La semana pasada, el miércoles 25, había convocada en
Barcelona una huelga de taxis de 48 horas. Casi nadie se hizo eco de la
convocatoria, curiosamente, hasta que el mismo miércoles, en plena jornada de
paro, una VTC —una de las partes en discordia— se vio envuelta en un incidente:
cuatro descerebrados violentos atacan uno de estos vehículos, con clientes
dentro y todo. Curiosamente las teles no decían nada de la huelga, pero allí
había una cámara e inmediatamente las imágenes se propagan culpando a los taxistas.
Nadie habla de la huelga, de por qué los taxistas están tan cabreados. Tampoco
dicen al día siguiente que los mossos habían identificado a grupos antisistema
turismofóbicos como los autores de la agresión del miércoles. Ante la
manipulación mediática y el pasotismo de las autoridades el cabreo de los
taxistas va en aumento. El viernes la huelga se propaga e irrumpen los 15.000
taxis de Madrid. El sábado la huelga pasa a ser indefinida y se extiende por
todo el país. Hoy los informativos abren con la huelga del taxi.
Y la manipulación mediática que no cesa.
Desde hace ya algún tiempo no paso de los titulares en los
informativos de las teles genaralistas. De ninguna de las cadenas. La
manipulación les sale por los ojos, se les cae de la mesa, amenaza con salir de
la pantalla en forma de pastoso y maloliente vómito. El sábado terminaba de
comer con los Simpsons cuando saltaron a la pantalla los titulares del
informativo de A3 con los taxis a la cabeza. Hay que tener cuidado con esto,
porque cuando sabes de primera mano lo que está pasando, cuando tienes toda la
información que genera la noticia, te puede reventar la cabeza si te tragas
—así, de una sentada— lo que esta gentuza entiende como información. Me pillé
un cabreo del diez.
Podían haber hablado de las autorizaciones VTC y el
conflicto que ha generado la irrupción de un par de multinacionales
tecnológicas —sí, de esas que se meten en tu móvil y te dicen lo guapo que
eres— aprovechando cierto caos normativo y judicial que se produjo hace unos
años con este tipo de autorizaciones y que, sin comerlo ni beberlo, ha puesto
patas arriba el sector del taxi. Pues no. Del problema nada se supo, pero las
marcas de las dos multinacionales involucradas las decían tres veces en cada
frase. Para, pobrecitas, decir que el taxi no quiere que trabajen; para
presentarlas como víctimas de un conflicto que han creado ellas en colaboración
con unos gobernantes inútiles que solo han sabido empeorar el sector a cada
paso que dan.
Si piensas que a ti en nada te afecta —que se jodan los
taxistas— te equivocas. Lo de los informativos es una puta vergüenza. Lo está
siendo con los taxis, lo fue con los estibadores y lo es y lo será con todo lo
que les interesa. El día que tú no intereses lo será contigo. Aún tienen
audiencias millonarias que extienden a los medios digitales también de su
propiedad. Las redes sociales, en donde su presencia es más que notoria, hacen
el resto.
La información existe, se encuentra si se busca. Pero la
masa no busca, consume lo que está más a mano.
Nos sirven en bandeja pura basura. Y nos la tragamos sin
rechistar.
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Lunes, 29 de Abril del 2024
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