En recuerdo de aquellos familiares y amigos de los que
nunca pensamos despedirnos para siempre hace solo unas semanas.
El ser humano es sociable por naturaleza y gusta de
establecer relaciones más o menos profundas siendo como nuevos nacimientos en
la vida de cada uno; la más profunda la de amistad por su permanencia, cercanía
y compromiso.
Y es que la naturaleza humana tiende a conservar y a
disfrutar de aquello más querido; será por esto que las despedidas nunca me
resultan agradables porque hacerlo es como morir un poco y eso de morirse, como
el cielo, es algo que puede esperar para cuando nuestra naturaleza esté mejor
preparada para soportar ciertos viajes y ausencias. Hablo de las despedidas
dolorosas, aquellas donde siempre se acaba rompiendo algo y en las que
quisieras que una parte de ti también partiera.
Las despedidas como los trajes, zapatos o camisas, se
pueden medir por tallas que no son otra
cosa que el tiempo que duran esas ausencias; que no es lo mismo despedirse con
un “hasta mañana” al abandonar a los compañeros de trabajo o la partida de
amigos que la despedida en una estación de tren o un aeropuerto al partir un
ser querido donde flota y se transmite un sentido y deseoso “hasta muy pronto”
y mucho menos cuando esas despedidas se sufren en el cementerio cuando ese
deseo es de “un hasta siempre”.
Que las despedidas siempre expresan el grado de intimidad con
las personas que se van, las más dolorosas son las inesperadas o aun siéndolas
no las pensamos tan temprana.
Las despedidas importantes, aquellas que nos dejan huella y
quizás sin pasaje de vuelta son siempre actos rigurosos de sentimiento, de
autenticidad que producen algo de vacío, como esos trapecios lanzados al aire
donde no sabes si en el otro extremo habrá alguien que nos recoja o al
contrario será el mismo trapecio el que nos vuelva al lugar del que partimos. Porque
al fin, nuestras vidas son como trapecios en los que cada día volamos todos a
mayor o menor altura sin saber cuál va ser nuestro próximo destino.
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Miércoles, 21 de Mayo del 2025