Desde
hace 18 años en Castilla-La Mancha venimos publicando el Informe sobre
Violencia de Género, una herramienta muy útil que nos dimos como
sociedad y que como sociedad
nos ha permitido crecer, sensibilizarnos y mejorar la protección de las
mujeres, las niñas y los niños que sufren esta cruel violencia.
Este
informe que nació en 2002 y que cumple ahora su mayoría de edad, nos ha
permitido trabajar en tres grandes ejes. El primero, el conocimiento
real de la situación gracias
a la radiografía que aporta: prevención, sensibilización y divulgación;
servicios de información y atención especializada; recursos de
alojamiento y protección para víctimas de la violencia de género;
seguridad de las víctimas, ayudas sociales y económicas;
actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y procedimientos
judiciales. En segundo lugar, la implementación de servicios, recursos,
planes y medidas para atajar estas situaciones de violencia. Y, derivado
de estos dos grandes bloques, lo más importante,
el fin en sí mismo del estudio: la protección de las mujeres y de sus
criaturas víctimas de la violencia machista.
Conviene
recordar, además, que su elaboración no es fruto del voluntarismo, sino
de la voluntad política del Gobierno de Castilla-La Mancha, que siempre
ha tenido claro
que hay que proteger y apoyar más a quien más lo necesita. Por eso,
estableció la obligación legal de publicarlo y remitirlo a las Cortes
regionales, primero con la Ley 5/2001, de 17 de mayo, de Prevención de
Malos Tratos y de Protección a las Mujeres Maltratadas
de Castilla-La Mancha cuyo artículo 11 establecía la obligación del
Ejecutivo de remitir a las Cortes este informe y posteriormente ha sido
la Ley 4/2018 de 8 de octubre para un Sociedad Libre de Violencia de
Género en Castilla-La Mancha, la que en su artículo
32 sobre ‘Evaluación de implementación y eficacia de las medidas’,
recoge la obligación del Instituto de la Mujer de realizarlo.
Otra
razón más para hablar hoy de este informe, en un momento en el que la
emergencia sanitaria de la COVID-19 ha provocado un repunte en la
violencia machista, es porque
sus páginas no solo contienen información muy valiosa acerca de cómo
hemos ido evolucionando como sociedad, sino que son el hilo conductor de
nuestra propia historia en lo que a igualdad y lucha contra la
violencia machista se refiere.
El
repaso de esta información nos muestra que hemos mejorado en la
prestación de servicios, pasando de 39 centros de la mujer a 84 y
triplicando la inversión para su mantenimiento
de 3 a 9 millones de euros.
La
comparativa entre los datos de los primeros años y los últimos arroja
un incremento de llamadas a la Línea 900, (2.699 en el informe de 2001,
cuando este año, sólo en
el estado de alarma han sido 1.435), de lo que se deduce que las
estrategias de sensibilización, visibilización y apoyo a las víctimas
funciona. También hay más sentencias condenatorias al año, más denuncias
y más procedimientos incoados. Se han multiplicado
por seis la ayuda a las mujeres a la salida de los recursos de acogida
(de 1.000 euros hasta un máximo de 6.000). También entonces se empezaba a
utilizar un lenguaje inclusivo que ahora hemos ido depurando y
mejorando. Otros avances han sido la creación de
planes de empleo específicos para mujeres víctimas de violencia de
género, el acceso a viviendas tuteladas o las becas Leonor Serrano.
En
el lado opuesto, un dato muy preocupante como ya revelaba aquel
informe, es que la violencia de género entre los más jóvenes sigue
aumentando, por lo que tenemos que
seguir haciendo hincapié en la sensibilización, y reflexionar acerca de
cómo atajar esta situación porque nuestra juventud es el futuro y es la
esperanza.
Si
hablamos de los hitos que engarza ese hilo podemos citar la
Modificación de la Ley electoral de Castilla-La Mancha para incluir
listas paritarias en las elecciones autonómicas
(2002); la puesta en marcha de nuevos planes de igualdad de
oportunidades y de medidas para la conciliación de la vida laboral,
familiar y personal (2007); la creación de la I Escuela de Pensamiento
Feminista de Castilla-La Mancha (2008); la Ley 12/ 2010 de
Igualdad entre Mujeres y Hombres de Castilla- La Mancha; el Decreto
75/2016, de 07 de diciembre de 2016, que reguló la Comisión de Igualdad
de Castilla-La Mancha; la Ley para una Sociedad Libre de Violencia de
Género en Castilla-La Mancha de 2018; el Decreto
de Orfandad de 2019 por el que se conceden ayudas a menores víctimas de
violencia de género y la creación de la Consejería de Igualdad este
mismo año.
Se
puede concluir por tanto que el repaso de los datos e hitos de estos 18
años son un binomio inseparable: los primeros nos hablan de la
realidad, lo segundos de todo
lo que hemos hecho para mejorarla.
Dice
Neruda: ‘nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos’. Es cierto,
en este tiempo nuestra sociedad ha sido capaz de analizar la realidad e
ir tomando las medidas
necesarias para acabar con la violencia machista. Pero también es
verdad que no hemos conseguido erradicarla y que hemos de seguir
trabajando con todos los instrumentos que tenemos a nuestro alcance, y
con los que sea necesario crear, hasta alcanzar la sociedad
igualitaria y justa que queremos. En eso estamos y en eso seguirá
estando el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Blanca Fernández Morena
Consejera de Igualdad y Portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha
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Viernes, 26 de Abril del 2024
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