Desde hace 32 años, la Escuela de  Danza y Artes Marciales Cristóbal Orea es una referencia en Tomelloso y en el conjunto de la región. Miles de jóvenes han pasado por un centro que ofrece una extensa oferta modalidades; desde el taekwondo, que es por la que más se conoce, hasta la danza española y clásica pasando por otras disciplinas donde la calidad de enseñanza siempre está asegurada. En el centro se moldean deportistas y también personas, desde los valores de respeto, espíritu de superación, trabajo en equipo, humildad, seguridad, compañerismo y control de la autoestima, entre otros. 

Entran y salen niños por las instalaciones del centro en la calle Calvario. Unas clases terminan y otras empiezan. Así se va desarrollando una jornada más en el centro que el maestro Cristóbal Orea Montoya, junto a su mujer Agustina Gallego, han sabido llevar a buen puerto. Las paredes están plagadas de fotografías de alumnos, recuerdos, trofeos, recortes de prensa que enseñan la solera de esta gran escuela.

-Treinta dos años de trayectoria son muchos, ¿qué sensación le queda cuando echa una mirada atrás y ve el largo camino andado?

-Da un poco de vértigo ver que ha pasado tanto tiempo, pero al mismo tiempo sientes la satisfacción  de la solera que hemos alcanzado, el respeto que nos tiene la gente, lo que significa que valoran nuestro trabajo.  Fuimos pioneros a la hora de introducir la danza y las artes marciales en Tomelloso. Por aquellos años yo competía  y llegamos con muchas ganas. Empecé yo solo y a los dos años se incorporó  mi mujer con la danza. El balance es muy positivo, nos sentimos muy orgullosos.

-Además de la escuela dirige una empresa de formación, ¿no es así?

-Sí, damos  cursos de formación a policías, agentes de seguridad, guardia civil…Con esto llevamos ya veinte años.

-La carta de presentación del centro es formar deportistas, pero ante todo personas…

-Damos mucha  importancia a la educación, mucho más en las artes marciales y la danza donde siempre hay un respeto, disciplina, compañerismo, valores que hoy en día se han perdido y que los padres valoran mucho que se puedan recuperar.

-Tiene mérito mantenerse tanto tiempo porque la competencia entre gimnasios ha sido creciente, ¿no es así?

-Las cosas han cambiado mucho. Ahora hay gente que monta un gimnasio como negocio, pero sin tener muchas conocimientos y profesionalidad. Por eso nosotros nos sentimos orgullosos de habernos dedicado durante tantos años a la enseñanza, algo que siempre es complicado. Enseñar no es lo mismo que montar un macrogimnasio y punto. Enseñar implica profesionalidad, vocación, un trabajo artesano de muchos años. Esto es algo que miran mucho los padres, no quieren llevar a sus hijos a cualquier sitio.

-Hay competencia entre centros y también entre las muchas artes marciales que existen ¿cómo promociona usted el taekwondo?

-Hay muchas, pero en realidad no hay tantas porque hay modalidades que no son artes marciales, sobre todo tradicionales. El taekwondo es un arte marcial milenario que mantiene intacta  la tradición. Además de lo deportivo se intenta inculcar al niño esos valores de respeto, disciplina, formación, saber que se tiene que poner su traje todos los días, saludar al maestro al entrar, en definitiva dar al niño unos buenos pilares para que se vaya formando bien. El componente deportivo  lo empezamos a abordar cuando el niño tiene 14 o 15 años y ya sabe más o menos lo que quiere. 

-De su gimnasio han salido competidores que ha conseguido resultados importantes en el taekwondo…

-Somos el  segundo club de Castilla-La Mancha donde más cinturones negros hay, casi sesenta. Algunos alumnos han alcanzado el quinto dan y también contamos con campeones de Castilla-La Mancha y algún campeón de España.

-¿Considera positivo  que la gente practique dos o más deportes a la vez?

-Sí, no hay ningún problema, siempre que el niño tenga sus espacios de juego y tiempo. También es cierto que hay deportes que son menos compatibles con otros, pero por norma general  el taekwondo se adapta bien a cualquier tipo de deporte y con la danza sucede exactamente lo mismo. Cualquier niña que adquiera una buena formación de danza, luego podrá bailar, patinar, practicar gimnasia rítmica o artística porque adquiere esa coordinación y sincronización que le ayudan mucho a la hora de practicar otros deportes.

-El próximo sábado tendrá lugar un Festival de Artes Marciales en Tomelloso, un acontecimiento bastante novedoso, ¿cómo lo afrontan?

-Está suponiendo mucho trabajo, pero nos hace mucha ilusión estar ahí. Nosotros ya hemos participado en otros que se han hecho en otras ciudades. Va a haber una buena afluencia de público y esperamos aportar nuestro granito de arena para que todo salga bien. Además, vamos a realizar una fusión de  artes marciales con danza que estamos seguros  que  gustará mucho a la gente. El día va a ser de lo más ajetreado porque también tenemos el Open Internacional “Don Quijote” de Taekwondo que se celebrará en Ciudad Real. De este open, saldrá el equipo de Castilla-La Mancha formado por unos competidores que también tendrán opciones de estar en las próximas olimpiadas.

-El actual concejal de Deportes, Iván Rodrigo, artífice de este festival, trabajo con usted, ¿lo recuerda?

- Estuvo conmigo desde los siete u ocho años, era muy pequeñito. Siempre le han gustado mucho las artes marciales y de ahí que se le haya ocurrido organizar un  festival con modalidades y disciplinas deportivas que la gente no conoce o conoce poco. Somos deportes minoritarios entre comillas, porque no salimos tanto en la tele y en la prensa como otros deportes, pero no somos minoritarios en cuanto a número de practicantes. Además, ahí están las medallas que el taekwondo  español ha ganado en las Olimpiadas. Somos una de las grandes potencias mundiales.

-¿Tiene en mente poner en marcha algún nuevo proyecto para el centro?

-Muchas veces hemos pensado en ampliar las instalaciones, pero pensamos que se perdería un poco la esencia de lo que es la escuela, de nuestra vocación de enseñanza, de la tradición del arte marcial en sí.  De todos modos, en las instalaciones que tenemos damos opción a los papás a que hagan ejercicio, con spinning, gaf, preparación física y otras actividades de complemento, pero no queremos que nuestro centro se identifique con esos sistemas. Nos gusta que nos vean como escuela.