Inmaculada de Lahoz va a ser la Pregonera de la Feria y
Fiestas de Tomelloso 2019. El próximo 24 de agosto se subirá al atril para, con
toda seguridad, no dejar a nadie indiferente con lo que cuente a sus paisanos.
La alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, cuando anunció su nombramiento
la definió como “una mujer joven, muy trabajadora y entusiasta, que ha
recorrido medio mundo”. Es Filóloga, actualmente da clases de español en Pekín
y tiene un currículum interminable.
Quedamos con ella el viernes, a una hora tórrida e intempestiva.
Inmaculada atiende benevolentemente a este periodista, a pesar de los 40
grados. No disimula su entusiasmo ni su vehemencia, sonríe, mira de frente y
habla con pasión. Charlamos de todo lo que se pone a tiro, del pregón de la
feria, de su trabajo o de sus viajes por todo lo largo y ancho de este mundo,
como decía aquel personaje de la tele. También de su frikismo por Lengua y los
análisis sintácticos y morfológicos o por el idioma chino y la importancia del
español, que en China se conoce cada vez más por el fútbol.
—¿Cómo recibió la
noticia de su nombramiento como pregonera?
—Fue una sorpresa total. Tanto, que cuando recibí el mensaje
de WhatsApp en el que me comunicaban que iba a ser la pregonera pensé que era
una broma de mi hermano. Me dije, “¿pero realmente es esto verdad?”.
—¿Y después de la
sorpresa?
—Tras la sorpresa vinieron los nervios y, lógicamente, la
responsabilidad. Es un encargo muy importante, tengo que escribir mi guion y
pensar en lo que voy a decir ante Tomelloso, que es un público muy respetable.
Me parece un reto, y un reto difícil. A ver por donde salimos
—¿Tiene ya escrito el
pregón?
—Está muy perfilado, durante el último mes he ido
recopilando en una libreta cosas de Tomelloso que puedan ser interesantes o
graciosas. La idea es relacionar mi persona, que no sé si será tan interesante
para la gente, con lo que me involucra con Tomelloso y en el contexto en el que
estamos. Escrito como tal, aún no está. Lo más difícil es hilvanar las ideas, tengo
muchas pero a ver cómo las uno.
—¿Cómo ha vivido la
feria de Tomelloso? ¿Qué recuerdos tiene de las fiestas? ¿Ha vivido una feria
feliz?
—Aunque suene a tópico, la feria ha sido algo muy importante
para mí. De las fiestas de Tomelloso es la que más me gusta. Hago los años en
feria, entonces para mí ha sido siempre mi cumpleaños... Y lo que más me gusta
es el día 24. Mi padre es panadero y en mi familia no salíamos tanto como otra
gente, él trabajaba y en la feria más. Pero el primero, el 24, era el único que
salíamos porque mi padre estaba libre; era el despiporre. Por eso, la feria
siempre me ha traído muy buenos recuerdos y me gusta mucho.
—Supongo que habrá
leído los discursos de los pregoneros que le han precedido en el atril…
—Los he mirado en internet. También estuve en el primer
pregón con este formato, el de Jesús Puerta. Recuerdo que me gustó mucho, me
pareció gracioso, emotivo y original. Claro, era el primero. Me gustó mucho una
iniciativa tan original. También pude estar en el de Joaquín Acedo y en el de
Ana Palacios.
Lo que más me preocupa es repetir porque, al final, tú
tienes que contar tu andadura y relacionarla con Tomelloso. Y es lo que han
hecho los cuatro pregoneros anteriores, cada uno en su campo, ha hablado de lo
que hace y lo ha extrapolado a su experiencia personal en Tomelloso.
—¿Qué le pareció el
cambio de concepto del Pregón. La idea
de que sean vecinos y vecinas de
Tomelloso que destaquen por alguna circunstancia quienes pregonen nuestra Feria y Fiestas?
—Me gustó desde el primer día. Creo que el aplauso a ese
cambio fue generalizado, hace que te identifiques más con el pregonero, aunque
no lo conozcas. Y luego está el orgullo
de poder decir que un chico de Tomelloso, como Jesús Puerta o cualquiera de los
otros, está en un sitio tan importante; yo no lo hubiese sabido de otra forma.
—¿Es de los “expatriados”
tomelloseros que regresan en la feria?
—Siempre que puedo lo hago, pero depende del trabajo. Soy
profesora y en general tengo los meses de julio y agosto libres. Pero
dependiendo del país en el que haya estado he tenido la oportunidad de venir o
no. Los cuatro años que estuve en Estados Unidos no pude hacerlo, allí la
escuela empieza en mitad de agosto. Ahora estoy en China y como las clases
comienzan a primeros de septiembre sí puedo venir.
—¿Cuénteme por qué elige
una carrera de humanidades y encima,
centrada en las palabras, que no es tan comercial ni tiene tanta visibilidad
como una de ciencias?
—Le voy a contar una anécdota en ese sentido. Cuando acabé
el instituto siempre había sido la empollona de mi clase, tenía muy buenas
notas. Se supone que cuando tienes buenas calificaciones te vas a ir por algo
que tenga “más salidas”. Tenía Matrícula de Honor y cuando llegué a Ciudad Real
a hacer la inscripción de la carrera puse como primera Filología y si no me llegase
la nota, Magisterio de Inglés. La chica que me atendía me explicó que para
Filología se necesitaba menos nota que para Magisterio y me dijo que con mi
calificación podía hacer lo que quisiera, Medicina, Fisioterapia, una
ingeniería… Filología era la carrera que menos nota necesitaba, pero era la que
yo quería hacer.
Estudié Filología porque siempre me han gustado los idiomas.
No sabía de qué iba a ir la carrera, teníamos bastante carga lectiva de Lingüística
y de Literatura. A mí siempre me ha gustado más la primera. En Ciudad Real teníamos
que hacer tres idiomas y cogí inglés, francés e italiano. Lo del español fue
porque cuando me fui de Erasmus a Irlanda, en la universidad en la que estaba
había un grupo de irlandeses que estudiaban nuestro idioma. Me apunté y les
ayudé y vi que me gustaba enseñar español. Cuando volví a España, la carrera la
acabé en Granada y allí me apunté a algo parecido. Cuando acabé me fui a
Escocia de asistente de español y me dije “¡esto es lo mío!”. Desde entonces he
estado enseñando español siempre.
Me gusta viajar, conocer a gente y divulgar la cultura y las
letras españolas.
—Y continuando con su
apabullante currículum, tengo entendido que después de Escocia se fue a Estados
Unidos.
—Estuve un año en EEUU hice un lectorado de español con la
UCLM en una universidad de un pueblo perdidísimo de Ohio que no me gustó nada.
Un sitio muy bonito, muy bucólico, pero parecía que estábamos en el siglo XVII.
Dije que no iba a volver a ese país y luego regresé a Boston.
—Cuéntenos su
peripecia vital y laboral.
—Después de Ohio estuve un año en Suecia, con un programa
del Gobierno de Europa. Luego en Francia, allí estuve dos años y acabé
Filología Francesa. De ahí me fui a Filipinas, de asistente del Gestor Cultural
durante seis meses. Me gustó mucho. Pero como a las Letras y a la Cultura en España
no se les da la importancia que tienen, no me pude quedar, no llegaba dinero de
Madrid. Desde Filipinas, intentando ver si la situación se resolvía, me fui al
sur de China. Ahí estuve otros seis meses haciendo un lectorado de la UCLM.
Hubo un cambio de gobierno y se acabó el programa, y yo me vine a España. Tuve
mucha suerte y pude trabajar un año en el Santo Tomás-La Milagrosa. Después estuve
otro año en CEAT.
—Y después, Boston.
—También tuve mucha suerte, porque el 2013 fue el año que
más gente pidió el programa que elegí. Allí estuve tres años, el primero fue
muy difícil pero después me gustó mucho.
La mentalidad americana es muy de “trabaja, trabaja”, pero si lo haces
bien y estás dispuesto a echarle ganas te lo reconocen. Allí hay mucha meritocracia
y aquí hay mucha dedocracia, si trabajas bien llegas bastante alto. En tres
años llegué a jefa de Departamento y directora de la Sociedad Honoraria
Hispánica de Milford. Me quería quedar, el cole me ofreció un contrato
permanente pero está el problema de los visados. No lo pude renovar y me tuve
que marchar.
—A China, nada menos.
—Estoy en Pekín, trabajando para el Ministerio de Educación
de España. Doy clases de español de lunes a viernes en la Beijing Foreign Language School, una
escuela que tiene convenio con la Embajada de España. Los fines de semana doy
clases para niños en el Instituto Cervantes y también en la Escuela
Diplomática.
—¿Está aprendiendo
Chino?
—Pero muy despacito. No tengo mucho tiempo. He empezado a
recibir clases este año, particulares. En Pekín no puedo asistir a clases
presenciales, es tan grande que se te va medio día en ir de un sitio a otro.
—¿Con qué lugar de
los que ha estado se queda?
—Como profesora, Asia es un sitio muy bueno porque —lo que
voy a decir es polémico— se tiene mucho respeto a la educación y a los
profesores. Allí simplemente me tengo que preocupar de preparar las clases, no
de estar como un policía.
En donde más he aprendido ha sido en Estados Unidos. Allí se
exige mucho y cada céntimo que te pagan te lo tienes que ganar.
—¿Cómo está presente
Tomelloso en su vida?
—Siempre llevo a La Mancha en mi corazón, le digo a todo el
mundo que soy manchega. Tomelloso está muy presente en mi vida, soy tomellosera
y mi acento va por delante. Cuando estaba en Estados Unidos, allí los
profesores tienen su propia aula, me lleve una bufanda del Frente Verde y la
puse en la mía.
—Va a ser la
Pregonera del Centenario de García Pavón…
—Cuando estuve en Filipinas, Ignacio Martínez de Pisón vino
a hacer una visita cultural y cuando supo que era de Tomelloso me hablo de lo
mucho que le gustaba García Pavón, los “Cuentos republicanos”. Me dio mucha vergüenza
porque no los había leído pero aquello fue un punto de inflexión, sinceramente.
Comprendí que no podía ser estandarte de Tomelloso sin conocer toda la obra de
Pavón. Sí, me hace especial ilusión ser pregonera en el Centenario de Pavón y,
además, pronunciar el primer pregón en la nueva plaza de España.
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Domingo, 29 de Agosto del 2021
Sábado, 28 de Agosto del 2021
Lunes, 2 de Septiembre del 2019
Viernes, 29 de Marzo del 2024
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