Vam Pirueta tenía miedo a la noche y cuando las últimas luces se apagaban, él en su cama, se cubría la cara con las sábanas, para que la noche no lo viera.

Cerraba los ojos con fuerza buscando el sueño y la llegada de la mañana…pero ese momento se le hacía a veces tan largo… tanto que Vam Pirueta, comenzaba a imaginar:

Un fantasma con sábana estampada, una bruja que no asustara, un vampiro con ortodoncia, una momia  “mal enrollada” y  un monstruo un poco afónico… canturreaba.

Pero hasta ellos inquietaban a Vam Pirueta, que con sus ojos apretados y escondido bajo las sábanas intentaba así engañar a la noche para  que lo creyera dormido, y se marchara volviendo convertida en mañana.

Pero la noche, lo vio y sonrió a Vam Pirueta, lo abrazó y lo durmió y se llevó su miedo pues Vam Pirueta, creció.

Y yo, Vam Pirueta, en forma de noche…acabo este cuento y me llevo tus miedos con un beso. ¡Felices sueños!