Opinión

El deleznable comportamiento de Donald Trump

Fermín Gassol Peco | Jueves, 7 de Enero del 2021
{{Imagen.Descripcion}}

Lo diré antes que nada a modo de síntesis. El deleznable comportamiento de Donald Trump solo se explica bajo la perspectiva de la pérdida de un negocio, La Casa Blanca.

Trump, un tipo acostumbrado a dar órdenes, a mandar, a nadar en la riqueza, en el éxito social y económico, a creerse situado por encima de los demás mortales, a imponer su voluntad hacia quienes dependían y dependen económicamente de él, (como botón muy significativo de muestra, la imagen sudorosa del ex alcalde de Nueva York, Guliani, defendiendo lo indefendible mientras le caían por el rostro gotas de tinte capilar), vio culminada su ansia de poder, su desmedida vanidad, accediendo a la presidencia de su país. Era el negocio que le faltaba por conquistar y a fuer de millones de votos que lo consiguió. Con un mensaje directo, simplista, lleno de atajos, como todas las proclamas populistas, este empresario engreído, sustentado por el enorme poder que atesora, con apariencia de estar muy seguro de sí mismo, con el mentón elevado, que siempre me recordó al de un italiano nacido en Predappio, encandiló ya digo, a millones de estadounidenses que vieron en sus promesas el fortalecimiento de la nación americana.

Trump ha gobernado esta inmensa nación como si de una empresa suya, una más, se tratara. De ahí que su pésimo perder haya sido el de esta guisa, no por cuestiones políticas, sino de pura y simple humillación personal y empresarial, que está por ver si este exabrupto, ese nerviosismo, esa persistencia en negar la evidencia, no tendrá algo o mucho que ver con posibles decisiones de todo tipo en favor propio durante su mandato.

Habría que preguntar ahora a quienes lo votaron, si visto lo visto, lo volverían a hacer. Esto nos sitúa una vez más en el análisis de la calidad democrática que encierra la ciudadanía que compone un determinado país. En el caso que nos ocupa y a nivel institucional, la soledad de Donald Trump es un hecho pues hasta el mismo vicepresidente se ha desmarcado. No así esos miles de asaltantes, algunos vestidos de manera atávica, que asaltaron el Capitolio…y aquellos que no pudieron, pero desearían haberlo hecho.

Y es que cuando alguien se considera así mismo, sustentado en este y en otros casos por las urnas, como un salvador, el destrozo del sistema democrático siempre acaba teniendo lugar. Trump es un exponente, pero no el único.

1400 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}