Hace
 32 años la iniciativa de un humilde sacerdote francés, hijo de padre 
polaco y madre española, congrego a más de 100.000 personas en París con
 un fin, combatir la pobreza.
 Este hombre se llamaba Joseph Wresinki y su iniciativa se tradujo en 
que, unos años más tarde, la ONU instaurara el 17 de octubre como Día 
Internacional para la Erradicación de la Pobreza, una fecha que va más 
allá de ser una mera declaración de intenciones,
 es una auténtica llamada a la acción a favor de la igualdad y la 
dignidad humana.
A
 lo largo de estos treinta años, principalmente en los países 
desarrollados, se han producido avances sociales y económicos sin 
precedentes, que han logrado reducir la pobreza
 y han mejorado los niveles de vida en general, lo que de manera directa
 tiene un efecto sobre la justicia social y la igualdad, sin embargo, 
aún queda camino por recorrer.
Este
 2020 se ha revelado como especialmente complicado debido al reto 
colectivo que supone la pandemia de la Covid-19, cuyos efectos son, en 
primer término, sobre la salud,
 pero también incide de manera directa sobre la sociedad y la economía. 
La
 Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se basa en no dejar a nadie 
atrás y plantea erradicar la pobreza en el año 2030, para lo cual el 
acceso a los servicios básicos,
 la adquisición de los conocimientos y capacidades necesarias, son 
imprescindibles para lograr estos objetivos. Esto forma parte del 
fundamento de la política de Castilla-La Mancha para combatir la pobreza
El
 Gobierno regional, junto con las entidades del Tercer Sector, 
mantenemos una posición fuerte frente a la pobreza y la desigualdad 
social con un objetivo plenamente vigente:
 erradicar la pobreza severa reduciéndola, al menos, a la mitad, 
compromiso que se manifiesta en la Estrategia contra la Pobreza y la 
Desigualdad Social 2017-2020 y que tiene al empleo, como mecanismo 
esencial para la inclusión activa y recurso para salir de
 la pobreza, a la educación, como mejor medida preventiva, especialmente
 de la pobreza infantil, y la garantía de ingresos adecuados como medida
 de choque.
Fruto
 de las medidas realizadas hemos logrado reducir el principal indicador 
europeo, la Tasa Arope, en 6 puntos desde 2015, pasando de un 36,7% a 
una 30,7% actual, lo que
 ha permitido sacar del riesgo de pobreza a 151.000 castellano-manchegos
 en este período de tiempo.
Pero
 no nos conformamos con ello, se debe poner el énfasis en adoptar un 
enfoque multidisciplinar a largo plazo que rompa con la cronificación de
 la pobreza insistiendo en
 el camino emprendido, aprendiendo de lo logrado y adaptando las medidas
 a la nueva realidad.
Estamos
 en una época llena de cambios y mejoras como la implantación del 
Ingreso Mínimo Vital, y se hace indispensable el ajuste de los sistemas 
de rentas básicas autonómicos,
 algo sobre lo que el Gobierno regional ya trabaja para ofrecer un 
sistema de apoyos completo desde distintos enfoques y áreas de 
actuación.
Castilla-La
 Mancha está comprometida en combatir las desigualdades sociales y el 
Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es un buen momento 
para recordar las
 necesidades sociales de las personas y las familias; el trabajo 
conjunto de toda la sociedad, con el impulso del Gobierno regional; y la
 colaboración de las entidades sociales y las empresas, para conseguir 
mayor bienestar de todas las personas y especialmente
 de aquellas en situación de vulnerabilidad. 
Aurelia Sánchez Navarro
Consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha
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