El Juvenil A del Atlético Tomelloso se ha impuesto al Mora, 4-3, gracias a una espectacular remontada en los últimos veinte minutos. El mérito es todavía mayor porque los de Josevi Jiménez estuvieron una hora con un hombre menos por la expulsión de Pablo en el 31 al ver la segunda amarilla. Futbolistas, técnicos y aficionados han celebrado con alborozo una victoria que debe servir para invertir la tendencia de resultados de un equipo que aún no ha dicho su última palabra en esta Liga Nacional.
Josevi apostó por una defensa de cinco con Juanda, Serna y Manzanares como centrales y Morago y Dani Martínez como laterales largos; en el medio situó a Moratalla, Cheto y Pablo y en punta apostó por Mario y Pedro Arnau. El inicio de partido fue devastador para un Atlético Tomelloso que encajó dos goles en el primer cuarto de hora. Benchaif y Jorge pusieron en ventaja al Mora. Pero afortunadamente, Pedro Arnau, que era el que más había intentado el disparo a gol, acortó distancias en una jugada que nació en una buena asociación por la derecha entre Cheto y Dani Martínez. El hoy lateral ha cuajado un sensacional partido con muchas subidas por la banda, centros de calidad y buen criterio en todas sus acciones. Incluso pudo marcar en una jugada en la que su disparo se estrelló en el palo.
La expulsión de Pablo ha sido un jarro de agua fría para el equipo que ha tenido que pasar del 5-3-2 inicial a un 4-4-1 con Mario, como único referente ofensivo.
Con un hombre más y ventaja de un solo gol, el Mora ha arrancado la segunda mitad dispuesto a ampliar la diferencia en el marcador. Lo pudo hacer Benchaif después de una buena jugada que acabó con un tiro al palo, pero no perdonó Rodrigo en el 60 para hacer el 1-3 con un tiro cruzado que batió a Fran.
Con todo prácticamente perdido, Josevi movió la banca y metió en el campo a Gontxu y a Novillo. El delantero lo cambió todo con dos magníficos remates de cabeza en tres minutos que pusieron el 3-3 en el marcador. Pero el premio sería todavía mayor con el gol de Juanda, también de cabeza, en el noventa, después de un lanzamiento de falta que el bravo central mandó a las mallas. La fe de los locales tuvo recompensa, para desesperación de un Mora que no supo manejar su superioridad numérica. En los locales, fueron creciendo todos, especialmente Jorge Moratalla, inmenso en la segunda parte,
Una victoria hermosa, de esas que se recuerdan mucho tiempo y que inyecta moral y confianza para lo que viene. Este Atlético todavía tiene mucho que decir en la competición.
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