Opinión

Terminator 2: La mejor película de James Cameron

Luis Manuel Serrano Novillo | Martes, 30 de Diciembre del 2025
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Con el reciente estreno de la tercera parte de Avatar, me he dado cuenta de una cosa: ¿desde cuándo James Cameron ha perdido su toque?

Es decir, ahora parece que quiere expandir la idea de Pandora en varias películas, pero en sí pienso que es innecesario, dado que la primera película de Avatar era una historia que se cerraba y no necesitábamos El sentido del agua y ahora Fuego y cenizas. Y si a esta última le va bien, pues habrá dos más, aunque en su defensa diré que los efectos especiales están muy bien trabajados, al igual que el world building, pero en cuanto al guion lo veo muy plano y vago, además de su larga duración (esta tercera parte dura 3 horas y 15 minutos).

Así que, buscando por su filmografía, he decidido volver a ver la que quizá es su mejor película jamás hecha y no, no es Titanic, así que lo siento por vosotros. Si hay una película de James Cameron que lo tiene todo, además de ser un referente en la cultura popular, esa es Terminator 2.

James Cameron escribe, produce y dirige esta segunda parte, volviendo a contar con Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton a la cabeza, además de unirse al plantel Robert Patrick y Edward Furlong. En esta increíble película nos trasladamos años después de lo ocurrido en la primera Terminator, donde en el futuro la humanidad lucha contra las máquinas y, concretamente, contra Skynet, la inteligencia artificial, en un no tan lejano 2029.
Skynet ha decidido enviar de nuevo al pasado a un Terminator para atacar a John Connor cuando es un chaval y, a su vez, la Resistencia envía a otro para proteger al futuro líder, y ahí es donde comienza la historia. Ahora nos vamos al “presente”, concretamente a 1995, donde conocemos a John Connor, que es un adolescente rebelde, y mientras Sarah Connor está encerrada en un psiquiátrico porque la consideran totalmente peligrosa, además de que el doctor que la atiende, el doctor Silverman, no le cree nada de lo ocurrido en los eventos de la anterior entrega.

La misión del Terminator enviado a proteger a John es clave: impedir que el nuevo modelo acabe con el futuro salvador y líder de la Resistencia.

Me sorprende mucho que no haya hablado de James Cameron, teniendo en cuenta que las dos de Terminator, Aliens y, en mayor o menor medida, Titanic son películas increíblemente dirigidas, que cada vez que las ponen por la tele me las quedo viendo y quizá, junto con Ridley Scott, Spielberg, Scorsese, George Miller y Coppola, son de los grandes autores para descubrir el cine como concepto, además de calar tanto en crítica como en público.

Empecemos por el principio: la primera de Terminator fue algo increíble y que nadie se veía venir y, pese a que por momentos se ve un poco barata, todo el mundo quedó asombrado por su historia básica pero efectiva. Había viajes en el tiempo, acción, melodrama y también una advertencia sobre el futuro avance de la tecnología.

En esta secuela James Cameron apuntó muy alto, empezando por los efectos digitales. Sigo alucinando con lo bien que se ve el T-1000, pese a ser una película de principios de los 90; ya le gustaría a otras muchas tener esa calidad de efectos. Cameron siempre intenta innovar en el apartado visual y aquí hay una mezcla entre efectos digitales y hechos a mano, algo que agradezco teniendo en cuenta que las secuencias de acción son muy dinámicas. La primera película tenía alguna que otra persecución, pero en esta película la acción es el eje central, cosa que luego el resto de películas de la saga ha intentado copiar sin mucho éxito.
¿Quién no recuerda la famosa persecución del camión o la huida del psiquiátrico? Hay tiroteos por doquier, pero también la cinta toma sus pausas para desarrollar a sus personajes.

Vemos una evolución empezando por la propia Sarah Connor: en la primera película era una chica tímida y con miedo a morir, pero es que en esta película es una soldado y una tía dura sin escrúpulos, arquetipo que por desgracia muchos personajes femeninos intentan copiar descaradamente fallando en el intento, y si no ahí tenéis a la Capitana Marvel o, más reciente, a la Galadriel de Los anillos de poder.

John Connor es el corazón de la película y, pese a ser un adolescente rebelde, no tarda en encariñarse con el T-800 hasta formar quizá una de las mejores relaciones de amistad jamás vista en la historia del cine. John enseña al Terminator, en parte, a ser humano y, sobre todo, a soltar chascarrillos que quedarán para la posteridad como, por ejemplo: “Cómetela”, “No problema” y la más famosa: ¡Sayonara, baby!

Del propio Terminator, es decir, de nuestro querido Chuache, poco o nada tengo que decir: es su mejor papel hasta la fecha y quizá la novedad para la época era que él fuera el héroe, y eso en parte impacta la primera vez, teniendo en cuenta que en la primera película era la principal amenaza a derrotar. Obvio, porque su principal misión era matar a Sarah Connor para impedir que John Connor naciera.

En esta ocasión, Chuache es una bestia imparable que usa todo tipo de armas y no duda en darte una paliza si le tiras lo que no le tienes que tocar.
En cuanto al T-1000, es quizá de los mejores modelos y villanos que han quedado en el imaginario colectivo. Empezando por su diseño, estando hecho de metal líquido, y además la increíble actuación de Robert Patrick le da todo el peso al personaje y le convierte en una amenaza más peligrosa que el T-800 de la primera película.

Además de la acción, las dosis de humor bien implementado, la música de Guns N’ Roses y el desarrollo de cada personaje, Terminator 2 tiene uno de los mejores mensajes hechos en una película de James Cameron. El primero, y es evidente, es la famosa advertencia del riesgo con las tecnologías y, en concreto, la IA; vamos, que James Cameron es un adelantado a su época. Y el segundo, que además sirve como leitmotiv, es que el destino no está escrito y que son nuestros actos quienes lo forjan.

Terminator 2 es una de las mejores películas jamás realizadas, no solo de James Cameron sino también de la historia del cine, tanto que hasta Chazelle la metió como homenaje final en aquel fabuloso montaje de la evolución del cine en Babylon. Su historia, sus personajes, secuencias de acción, frases célebres y actores han quedado para la posteridad en la cultura popular y en el imaginario colectivo. Es esa típica película que te la puedes poner una y otra vez y no aburrirte.

Para concluir, quiero pensar que James Cameron dejará a un lado Avatar y hará algo nuevo, o no sé qué hará después. Me gustaría que Cameron vuelva al cine que se le da bien y deje a un lado las franquicias y cree algo nuevo, porque es de los pocos autores, junto con Spielberg, Scorsese y Ridley Scott, que ofrecen propuestas nuevas y originales. O eso, o hacer una tercera entrega digna de Terminator, porque después de la 2 las que salieron después son horribles y pusieron a dormir a la saga durante mucho tiempo. Así que, si me preguntáis, solo las que están dirigidas por el propio James Cameron son canon.

 

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