Evidentemente desde el principio de siglo hasta la mitad del siglo XX, pese a los avatares bélicos de la Guerra Civil, los precios de las entradas fueron evolucionando de igual manera que el nivel de vida de las clases sociales medias y altas, que eran las que realmente podían acceder a los festejos taurinos; siendo siempre unos precios prohibitivos para los jornaleros que componían la mayoría de la población tomellosera.
Las condiciones en la Plaza de Toros de Tomelloso no eran, evidentemente, las óptimas a mediados del siglo XX y así en 1953 -el once de septiembre- se hundió uno de los tendidos de la instalada plaza portátil. El resultado fueron dos personas heridas graves y al menos quince heridos de menos consideración. Parece ser que un grupo numeroso de aficionados subieron al tendido destinado para la banda de música, y esta imprudencia forzó la resistencia de dicho tendido que se vino abajo. Incluso el novillero Pepito Esplá, que se disponía a hacer el paseíllo resultó alcanzado por el hundimiento y tuvo que ser atendido por heridas de “carácter reservado”.
El cartel de esta accidenta novillada lo completaban “Cagancho” hijo y Juanito Zamora. Por supuesto, la corrida fue suspendida por la autoridad competente.
Una de las últimas fotos de la antigua foto plaza de toros de Tomelloso.
Sin embargo, la afición taurina en Tomelloso no desfalleció pese a la no existencia de un coso taurino donde poder siguiendo, como desde hacía décadas, disfrutando del quehacer torero de las figuras nacionales.
Sin embargo, la afición taurina en Tomelloso no desfalleció
pese a la no existencia de un coso taurino donde poder siguiendo, como desde
hacía décadas, disfrutando del quehacer torero de las figuras nacionales.
Así, comenzada la década de los años 50, una Peña Taurina
surge en la localidad tomellosera con el ánimo de devolver a la localidad el
arraigo taurómaco del que había hecho gala en tiempos pasados.
Nos encontramos en el Diario Provincial Lanza, del 22 de
septiembre de 1951, el siguiente escrito presentado por Don Antonio Perales,
gran aficionado de la localidad, y que, como presidente de la recién creada
peña taurina, quería poner en conocimiento de toda la población los quehaceres
que se estaban haciendo por devolver la trascendencia taurina al pueblo. El
título del escrito lo resume todo: “Anhelos de Tomelloso”, y el contenido era
el siguiente:
“Para evitar dudas que pudieran existir, por
desconocimiento de nuestras meditadas aspiraciones es por lo que dedico este
vulgar escrito a mis respetados paisanos que agradeceré se sirvan concederle la
debida interpretación, con el mismo desinterés particular que es escrito, y sí
únicamente, guiado de una afición tradicional, producto de mis generaciones
familiares.
El origen de esta
Peña Taurina recientemente
constituida, y de
la que inmerecidamente formo
parte, es tratar únicamente animar el espíritu que bien precisamos, en esta
nuestra querida Patria chica, y con ello, ver el medio de constituir un
numeroso grupo de señores de responsabilidad moral y material, con el solo fin
de reconstruir este ruinoso y decano coso taurino.
Este tauródromo
tomellosero fue construido
en los años
1856 a 1858 e inaugurado el mes de septiembre de
1859, con los diestros Gonzalo Mora, Antonio Sánchez “Tato” y el medio espada o
sobresaliente Matías Muñiz Cano, hijo de Ciudad Real; por lo que se aproxima a
ser centenario, y por este motivo, contiene un respetuoso y rango abolengo, que
nuestros inolvidables antepasados, con sus inmensos sacrificios y sincerísima
unión levantaron este inmortal y galardonado edificio; aportando cada uno de
aquellos respetables señores (que bien merecen gratitud de
cariñoso recuerdo Q.
E. P. D.) lo
que a medida de
sus fuerzas económicas
alcanzaron, para conseguir el codiciado cumplimiento de sus aficiones taurinas.
Anteriormente a la
fecha indicada 1859,
y para dar
realce a sus
Ferias, construían redondeles con carros y tablados en esta plaza (hoy
de Generalísimo) y con este afán taurino, engalanaban de alegría espectacular y
demostrada valentía por los lidiadores, vestidos elegantemente con trajes de
luces, una de las Fiestas (para mí) más admirada como así es la simpática y
bulliciosa corrida de toros tan siempre brava como sin par gallardamente
española.
Yo personalmente y siempre en nombre de esta Peña Taurina, he visitado en Madrid, varios señores pudientes, ofreciéndoles la indicada construcción, ya que nuestro honorable señor Alcalde nos propuso las máximas facilidades y probablemente ayuda económica, para obrar libremente con el Proyecto cumplimentado por un señor Arquitecto y que tuvo la atención de entregarnos a la Comisión que le visitamos a tal efecto; encontrándose referido Proyecto en el Salón de Sociedad en mencionada Peña Taurina.
He consultado
igualmente al Instituto de Crédito de Reconstrucción Nacional y observo ciertas
dificultades con motivo del cumplimiento de intereses anuales del dinero que
nos presten o faciliten, como así igualmente, muy amplia amortización que en
nada beneficiaría.
Si anhelamos con verdadero deseo la repetida construcción, creo conveniente invitarles a formar un numeroso grupo de sinceros aficionados en cantidad y calidad, en la ya repetida Peña Taurina, sita en Paseo de D. Ramón Ugena 12, y que de la misma salga la iniciativa de reunir un dinero necesario, mediante acciones de 200 pesetas voluntariamente y 500 ptas. reintegrables cada una respectivamente como mínimum.
Depositándolas en un Banco
a la cuenta corriente que sería abierta al efecto para garantía del señor
donante y mediante entrega de la carta de abono por referido Centro Bancario,
entonces la Directiva o Comisión nombrada, entregarle documento acreditativo de
su aportación, y no dudo que por los festejos taurinos anuales y su explotación
en otras clases de fiestas, como es en arrendamiento de Cines, verbenas,
teatros, circos, etc., no sería difícil la amortización del indicado desembolso
y reintegrado a los señores titulares que hayan colaborado puesto que el
mencionado señor Alcalde nos tiene manifestado concedernos los precisos años usufructuarios.
Verdaderamente existen muchos aficionados que aman y
quieren con inmenso espíritu taurino nuestra igual fiesta ya repetida, y por
los mismos señores confío vernos atendidos con la cooperación social y
económica que a cada señor le sea posible como buen aficionado
y con ello
conseguido, enaltecer con
pleno embellecimiento nuestras honorables ferias tomelloseras.”
ANTONIO PERALES
Unos meses después, el sábado 5 de Abril de 1952, el mismo diario Lanza publica una entrevista a Don Antonio Perales por la que podemos saber de la situación del proyecto de construcción de un nuevo coso taurino.
La cabecera de la citada entrevista no puede ser más elocuente.
“Ir a descubrir ahora el rango y la importancia que
Tomelloso tiene, sería cosa ridícula. De todos los manchego -y aún fuera de la
región- es conocido el ritmo ágil y uniformemente acelerado que Tomelloso acusa
en sus organizaciones. Fútbol, ciclismo, actos culturales, veladas artísticas.
Etc., van prodigándose con ejemplar gallardía. Y sin embargo, el festejo más
racial, el más genuinamente español, la fiesta nacional, tomó cartas de
ausencia hace varios años”.
Viendo las respuestas a la entrevista podemos comprobar cual
era el ánimo ante la gestión que él y la Peña Taurina estaban desarrollando:
“…A eso vamos el puñado de hombres de buena voluntad que
constituimos la Peña Taurina. Y por los primeros síntomas si puedo decirles que
Tomelloso tendrá plaza de toros, con arreglo a la importancia que en todos los
órdenes ostenta esta ciudad”.
“Mis compañeros de peña me traen buenas impresiones, Y la
idea, lanzada ya puede decirse que ha prendido con fe en los buenos
tomelloseros, pero aspiramos que sean todos, todos, sin excepción, los que
cooperen con nosotros.”
“La Peña Taurina de Tomelloso está constituida por 150
socios. Quieren reunir acciones de 500 pesetas. Y el presupuesto, que ya obra
en poder de ellos, asciende a 2000000 de pesetas. Un proyecto que deja abierta la
boca, señores.”
“Al lanzarse la idea de reconstruir la plaza surgen iniciativas. Y el apoyo de señores de ésta, como don Leoncio Peinado, don Jesús Ugena, Don Francisco Carretero, Don Jonás Torres, señores Espinosa, García Noblejas, Martínez Hermanos, etc, etc, hace que me sienta optimista… ¡Tomelloso no puede ser menos que Daimiel!”.
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