Opinión

El Obrero como analista de la economía

Julio Olmedo Álvarez | Miércoles, 11 de Noviembre del 2020
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En el contexto de una conmemoración anterior en relación a la vida de Francisco Martínez, surgió la idea de comentar algún libro suyo con la intención de sacar a la luz algunas de sus ideas y tratar de analizarlas de un modo asequible. Fruto de ello fue el trabajo titulado Moneda nueva. Cuestiones económicas fundamentales. Homenaje a Francisco Martínez Ramírez, un economista en el primer tercio del siglo XX.

De aquel trabajo se publica un extracto a modo de síntesis, para recodar a este ilustre tomellosero. Entre la obra de El Obrero, hay diversidad de temas: biografía, historia, novela, cuentos, economía y por supuesto multitud de artículos periodísticos. Puestos a elegir, con la ventaja que supone adentrarse en asuntos no suficientemente explorados, optamos por un libro de tema económico, debido a la sana curiosidad de comprobar cuál podía ser la visión de algunos temas sociales hace un siglo, o si su pensamiento podía mantenerse vigente, si no en los detalles, al menos en las líneas maestras de su análisis.

Bajo estas premisas, elegimos el libro titulado Moneda nueva. Cuestiones económicas fundamentales, que Francisco Martínez Ramírez editó por sí mismo en 1923, siendo impreso en Gráficas Reunidas, S.A. de Madrid. El precio fijado para su venta al público era de 5 pesetas, según se manifiesta en su contraportada, donde aparece este dato como único texto. La obra seleccionada forma parte de una trilogía sobre temas económicos, que se completa con otras dos obras, concebidas en momentos posteriores. Estas son: La peseta, editada por el autor en 1930 y Reforma monetaria, también editada por él en 1933.

Sin ahondar en lo que debe descubrir el lector que por sí mismo acceda a las páginas del libro que se comenta, podemos decir que lo primero que nos impresionó del autor fue su actualización en relación a las ideas novedosas de su tiempo, algo que le permite comentarios sobre Einstein, Keynes o el desarrollo de las investigaciones atómicas. Estas referencias nos hablan por sí solas de un hombre con 53 años extremamente permeable a su mundo, capaz de mantenerse al día de todo lo nuevo. Tal condición, unida a la lucidez de que hace gala, determinan que el ensayo objeto de comentario, sea un texto atinado en los diagnósticos y profundo al determinar las soluciones.

En Moneda nueva aparece una figura distinta a la previa que pudiera tenerse sobre El Obrero. No se trata de alguien obsesionado por intereses locales, una persona que interprete los problemas a través del prisma de su demarcación, en este caso Tomelloso. Al contrario, su visión general de los problemas le distancia considerablemente de lo que pudiera llamarse concepción provinciana, donde el dirigente de turno no veía más allá de los intereses inmediatos que requería su entorno cercano. Esto no resulta tan extraño, aún en nuestros días.

Francisco Martínez Ramírez, hace alarde de una perspectiva general, donde los problemas inmediatos son vistos no como causa, sino como efecto de otros más lejanos en el tiempo o más distantes en el espacio. Es por ello, que las soluciones que plantea no son autónomas para una región, ni siquiera para un país, sino internacionales, puesto que es consciente de la mutua dependencia que se ha generado.

Ni siquiera hoy resulta fácil que muchos gobernantes y ciudadanos entiendan el hecho de que estamos afectados por una economía interdependiente -muchísimo más que lo era en 1923-, en la que las piezas que forman el equilibrio no pueden ser variadas sin consecuencia por el antojo  unilateral de nadie. Cuando todavía los medios de comunicación nos presentan tantos dirigentes con sus soluciones propias para problemas globales, o con la presunción de ser capaces de variar interesadamente aspectos del orden internacional, resulta más llamativo el análisis de nuestro paisano.

El análisis de Francisco Martínez Ramírez sólo puede comprenderse merced al enorme bagaje cultural que puede inferirse de quien escribe así. No es que dé pinceladas en las páginas de su libro sobre los últimos adelantos científicos de la época; es que su interpretación económica resulta muy moderna para la fecha, al igual que sus comentarios históricos. En lo jurídico, su disciplina fundamental como abogado por formación, nos anticipa conceptos que luego han sido desarrollados, como el de la variación de la propiedad, clave jurídica que se ha matizado posteriormente en virtud de consideraciones sociales.

Pese a que las circunstancias le impidiesen culminar su carrera política, en Moneda nueva podemos decir que aparece un político con ideas, capaz de ofrecer alternativas a la sociedad. Son medidas que buscan soluciones reales y no impresionar a sus votantes o contentarlos con planteamientos demagógicos. Incluso, se nos hace llamativa su independencia de criterio, totalmente inconcebible para los políticos convencionales. Por ejemplo aparece en el libro una critica al proteccionismo, en el contexto de una conversación con el ministro de Hacienda, miembro del Partido Liberal como el escritor mismo, partido gobernante cuando está escribiendo el libro.

Moneda nueva. Cuestiones económicas fundamentales, es un libro de interés por el análisis que sedesarrolla en sus páginas, muy acorde con la situación que se vivía en aquellas fechas, conforme han demostrado estudios posteriores y las propias medidas que han ido adoptándose en este largo periodo. Lo importante no es tanto si acierta en las instituciones concretas que conocemos, respecto a sus planteamientos, sino el porqué de estos. Es muy relevante su capacidad analítica y ahí es donde le atribuimos el mérito innegable.

Creemos que el propio autor corrobora esta conclusión, cuando en el primer párrafo de su libro aparece el siguiente texto: "Un filósofo español contemporáneo, el más honorable y exquisito, ha definido de modo admirable la elevada misión del anciano. Nada tan notablemente sereno como la figura venerable del viejo, que indica con mano temblorosa el rumbo que la juventud debe seguir en su camino; pero nada más. A la juventud corresponde el trabajo de andar con su propio esfuerzo, mediante el desarrollo de sus medios físicos por el impulso de su entendimiento. Tal es también la vida de las ideas".

Esta y no otra es la grandeza de la obra escrita por El Obrero: es la mano que señala el rumbo, hacía un camino que luego ha ido concretándose poco a poco.

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