Está ubicada en la calle Peñarroya junto a una zona industrial. Fundación Cadisla ha llevado a cabo los trabajos de recuperación, nada sencillos, porque la era estaba enterrada y hubo que ponerse a sacar tierra con mucho esfuerzo y paciencia para que asomara todo el empedrado. La era se ha completado con varios merenderos, un vallado tejano, papeleras, señalización en la que se explica cómo se hacían los trabajos, la plantación de árboles y la recuperación de un viejo pozo.

López ha explicado que el proyecto surgió por una doble oportunidad. “Por un lado, disponíamos de una parcela municipal, una zona verde que estaba sin ningún tipo de uso y por otro, se nos abría la posibilidad de trabajar con Cadisla que ha demostrado su capacidad a la hora de mantener y conservar zonas verdes, trabajar con la madera o la señalética. Ellos consiguieron un plan de empleo de la Junta y nos ofrecieron la posibilidad de poder trabajar con ellos”. Así se decidió recuperar esta era vieja, de importantes dimensiones y de un importante valor cultural. “Es evidente que la economía de nuestra ciudad gira en torno al vino, pero la actividad cerealística fue muy importante en la historia de Tomelloso durante varios siglos. Luego la economía giró hacia la vid, pero antes el cereal fue clave en nuestra economía y actualmente sigue teniendo presencia en nuestra economía”, ha explicado el concejal.

José Ángel López ha subrayado que “hasta el día de hoy no se había producido esfuerzo institucional o privado de recuperar una era y poder tenerla para uso y disfrute de los vecinos y para conocimiento de los visitantes que vengan a Tomelloso. Se trata de mostrarles a estos visitantes que la economía del cereal ha tenido su importancia, con una buena señalización y atriles donde se explica cómo funcionaba una era. Este será un recurso que podrá ser utilizado por las asociaciones de carreros y mulas para que expliquen cómo se trabajaba en una era y al mismo tiempo será un recurso didáctico que se podrá meter en la agenda medioambiental escolar”. “Un proyecto social”

Por su parte, Cristina Marín, de Fundación Cadisla, ha destacado que “el proyecto es todavía un conato y albergará nuevas fases que lo irán haciendo todavía más atractivo. Lo importante es que es un proyecto social porque en esta era han trabajado y trabajarán personas con discapacidad intelectual o con alguna enfermedad mental y al mismo tiempo descubrimos un espacio de mucho valor cultural que estaba casi enterrado. Estamos orgullosos de que este proyecto vea la luz”. Marín ha puesto en valor a Cadisla, “una fundación que sabe trabajar para mantener espacios naturales o públicos, dando trabajo a personas con discapacidad intelectual. Solo cabe pedir respeto a los ciudadanos con una zona en la que se ha invertido mucho esfuerzo y dinero”.