en un hombre, Jesús. Dios es el que se hizo hombre, y si se hizo hombre en Jesús, es que se hace hombre en todos los seres humanos. Verlo solo en Jesús es quedarse a medio camino”. (1)

—Es muy fuerte lo que me estás diciendo. Es para pensarlo detenidamente. Estas ideas son mucho más profundas que las que estamos acostumbrados a utilizar los cristianos de a pie.

—Claro que sí, querido Ciri, pero no podemos tener miedo a conocer mejor la Religión Cristiana. Antes de terminar nuestra reunión te propongo dos cosas: La primera es que la misma cantidad de dinero, que nos gastemos esta tarde en la merienda, la donemos a Cáritas.

—De acuerdo, pero creo que deberíamos subir un poco la cuantía —completa mi amigo— y ¿la segunda?

—La segunda que me dejes leerte este poema que titulo:

La Navidad.

Quema la nieve los pies alados de los que corren al portal.

Ríen los pobres la Riqueza del Niño.

Lloran los ricos frente al brillo de las monedas.

En la muralla grita el centinela la noticia del Mundo Nuevo.

La madre mulle la cuna para el recién venido.

Preparan los emigrados el lecho del nacido con las espumas del mar.

Tiembla el corazón de una madre en el centro de África, por fin su hijo ha llegado al portal.

El niño soldado dispara flores mientras come palomitas en la casa de su Amigo Jesús.

El cuchillo del yihadista parte  pan en el banquete con sus antiguos perseguidos.

Los tanques son tractores sembrando la tierra de alegría y pan.

Las bocas de los niños hambrientos reciben la miel del sustento.

Los vientres desnutridos se fortalecen con la justicia del reparto.

Las mujeres violentadas no tiemblan con el ruido de la cerradura.

Las niñas del mundo no se venden en matrimonios concertados.

Los ejércitos de la tierra levantan ciudades en ruinas.

Las armas se han herrumbrado y estercolan macetas.

Los aviones de combate divierten a los ancianos con sus piruetas.

Las pateras sirven de tumbas a las riquezas de las  mafias de esclavos.

No hay personas ahogadas en los mares, ahora se ahogan la persecución, la tristeza y la ignorancia.

Las alambradas de las fronteras las cambiaron por guirnaldas de flores.

Las padres de África inventan abrazos y besos para sus hijos que vuelven a casa.

Ya no hay castas en la India, todos son hijos bendecidos del mismo Dios.

Los códigos juristas están obsoletos, todo el mundo conoce y practica la única ley: “Que os améis”.

Será Feliz la Navidad cuando todo esto y muchos más sean los regalos gratuitos en la Humanidad.

Será Feliz la Navidad cuando contemplemos a Dios nacido en cada persona que está a mi lado! 

 

(1)            Tomado del artículo: “Dios se encarnó en Jesús, luego es encarnación”. Fray Marcos. Publicado en Escuela de FE Adulta

https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/17626-dios-se-encarno-en-jesus-luego-es-encarnacion.html

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