Opinión

Carta al director de la Revista Pasos, Pablo Ortiz

Araceli Olmedo | Martes, 21 de Julio del 2020
{{Imagen.Descripcion}}

Querido Director, tengo para usted una queja y una aclaración. La queja es que se ha ido a mejores glorias sin decir palabra, en silencio, parece mentira con el ruido que siempre ha hecho usted cuando se ha presentado a cubrir periodísticamente los actos sociales. Es increíble  que Pablo Pasos se haya marchado con San Pedro en silencio, de puntillas, sin que nadie lo note, sin que los amigos supiéramos y sin que en el mundo de los medios de comunicación nos los anunciaran. Qué pena.

Y una aclaración o mejor una declaración de amistad intermitente de más de cuarenta años. Una amistad turbulenta en sus principios pero flexible como el junco hasta el final. Una amistad de más diálogo que de publicación. Nos veíamos poco porque tú eras muy extenso e intenso en palabras y yo muy corta de tiempo. 

Querido Pablo, nos conocimos al principio de la Democracia en España, tú como periodista incisivo, yo como política principiante. En ese primer encuentro discutimos. Nos medimos las fuerzas. Me sacaste de quicio. Y después, casi al rato, nos hicimos amigos para siempre. 

En momentos complicados de mi bacheada vida me amparaste en el silencio unas veces y otras con tu Revista. Siempre has estado ahí cuando te he necesitado. Siempre junto a mis necesidades con el agua, con la Cultura, con la sociedad en general. Siempre profesional, luchador incansable por esa Revista PASOS que te traía a mal traer, porque se comía  los beneficios de tus desvelos.

Recuerdo nuestras charlas. Hablábamos -sobre todo tú- de todo y de todos. Yo escuchaba, pocas veces me dejabas mojar sopa. Me ponías al día del trajín de nuestro querido Tomelloso. Yo estaba tan empapada con el tema del agua y de mis regantes que ignoraba lo que ocurría en el secano diario de nuestra ciudad. Y aquellas reuniones previas a los “Premios PASOS” que, con tanta ilusión, moderando gastos, preparabas. Me comentabas los personajes importantes que invitabas. Premiabas a las Industrias, a las personas y a las instituciones destacadas de Tomelloso y su Comarca. Nos dabas aquella “Pe” grande de bronce apoyada en mármol negro o un Pergamino de Honor, destacando nuestros pequeños logros. Todos los días en la calle, trabajando subscripciones, publicidad, subvenciones. Siempre peleándote y siempre haciendo las paces a través de ese corazón grande y generoso en pocas ocasiones comprendido. 

Tu rebeldía contra la polio y tu espíritu de superación y aventurero te llevó a la creación de un medio de comunicación en el que nos diste a todos la oportunidad de expresarnos. Todos hemos jugado a ser escritores en Pasos y después en la Revista Pasos. El único medio que, con fecha variable de salida, se esperaba en todas las casas, en los bares, en las peluquerías y en los dentistas para ponernos al día de los acontecimientos locales, comarcales y provinciales.

Cómo olvidarme de los dos Premios Pasos que me diste y del año que fui mantenedora de tu Fiesta Grande, de tus quejas con esa juventud egoísta, a los que solo les interesa su diversión y provecho. Con tu altruismo no podías comprender que los artículos que te escribíamos no fueran un servicio a la información y tu Revista Pasos el vehículo de transmisión.  Intentabas ser perfeccionista y exigente; cansino e insistente, constante e independiente. Ese eras tú, un espíritu fuerte y autodidacta, que a veces molestaba a los tiquismiquis de la sociedad y la política. 

Querido Pablo, tus esfuerzos no se han desvanecido, forman parte de la Historia de Tomelloso y tu sacrificio está escrito en las letras del recuerdo de tu familia y de tus amigos y en las páginas en papel de la prensa escrita y digital de los cuarenta años de democracia de esta Comarca nuestra a la que tantas horas de tu intensa vida le has dedicado. 

Nos has dejado a las puertas de tus sesenta años, con las alforjas llenas de tus Revistas Pasos, con tus personalísimas Editoriales, con tus fiestas de entrega de Premios, con la amistad de tus premiados, con todo ese equipaje te marchaste silenciosamente, sin avisarnos…

Pero tu impronta permanecerá para siempre en las hemerotecas de nuestro patrimonio periodístico y en el recuerdo de tus lectores.

Hasta siempre Pablo, hasta siempre, amigo.


2784 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Lo siento mucho. Nadie podrá negar su lucha contra los molinos de viento y sus ganas de trabajar. Que en paz descanse!

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}