De procedencia argentina, la familia del arquitecto, Nicolás Morales Salazar, ha echado raíces en Tomelloso. Su padre, Jaime Morales Bravo, regenta un estudio de ingeniería en la ciudad y su madre, la siempre recordada dentista, Laura Salázar Amuchástegui, prestó un magnífico servicio a los tomelloseros en su clínica. Llegamos a su estudio en la avenida Antonio Huertas justo cuando la calima del verano está pegando más fuerte y se agradece el frescor del  interior del edificio. Nicolás nos recibe en su amplio despacho y da comienzo una entrevista que acabará tornándose en una agradable conversación. 

-¿Desde cuándo lleva al frente del estudio de arquitectura?

-Llevo con el estudio dos años. Inicialmente pensé en trabajar con mi padre, pero decidí que era mejor establecerme por mi cuenta. Los inicios fueron difíciles, luego todo fue bastante bien, pero con la pandemia la actividad se paralizó bastante. Ahora parece que se está reactivando de nuevo.

-Usted se está mostrando muy activo en el tema de tasaciones, ¿no es así?

-Hago de todo, pero estoy metiéndome mucho en el campo de la tasación porque le puede suponer a la gente pagar menos impuestos, tanto al vendedor como al comprador de una vivienda. Hay gente que paga unos impuestos a la hora de escriturar una vivienda, pero luego les llega una carta en la que le piden más dinero por una revisión de expediente en el que le dicen que su vivienda tiene más valor. Ahí es donde entramos nosotros, porque es un caso muy extendido. Normalmente, la gente  paga  porque es algo que le llega desde la otra administración, pero no sabe que  puede pagar mucho menos.

-Es decir estamos ante un problema de falta de información…

-Exacto y ocurre tanto en el lado del comprador como del vendedor. En todos los casos que he intervenido he logrado encauzar la situación a favor de compradores o vendedores de viviendas.  Hemos tenido la fortuna que, a través del boca a boca, se ha ido corriendo la voz de estas gestiones que realizamos y está funcionado bastante bien. Hablamos además de un trámite administrativo muy engorroso y largo en el tiempo. 

-Su padre regenta un estudio de ingeniería que tiene mucha ligazón con la arquitectura, ¿se ha inspirado mucho en su forma de trabajar?

-Mi padre ha sido importante para mí. Antes estuvo de socio con Sergio Peralta, otro arquitecto argentino que es mi tío al que le tengo mucho cariño y afecto. Con los dos aprendí todo. Antes de emprender el proyecto propio, con mi padre estuve tres años, uno en Alemania. A través de él me llegan muchos proyectos de actividad en el que tenemos que dar fe si se cumple toda la normativa vigente para poder montar un establecimiento, tienda o negocio.

-¿Cuál es el sello que trata de imprimir a sus proyectos?

-Soy un loco de las tecnologías. Cuando hago un diseño de reforma o vivienda nueva lo hago en 3D. Otros arquitectos también ofrecen este servicio, pero contratan a alguien externo para que se lo haga. En mi caso, lo hago yo directamente, enfocándolo primero a los cambios que pueda haber, y cuando han dado el OK, les presentó el trabajo final. Durante todo el proceso de diseño, el cliente lo va viendo en 3D. Exige tiempo y trabajo, pero facilita mucho las cosas. También hago vídeos y aprovecho todo lo que va saliendo nuevo.

-Por lo que se ve, su estilo es de líneas rectas,muy  moderno…

-Un poco sí, aunque voy cambiando también. Me gustan las líneas rectas, colores claros, poco llamativos, aunque nunca podemos olvidar que estamos en Tomelloso y no en Dubai. Suelo enseñar los proyectos, ubicados en su calle. La verdad es que disfruto mucho con mi trabajo.  Lamentablemente, ahora tal  y como está el mercado, se gana poco con los proyectos,  pero los hago con mucho gusto. 

-¿De qué proyecto o proyectos se siente más orgulloso?

-Hay un proyecto para la casa Santa Quiteria que me gusta mucho. En Mahora, una localidad de Albacete, en la que aparece una escalera como suspendida en el aire y otros elementos que también llaman mucho la atención. En realidad cada proyecto acaba guardando su propio encanto.

-¿Cómo cree que se construye en Tomelloso?

-No se puede hablar de un estilo definido. En la zona del polígono 20 se están haciendo obras interesantes, pero en líneas generales no se arriesga mucho, aunque nada más lejos de mi intención que criticar el trabajo de otros compañeros. Curiosamente he visto viviendas de mucha calidad, pero de hace más tiempo, de diez años para atrás. Con el apogeo de la construcción se construyo mucho y en poco tiempo. Uno de los problemas es que, ya no solo en pisos, sino en casas, es que hay poco aislamiento y se escucha todo lo de la casa contigua.

-¿Qué opinión le merece la remodelación de la plaza de España?

-Inicialmente no me entusiasmó mucho,  pero luego me ha sorprendido gratamente sobre todo por el uso que le está dando la gente. Yo no soy tanto de plazas duras, es decir, con tanto solado, y me inclino por que haya la máxima vegetación posible, con el fin de contrarrestar el calor, que sea un espacio que te invite a estar. Pero ya no solo en espacios públicos, la gente de aquí le gusta mucho el embaldosado y reniega un poco de la tierra y vegetación.  

-¿Cuál ha sido para usted la mejor época histórica de la arquitectura?

-Siempre he ha cautivado la Grecia clásica y en cuanto a arquitectos del siglo XX me gusta Frank Lloyd Wright, Van der Rohe y también Zaha Hadid, una mujer que ha hecho cosas impresionantes. De los españoles me quedo con Rafael Moneo.