Se ha dispuesto una puerta de entrada y otra de salida. En la de entrada, miembros de Protección Civil proporcionan hidrogel a la persona que entra y le toman la temperatura. Asimismo, el mercadillo, que permanecerá abierto desde las 9,00 a las 14,00 horas, dispone de mayor espacio, una medida que propicia que haya mayor distancia entre los puestos y que las personas tengan más facilidades para guardar la distancia de seguridad. En la valla de la calle Lugo, se ha colocado un panel informativo con las medidas de seguridad que deben seguir las personas que entren al mercadillo:  uso obligatorio de la mascarilla, mantener la distancia de seguridad, lavarse las manos a la entrada y después de realizar las compras, evitar tocar el mobiliario de los puestos, no tocarse la cara con las manos mientras se realizan las compras, respetar el recorrido establecido para mayor seguridad y utilizar el tiempo estricamente necesario para la compra.

En su reapertura el mercadillo ha vuelto a ofrecer a su clientela sus productos de alimentación: frutas, verduras, hierbas y especias, frutos secos, quesos y embutidos, pollos asados, bollería, huevos, churrería, aceitunas y encurtidos, ajos, legumbres y hamburguesería y bocatería. También se ofrece una amplia oferta de artículos de textil y hogar con ropa, calzado, droguería, perfumería, marroquinería, plantas, bisutería, mobiliario, bolsos y artículos de piel, entre otros.

David Navarro Alcolea, un comerciante de Pedro Muñoz que lleva veinte años acudiendo al Mercadillo de Tomelloso ha expresado su alegría por la reapertura. “Al fin y al cabo, este es nuestro pan, nuestro modo de vida y por eso animamos a la gente a que pierda ese miedo y salga. Hay que mirar hacia delante. Esperemos que poco a poco, la gente vaya recuperando esa confianza”, ha señalado.

Sobre las medidas de seguridad adoptadas, David ha reconocido que al principio han existido algunas dudas, “pero poco a poco nos hemos ido organizando bien”. El comerciante ha aprovechado la pequeña entrevista para enviar saludos a su madre, María del Rosario Alocolea, que está ingresada en un hospital de Madrid “y queremos que pronto esté aquí con nosotros”.

A medida que ha avanzado la mañana se han ido animando los clientes y los propios comerciantes que emitían sus entrañables gritos de reclamo para vender sus productos. Muchos de ellos se reencontraban con clientes con los que tienen ya una complicidad y relación de muchos años. Con el Mercadillo funcionando la normalidad está un poquito más cerca, pero Ayuntamiento, comerciantes y Cuerpos de Seguridad insisten en la importancia de respetar los protocolos de seguridad  para no dar ningún paso atrás.