La entrada al recinto era gratuita, lo único que se pedía al público era una donación de productos no pereceros para Cáritas, pero con estrictas medidas de seguridad. Se medía la temperatura se recogían los datos de las asistentes y, durante todo el espectáculo, se guardó la distancia interpersonal.

Como saben nuestros lectores, Tomillar Ensemble lo forman Marieli Blanco al piano, Irene López a la flauta, Agustín Pradillos con el clarinete y Antonio Plata a la trompa. El cuarteto ofreció un emotivo recital, después de tantos meses, la música “bajó de los balcones para subir a un escenario”. El de anoche fue el primer concierto celebrado en Tomelloso en esta época de pandemia.

Comenzaron con cuatro piezas operísticas, “Nessum dorma” de Turandot, “Una furtiva lágrima” de L’elisir d’amore, la “Habanera” de Carmen y “E lucevan le stelle” de Tosca. Y la noche continuó con zarzuela. Tomillar Ensemble interpreto números de obras conocidísimas, Alma de Dios, Agua, azucarillos y aguardiente o La Verbena de la Paloma, entre otras. El programa acabó con la “Canción del sembrador”, de La rosa del azafrán. Los interpretes hicieron introducciones didácticas de los números, que el público agradeció. El concierto acabó con el Himno a Tomelloso y la petición prudencia y agradecimiento al público por parte de los músicos.