Hola. De nuevo con vosotros el transportador de noticias de tiempos de
Jesús. Sabéis que me llaman Cálamus.
Estáis celebrando unas fiestas que llamáis de Navidad. Recordáis
el nacimiento de Jesús y habéis incluido un día dedicado a tres señores a los
que llamáis Reyes Magos. Tengo que deciros que a mí no me gustan los reyes, la
experiencia de mi pueblo con ellos es muy dolorosa. Sólo un detalle para que
comprendáis: Herodes el que reinaba cuando nació el Señor, se alió con el
Imperio Romano, el invasor, que nos gobernaba con yugo de hierro. Entre los dos
nos arruinaron la vida, los negocios y la nación.
Además los llamáis magos, ¿a cuento de qué?, ¿Es que
hacen alguna clase de magia? ¿Cambian las piedras por panes o se tiran desde el
tejado de la iglesia y resultan ilesos? Por favor. ¡Llamarlos magos! ¡Qué
desfachatez!
La más antigua y única noticia que tengo sobre ellos, la
he leído en el evangelista Mateo donde dice: “Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. En esto, unos
magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el rey de
los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a
rendirle homenaje… Al entrar en la casa vieron al niño con María su Madre, y
cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como
regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra” (Mt. 2,1-12)
He rastreado la historia desde Jesús hasta ahora (como
puedo ir y venir en el tiempo…) y me he encontrado datos interesantes: En algún
evangelio apócrifo nos dan sus nombres (Melchor, Gaspar y Baltasar), el dato es
en torno al siglo VI; y no me resulta demasiado fiable. Incluso ha habido,
quienes han dicho que podrían ser andaluces, con esto hubo un buen lío en el
siglo XX, hasta que el secretario general de la Conferencia Episcopal Española
aclaró lo que quería decir Benedicto XVI en su libro “La infancia de Jesús”, a
tal respecto.
Como me he movido por las tierras de Grecia y de Roma
en mi deambular como transmisor de historias tengo que deciros, que la palabra
griega “µαγοι”, que pasó al latín como
“magi” de magister (maestro, persona sabia que enseña) calificativo que
da Marcos a estos personajes, no hace referencia a magia en nuestra cultura, si
no a la ocupación que tenían algunas personas, sacerdotes e intelectuales que
estudiaban el universo con sus planetas y estrellas, hacían cálculos e incluso
eran capaces de predecir movimientos de planetas, que asustaban a muchos, por
ejemplo los eclipses de luna o de sol.
Si me lo permites, querido lector del siglo actual te dejaría
unos pensamientos que vendrían bien a tu sociedad, incluidos los gobernantes,
copiados de estos personajes.
Son tres, número perfecto para dilucidar sobre asuntos
importantes y decidir en votación lo más conveniente. Son intelectuales, han
superado los infantilismos adultos del mando, del poder y del estrado
prominente. Su intelectualidad y experiencia, son dos cualidades imprescindibles
para los que nos gobiernan en España y en el mundo, y están muy necesitados de ellas.
Uno es viejo: Se llama Melchor, lo reconocemos por la
barba blanca de persona con experiencia, de vivencia aprovechada en días y años
de reflexión e investigación. La gente
actual debería valorar más las personas ancianas y reconocer sus valores y su
sabiduría. No solo es bueno lo novedoso y lo actual. En muchas ocasiones los
almacenamos en residencias y ellos se sienten trastos inútiles. Necesitan mucha
fuerza y ánimos, también aguante ante
los desprecios de las gentes sin sentimientos.
Otro es joven y pelirrojo: Gaspar. Podría valer de
influencer (como decís ahora) para los jóvenes. A muchos de ellos los manipulan
los mecanismos de explotación de la sociedad, con drogas, alcohol, falacias,
ausencia de ideas y otras veleidades. Este personaje es ejemplo de cordura, de
bien hacer, de fuerza, ilusión, empuje, ánimo de saber, se enfrenta a las
dificultades intentando conseguir un objetivo, que valga la pena.
Otro es de piel negra: Baltasar. Entiende mucho de
desierto, de arena, de sed, al igual que miles de hombres y mujeres también
negros. Aquellos que han abandonado sus familias y sus casas con gran dolor de
su corazón. Los han explotado asesinos y tratantes de personas. Se han lanzado
al mar. Muchos llegan a tierra ahogados. Los que llegan a las costas
capitalistas son rechazados, porque no valen para hacer negocio con ellos. Baltasar
puede enseñarnos a tratar a las personas con cariño, con mano amiga, con una
sonrisa y con ilusión para realizar los sueños de su vida. Son tales su
sensibilidad y delicadeza que es capaz de arrodillarse, igual que el anciano
Melchor y el joven Gaspar, ante un niño recién nacido en una cuadra.
Los tres forman un equipo. Vienen en grupo tan diverso y tan divergente;
distintas edades, distintas naciones, distintas culturas, distintas lenguas…, tres y tan diferentes.
Movidos por el interés del saber, el conocimiento, el asombro y el
descubrimiento de acontecimientos nuevos e importantes. Llegan con una actitud muy
valiosa para rendir homenaje, cuando descubren lo que merece la pena. Se bajan
de sus cabalgaduras de apariencias, se inclinan de hinojos, rebuscan entre sus
tesoros y ofrecen lo que les parece importante en aconteciendo descubierto.
¿No te gustaría regalarte algunas de las cualidades de los
Tres Sabios?
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Jueves, 25 de Abril del 2024
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